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Handball

A cinco años de la proeza gladiadora

Un lustro pasó de que el sueño de los Gladiadores se llevó a cabo: obtener la clasificación por primera vez en los Juegos Olímpicos y ganarle la final a Brasil por 26-23.
 
Por Romina Miranda
 
Aquella noche del 24 de octubre del 2011 marcó un antes y un después en la vida del handball en Argentina y en la historia del deporte, porque al llegar a la final de los Juegos Panamericanos habían obtenido el boleto a los Juegos Olímpicos de Londres y además en la final le ganarían a Brasil por 26-23 con la obtención de la medalla de oro.
 
Argentina había estado cerca desde hace unos cuantos Panamericanos pero no había podido quedarse con el oro. Fue quinta en Indianapolis 1987 y La Habana 1991, obtuvo el cuarto puesto en Mar del Plata 1995 y en Winnipeg 1999 lograron acceder al podio quedándose con el tercer puesto. Su verdugo era Brasil que se encontraba unos pasos por delante y lo marcó en las finales de Santo Domingo 2003 y Río de Janeiro 2007 donde los Gladiadores perdieron ante ellos. 
 
Lo que se denomina como generación dorada fue la que estuvo en Guadalajara y continúa en la actualidad. Los nombres y apellidos van más allá de ello porque todos los integrantes de este equipo pusieron a los Gladiadores en lo más alto y cumplieron el anhelo de estar en un Juego Olímpico por primera vez.
 
Aquella noche que parece tan lejos y tan cerca a la vez, tuvo  Matías Schulz como un baluarte porque de los 45 remates que recibió, detuvo 22. Sumado a él, Diego Simonet marcó cinco goles y Federico Fernández seis. 
 
Antes de comenzar el partido, algunos jugadores se manofestaron en sus cuentas de Twitter:  “Llegó el día que tanto esperamos. Cuatro años de trabajo que se van a definir en 60 minutos! Vamos Argentina que hoy tenemos que hacer olímpico al handball!”, escribió Federico Vieyra, y Sebastián Simonet realizó también su expresión: “Arrancó el día más importante de mi vida. En nuestras manos está cumplir nuestro sueño, y el de muchos! Las finales no se juegan, SE GANAN!”.
 
Como señaló el entrenador Dady Gallardo en el 2011, la mentalidad de la Selección cambió y esto fue evidente porque cuando en un momento en el primer tiempo Brasil se puso al frente por 12-8, los Gladiadores no perdieron la calma y continuaron con la idea de juego con la que habían ingresado al estadio Parque San Rafael.
 
El final del primer tiempo donde Argentina empataba en 14 culminó con el glorioso tiro libre directo de Federico Pizarro quien tiró un rectificado por afuera de la barrera brasileña y convirtió el gol que determinó que los Gladiadores vayan al descanso con un triunfo parcial de 15-14. El festejo recién comenzaba.
 
Los nombres a veces suelen ser solo sustantivos propios pero en este caso son los artífices para que el anhelo no sea algo intangible y se convierta en realidad: Matías Schulz, Gonzalo Carou, Pablo Portela, Diego Simonet, Andrés Kogovsek, Leandro Querín, Federico Fernández, Sebastián Simonet, Federico Vieyra, Juan Fernández, Damián Migueles, Agustín Vidal, Federico Pizarro y Cristian Platti.
 
No quedan dudas que fue la victoria más importante en la vida de estos jóvenes bautizados como los Gladiadores por su garra, su entrega y la clasificación a los Juegos Olímpicos. 
 
No lo puedo creer. Se luchó muchísimo pero ahora podemos disfrutar. No somos conscientes de lo que logramos. Ojalá que esto siga por más, que esto sea tocar el cielo con las manos. Este equipo se viene formando hace tres o cuatro años. Le debemos mucho al cuerpo técnico”, Diego Simonet había concluido con lágrimas en sus ojos y consagrándose como el Messi del handball.
 
Este fue el broche final de muchos años de intentos y de haberse quedado cerca de acceder a la cita olímpica, el corazón y la bravura fueron causa y consecuencia del alma gladiadora.

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