Poco se conoce de sus vidas. Pero ellos entrenan y compiten bajo la bandera argentina y su esfuerzo no es reconocido correctamente. Si bien gracias a la creación del ENARD ha mejorado el status de vida del deportista de alto rendimiento, la pelea debe continuar para que cada vez más deportistas puedan ocuparse pura y exclusivamente a entrenar.
Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia)
¿Cómo llegan a ser quienes son las estrellas del deporte? Miles de hombres y mujeres practican deporte pero muy pocos llegan al alto rendimiento y son todavía menos los alcanzan la gloria con medallas en campeonatos importantes. Previo a eso, hay todo un camino que recorrer, el cual se torna sinuoso por la falta de apoyo para llegar, justamente, a ser. ¿Las condiciones propias con las que nace el deportista importan? Sí. ¿Influye el apoyo económico, material y de infraestructura para que esas condiciones alcancen su máximo nivel? Por supuesto; y sería hasta correcto decir que incide de forma directa en el rendimiento de los atletas.
En Argentina, si bien ha mejorado mucho el apoyo a los deportistas gracias a la creación del ENARD, la falencia todavía existe y deberá continuar ajustándose para que los resultados lleguen más rápidamente, que el camino hacia las metas de los argentinos se encuentre allanado y por sobre todo, para que el deporte no resulte tan deficitario para quien lo practica. Y. por qué no, para que no existan preocupaciones monetarias al momento de pensar en el cumplimiento –o no- de los objetivos deportivos.
Argentina Amateur Deporte encuestó a 60 deportistas de alto rendimiento que han competido por lo menos en un torneo internacional representando a Argentina, en eso están incluidos: Juegos Olímpicos, Mundiales, Juegos Panamericanos, Copas del Mundo, Campeonatos Panamericanos, Juegos Odesur, Sudamericanos y Nacionales, lo que quiere decir que están comprendidos deportes olímpicos y no olímpicos. Los deportistas contaron cómo se mantienen y vislumbraron resultados que deben ser tenidos en cuenta, porque para mejorar hay que escuchar.
Del total de los encuestados, el 90% admitió recibir becas. A su vez, el 82% cuenta con la beca de la Secretaría de Deportes, contra el 68% de ENARD (financiado por el cargo del 1% en las líneas de telefonía celular) y el 17% de otras becas (provincias, municipios, etc); mientras que la mitad de ellos, es decir el 50%, cobra beca de ENARD y Secretaría de Deportes.
Pero, la realidad es que la mayoría de los deportistas encuestados no se mantiene únicamente con las becas, por el contrario, solamente el 18% puede hacerlo (bastante menos de la tercera parte). El resto se encuentra entre las siguiente situaciones: un 38% admite que además de cobrar beca tiene que trabajar para solventar sus gastos, un 10% solamente trabaja y no cobra beca, un 9% se mantiene con beca, trabaja y recibe ayuda de la familia y otro 24% argumenta que su sustento consta de las becas y el aporte familiar.
Como si fuera poco, al tiempo que le dedican a trabajar, también le suman el del estudio. Porque al no poder mantenerse solamente por el deporte y teniendo en cuenta que la vida deportiva tiene un techo, muchos deportistas optan por estudiar una carrera que les genere un ingreso a futuro. ¿Cuántos son los que estudian? El 55%, eso quiere decir que más de la mitad de los entrevistados fracciona su tiempo para formarse profesionalmente. El otro 45% no lo hace.
Otro aspecto importante al momento de hablar del sustento del deportista de alto rendimiento tiene que ver con la sponsorización. Porque en nuestro país, el concepto es de acompañamiento y no de inversión: generalmente el patrocinador llega a la vida del deportista cuando el mismo se consagra en competencias importantes (o de alta exposición, como los Juegos Olímpicos). Del total de la masa encuestada, el 60% asegura no tener sponsors. Y, dentro del 40% restante, el 54% cuenta con sponsors no monetarios que le brindan suplementación, ropa y equipamiento, mientras que el 4% reconoce percibir una suma de dinero mediante su sponsor.
