Nicolás Córdoba pasó realizó su presentación en Río 2016. Realizó su rutina en barra, pero su nota no alcanzó para acceder a la final.
El 16 de abril una mezcla de notas y reglas decía, que el gimnasta oriundo del pueblo santafesino Álvarez, no estaría presente en la máxima cita deportiva. Pero a quince días de que se encendiera el pebetero olímpico, se confirmó su presencia, ya que al primera reserva debió reemplazar al lesionado de Portugal: Gustavo Simões. El 6 de agosto a partir de las 18:30 tendría su oportunidad, en la subdivisión, esa era la hora para demostrar por en 2015, había finalizado como número uno en el ranking mundial de barra de la Federación Internacional de Gimnasia.
Si bien Córdoba, luego del Test Event se entrenó doble turno durante tres meses y también se estuvo preparando en Houston, Estados Unidos; fue poco el tiempo que tuvo para planear un objetivo en los Juegos Olímpicos. Nicolás, apostaba a acceder a una final olímpica en barra, su especialidad. Solo se presentó en ese aparato, con una rutina sin errores, con el detalle de un pequeñísimo desequilibrio en la salida. El puntaje fue 14.800, con 6.400 de dificultad y 6.800 de ejecución. Quedó en el puesto 15º, el último gimnasta en pasar a la final fue el cubano Manrique Larduet con 15.116; a 0.316 se quedó el argentino de clasificarr a la instancia decisiva.
El Colo tuvo una gran hinchada que lo hizo ser local en Brasil. Una vez finalizada su rutina se mostró muy contento con su ejercicio, aunque al ver su puntaje abrió los brazos lamentandose. Esperaba un poco más de 15.000 para poder luchar por una medalla. De este modo,Nicolás realizó una actuación destacada, cuando días atrás parecía impensado que estuviera en Río 2016.
