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Taekwondo

“Sebastián hay uno solo, como hay un solo Agustín”

Agustín Alves, quien será el reemplazante del lesionado Sebastián Crismanich en los Juegos Panamericanos de Toronto, charló en exclusiva con Argentina Amateur y habló de todo: cómo vive, quién es y también sobre las metas que tiene con el deporte. “Sueño con traerme una medalla”, remarcó.

Por Micaela Piserchia

En una linda mañana de lunes que se sucedía en el CeNARD, Agustín Alves se calzó el dobok, posó para las fotos y, en el mismo lugar que entrena intensamente día tras día preparándose para la gran cita gran que se viene en julio en Toronto, Canadá, se dejó llevar y dio detalles sobre las sensaciones que lo abordan ante semejante evento, que, según él, “los Juegos Panamericanos son un paso para desarrollar mi sueño”.

Agustín nació en Quilmes hace 21 años, vivió en Berazategui hasta los diez y luego decidió venirse a vivir a la Capital con su mamá. Pasaron por Villa Urquiza, Almagro y, ahora, Agustín tomó la determinación de irse a vivir solo a La Plata para entrenar mejor y además para estudiar el profesorado de Educación Física. Ojo, porque además de estudiar, Alves da clases personalizadas de taekwondo en un gimnasio de Palermo. Y cuando le queda tiempo, se prepara para Toronto…

“Empecé con el taekwondo a los 14 años, bastante grande. Pasa que mi familia no hacía mucho deporte y bueno, se dio porque un compañero del colegio me llevó a una práctica, que yo realmente no tenía mucho interés en hacer. Me convenció con el padre, me llevaron entre los dos y me dijeron que lo intentara y me divirtiera. Me quisieron llevar a lo deportivo desde un primer momento pero dije que no porque me iban a matar (risas), me dijeron que los chicos ahí eran buena onda y bueno, lo intenté. Me comentaron que tenía condiciones y trataron de que fuera a un torneo: competí por primera vez al mes de empezar, gané y no paré de entrenar, fui escalonadamente subiendo de nivel, compitiendo en torneos más complejos y ya me crucé con la Selección Juvenil. Mis comienzos se deben a mi segunda familia, contó Agustín sobre sus primeros acercamientos al deporte que hoy lo pone bajo la mirada de todos. De pasar por fútbol, natación, handball y la “vagancia” que él mismo admite, hoy, tiene una chance inmejorable de subirse a lo más alto del taekwondo argentino e internacional.

¿Cómo fue el hecho de tener que participar en una especie de repechaje por un lugar tan importante?

Fue bastante shockeante la lesión de Sebastián, primero porque no era algo que se esperaba, ya que buscábamos ya tenerlo a Seba en Río, para todos ya él y Lucas estaban en los Juegos Olímpicos. La primera impresión que tuve es la de bajar de peso porque estaba apuntando a otra categoría, comencé a bajar de peso y me empecé a preparar psicológicamente para enfrentar a mis compañeros que son de categorías menores y yo apuntalar a los detalles que no estábamos trabajando, porque yo me preparaba parar otros torneos que eran más adelante y no eran tan exigentes como ahora. Yo pesaba 86 kilos y bajé hasta 80 en un mes, no tuve problemas, me estaba cuidando y sólo tuve que reducir las porciones y llegué bien. Una vez que ganás se te pasa todo por la cabeza, a mí por lo menos se me despertaron todos los sacrificios que uno hizo durante toda su vida, alimentarte bien, todo. Se me vino toda la gente que me ayudó y que me empuja a seguir en esto. Terminé de pelear y no podía creer lo que estaba pasando, hacía mucho que no se me daban los resultados porque sabía que no estaba tan enfocado en lo que estaba haciendo. Me mudé a La Plata para entrenar allá y fue un cambio grande, madurar de golpe…todo eso explotó ese día.

¿Sentís que además de una presión por “reemplazar” a Sebastián, esto puede ser una vidriera para mostrarte, por esta oportunidad que te llegó?

Creo que más que para mostrarme, es un paso para poder desarrollar lo que busco. A Sebastián no lo voy a poder reemplazar porque hay uno solo, como hay un solo Agustín, cada uno va buscando lo que quiere y lo que le apasiona. Seba comentó que su sueño era ser campeón olímpico y lo logró, y además después se mantuvo en carrera, cosa que no es fácil después de ganar un Juego Olímpico, imagino que deben ser cosas tremendas las que se viven ahí. Yo que voy a ir a un Juego Panamericano estoy viviendo muchas sensaciones juntas, no me entra en la cabeza lo que debe pasar cuando sos campeón olímpico. Lo veo como una oportunidad para salir a buscar mi sueño.

Y ese sueño sería…

Son muchas cosas. Me encantaría mantenerme en una posición internacionalmente buena, es decir, competir con los mejores del mundo y estar por mucho tiempo ahí. Ser campeón olímpico y mundial es algo que también sueño, sé que es muy complicado, pero es algo que están logrando Lucas y Sebastián.

¿Viste videos de tus rivales? ¿qué hay que ajustar tanto física como técnicamente?

Sí, estuve bastante tiempo mirando videos, buscando competidores que manejen bien el contraataque, cosa que me complica bastante a mí. Yo soy más de ir al ataque y es algo que se me facilita, me cuesta tener paciencia y esperar porque soy un acelerado tremendo. En los entrenamientos intento ser paciente, esperar el momento justo y ver la duda en el otro. Es algo complicado de buscar porque uno tiene que tener confianza en lo que está haciendo y sobre eso mantener la posición por bastante tiempo: generar un estímulo por un corto lapso y esperar a ver qué hace el otro, me cuesta acostumbrarme a ese tipo de estrategias porque no  es lo que suelo hacer y estoy trabajando para corregirlo lo mejor que se pueda.

¿Qué te genera el hecho de saber que vas a tener otro tipo de roce, dejando atrás los juveniles, y que vos podés ser de los más chicos en el tatami allá?

Es complicado. Yo dejé de competir en juveniles a los 16, pero era un nene. Tuve la buena y la mala suerte de pelear con Sebastián, que en ese momento me pasó por encima. Fue una circunstancia más para crecer porque me di cuenta de que teníamos que hacer las cosas de otra manera, ahí crecí mentalmente y físicamente, tratando de enfocarme de otra forma. La única diferencia que veo yo con respecto a los torneos en los que participé es que es más profesional en la competencia. Si bien he competido en adultos, no fue a un nivel tan grande como lo va a ser en los Juegos Panamericanos.

¿A qué apuntás en Toronto?

No sé si apuntar, pero sueño con traerme una medalla, con la mentalidad de ganar cada lucha que se presente. Vamos a ver cómo se va dando todo, uno sueña con traer la medalla siempre, porque si no vas por todo no tiene sentido ir a competir. No voy solamente  a participar, voy a ir buscar mi lugar en el podio.

 

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