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Boxeo

Cuando la lucha feminista ganó en el ring

Este miércoles se celebró en Argentina el Día Nacional de la Boxeadora, en recuerdo de la licencia profesional que la FAB entregó a Marcela “La Tigresa” Acuña en 2001. ¿Cuáles fueron los pasos previos a esa jornada histórica? Las claves de un camino que continúa dejando frutos en la actualidad.

Por Julián Haramboure
(@JulianFunky)

El 25 de marzo de 2001 no es un día más para la historia del deporte argentino. En esa jornada, la Federación Argentina de Box (FAB) entregó por primera vez una licencia profesional a una mujer. Se trató, nada más ni nada menos, que de Marcela “La Tigresa” Acuña. Este hecho dio lugar a que en la actualidad se festeje cada año el Día Nacional de la Boxeadora. No obstante, el camino de la formoseña no fue fácil y su carnet fue producto de una lucha que había comenzado antes.

A pesar de que el pugilismo de damas avanzaba en países como Estados Unidos, México y Alemania, durante la adolescencia de Acuña, en nuestra nación parecía una auténtica utopía pensar en que el boxeo femenino tuviera desarrollo. La sociedad machista, pensaba a este deporte como propiedad única del hombre.

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Luego de una importante formación en karate, y tras ser madre, la Tigresa se enfocó en su gran meta: subir a un ring de manera rentada e instalar el boxeo en el país. Insistidora y trabajadora, Marcela comenzó a proyectar en grande y aprovechó la visita a Argentina de la leyenda del boxeo femenino mundial: la estadounidense Christy Martin.

La púgil norteamericana, que venía de compartir carteleras con Mike Tyson en los escenarios más importantes, le propuso a Acuña pelear en su país. Fue así que en diciembre de 1997, Acuña tuvo su ansiado estreno profesional y ante la mejor del mundo. La albiceleste perdió por puntos pero dejó una muy buena imagen, lo que le permitió al año siguiente combatir otra vez en Estados Unidos. En esa ocasión con el título mundial IBO super ligero en juego. Su rival fue la holandesa Lucia Rijker, otra de las grandes figuras históricas de la disciplina. Fue derrota de Acuña por KO en el quinto asalto.

No obstante luego llegó el interín, la etapa en donde la lucha por esta disciplina femenina en el país no debía olvidarse. Luego de ese 1998, y hasta aquel histórico día de 2001, la única pelea profesional que involucró a una albiceleste fue en Alemania. La otra pionera de nuestro boxeo, Lourdes González, perdió en esa ocasión antes del límite ante la virtuosa local Regina Halmich.

Un mes después de la entrega de la licencia, Marcela Acuña peleó por primera vez en Argentina y marcó un antes y un después: su combate fue una invitación a que todas las mujeres del país se animaran a boxear, venciendo no sólo a la rival de turno, sino también a los prejuicios que existían tanto en hombres como incluso en algunas damas. En el estadio de la FAB le ganó a la norteamericana Jamillia Lawrence en fallo dividido tras cuatro rounds. Su historia siguiente es conocida y súper exitosa, tal es así que a los 43 años sigue siendo campeona del mundo super gallo de la FIB. Fue justamente en esa categoría, en donde en 2003, superó a González en el cruce de pioneras.

La irrupción de Acuña en el mundo del boxeo permitió que cada vez más mujeres se acercaran a los gimnasios y fue así que se dio lugar al seleccionado amateur, el cual sirvió de semillero de otras grandes campeonas mundiales que tuvo y tiene el país: Erica Farías y Yesica Bopp, boxeadoras que actualmente trabajan para estar en un Juego Olímpico por primera vez.

Y si del universo amateur se trata, fue Victoria Saputo quien en 2018 escribió otra página dorada al convertirse no sólo en la primera argentina en disputar Juego Olímpico de la Juventud, sino también en la primera medallista nacional en ese certámen.

A casi veinte años de que la FAB autorizó la práctica pugilística en el país, el boxeo femenino albiceleste no paró de dar alegrías tanto en el ámbito aficionado como en el rentado. La lucha de Acuña, González, entre otros nombres de esa etapa fundacional, tuvo grandes frutos y dejó un legado que continuará creciendo.

Foto: Alchetron.

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