En lo que tiene que ver específicamente con ENARD –que ofrece también cobertura médica-, las becas generalmente se otorgan a título de “medalla X” (Panamericana, Olímpica, Sudamericana, etc). Hace algunos años nació la beca proyección (para los potenciales medallistas en campeonatos internacionales), la de jóvenes talentos, que estimula el crecimiento de los jóvenes deportistas (valga la redundancia) y la beca especial, que tiene el propósito de estimular la preparación hacia los Juegos Olímpicos y contempla todo tipo de logros. Secretaría de Deporte se maneja de manera similar, apelando a la “meritocracia”: cuenta con beca Olímpica, Panamericana, Sudamericana, Proyección y Nacional; con la diferencia de que la de ENARD está sujeta a renovación cada 24 meses y la de Secretaría es anual.
Acuerdo mediante, los deportistas aceptan el sistema de otorgamiento, aunque eso, al parecer, influye en su rendimiento. El 50% de los encuestados admite sentir presión por perder la beca al momento de competir, argumentando que es un ingreso muy importante en sus vidas y que sin él sería difícil continuar en el circuito competitivo. En tanto, un 45%, admite que la presión económica no existe. A propósito de la beca, el 60% de los deportistas nunca sufrió la quita del beneficio, mientras que al 35% del total sí se la han quitado ya sea por no haber alcanzado el objetivo o por lesión.
Las Federaciones o Confederaciones también juegan un papel fundamental a la hora de formar al deportista, al que, en el máximo nivel, se lo debe apoyar desde cualquier aspecto. El 37% de los deportistas opinó que el rol de la Confederación es nulo, es decir que no apoya con dinero, equipamiento ni gestión. Un 33% de ellos admite que la Confederación desempeña un papel más que nada de gestión en lo que tiene que ver con los viajes, becas e insumos. Y por último, el 30% que resta dice que cuenta con el apoyo monetario de la Federación. Y allí entra en juego la carrera ascendente. Quizás en el imaginario de todos existe la posibilidad de que los deportistas reciban todo de forma gratuita y realicen sus giras y campeonatos sin poner un peso de su bolsillo. Pero no es así: el 82% confiesa que tanto en la actualidad como en años anteriores tuvo que financiarse ya sea viajes, indumentaria o equipamientos para practicar el deporte. En contrapartida, el 13% admite que nunca tuvo que hacerlo.
Sus voces
El 98% de los encuestados le echó un guiño al ENARD, aduciendo que la situación cambió de sobremanera desde su creación. Aunque, entre las principales problemáticas que perciben los deportistas desde su óptica del día a día, los dos grandes focos se concentran en el sistema resultadista y en el valor de las becas. En el primero especificaron que las becas deben existir desde el inicio del camino deportivo y no al momento de obtener un logro importante, ya que la ayuda se necesita mayormente en el principio y no tanto como un premio. Por otro lado, sobre el valor de las becas comentaron que el mayor ingreso o apoyo implicaría que no tuvieran que trabajar y así podrían dedicarse tiempo completo al deporte que practican para, lógicamente, obtener mejores resultados.
Entre otros tópicos, los deportistas también mencionaron el merecimiento de la beca, pidieron mejores insumos y pagos de viajes/ equipamiento, hablaron de mayor apoyo en las federaciones, de los pagos en fecha y de la jubilación (tema que ya se está tratando en el Comité Olímpico Argentino). Otros temas que se contemplaron en la encuesta fueron la reducción abrupta de las becas, la transparencia en las dirigencias, la inversión en los jóvenes, la simplificación de los trámites, el quite de beca si no se obtiene el resultado y también una mejor gestión, planificación, buen marketing y sponsorización.
En conclusión, el apoyo debe ser el empuje principal de los deportistas porque son ellos quienes representan al país. De todas maneras el cambio es notable (los Juegos Olímpicos de Río, por citar un ejemplo, fueron una prueba de ello) y el optimismo se percibe en el aire. Seguramente el futuro deparará mayor justicia para estos héroes anónimos.
Foto: Notimerica
