Atletismo
“La próxima es con mi entrenador o voy a optar por no ir”

Rocío Comba, quinta en la Diamond League de Shanghai con una marca de 60.36m, le contó a Argentina Amateur que estuvo sin entrenador por problemas de trámites y también por falta de presupuesto por parte del ENARD. Igual, manifestó satisfecha: “Aprendí muchísimo”.
Por Micaela Piserchia
Rocío Comba se sumó a la histórica lista de atletas argentinos que han llegado a competir en la Diamond League, junto a Germán Lauro y Jennifer Dahlgren. El debut de Rocío fue el 18 de mayo en Shanghai, y, tras lanzar el disco unos 60.36 metros, se quedó con el quinto puesto. Ahora, con la medalla de plata de los Odesur y esta gran participación en la Liga de Diamantes, la cordobesa va por el Iberoamericano de San Pablo.
¿Qué te deja haber participado en la Diamond League?
Aprendí muchísimo, fue un torneo en el que me sentí muy a gusto, muy integrada por todas las competidoras, que sé que son de lo mejor del mundo y que nos conocemos de todos los torneos. Descubrí que este tipo de torneos, la Diamond, el Mundial, los Juegos Olímpicos, son escenarios que me gustan y en los que me siento muy cómoda y que los disfruto. Me gusta mucho esa sensación, aprendo mucho también y el hecho de estar con las mejores del mundo te hace aprender de ellas y de tratar de mantenerse a su nivel.
¿Qué se te pasa por la cabeza en este momento, sabiendo que sos de los pocos atletas argentinas que tienen participación en la Diamond?
Me siento muy satisfecha por haber logrado estar ahí. A veces uno no toma conciencia de lo hecho y se preocupa por transitar el camino, de superarse y de mejorar. Así es que llegan torneos como éstos que nos sorprenden y nos gusta. Es un placer poder darle a la Argentina una participación de este nivel. Son torneos que se dan por el resultado del trabajo que uno viene haciendo y por las marcas que uno mantiene. Ojalá que no sea la primera, que se repita y que podamos tener muchas más Diamond encima.
¿En qué pensaste apenas terminaste de competir y viste tu quinto puesto?
En lo primero que pensé fue en mi entrenador. Me sentía contenta por lo que había logrado pero sabía que si él hubiera estado ahí, habría sido distinto. Tuvimos la mala suerte de que no me pudo acompañar, el resto de las competidoras sí estaba con sus entrenadores y se siente en ese aspecto que estás en desventaja. Se me escapó el cuarto puesto por muy poco, por un metro nada más y creo que de haber estado mi entrenador, ese cuarto puesto hubiera sido posible. Hay cosas de las que no me di cuenta adentro de la pista y no me fue fácil estar pensando en lo que debía hacer, lo que quería lograr y, entre cada lanzamiento, pensar qué había hecho mal para corregirlo en el próximo. En estos casos es imprescindible el entrenador, ya sea para una palabra de aliento o para una corrección y, en este caso, creo que su presencia podría haber hecho la diferencia.
¿Por qué no estuvo?
Él no pudo estar por unos problemas de trámites, pero también hubo otra realidad. Antes de viajar a la Diamond League tuve una gira de un mes con torneos previos, pero que fue rechazada por el ENARD por el presupuesto. No podíamos viajar los dos. Hice torneos en Francia, España y Polonia, un mes de gira sola, es algo a lo que no estoy acostumbrada. Son deportes en los que no podés estar sin entrenador, y más en la alta competencia. Si querés hacer las cosas bien, las tenés que hacer bien de entrada. A veces acostumbramos a ir a los Sudamericanos o Grand Prix solos, porque son torneos en los que uno va y vuelve. Pero estar un mes sola, más los entrenamientos. Es la primera y última vez que lo hago de esta manera. Si tengo la oportunidad de tener otra Diamond League, es con mi entrenador. Si vuelven a rechazar nuestro trabajo, voy a optar por no ir para hacer las cosas bien.
Durante ese mes que estuviste sola, ¿cómo te las arreglaste para los entrenamientos?
Hoy la tecnología está de nuestro lado. Día por medio hablábamos por Skype y por las aplicaciones que hay para hablar con wifi. Había entrenamientos en los que yo grababa los lanzamientos y se los mandaba para que me corrigiera los errores. Por ejemplo, después de la Diamond estuve en tres lugares distintos, con horarios distintos y eso me mató físicamente. Los entrenamientos no eran como debían ser y hacía todo sola. A la distancia nos manejamos como podíamos y él me ayudaba para acompañarme de la mejor manera posible. Tratamos de mantener el contacto.
¿Qué aspectos técnicos tenés que mejorar?
Son cosas muy chiquitas las que hay, pero que hacen la diferencia en los metros. Son cuestiones muy finas, muy técnicas, pero lo que buscamos en la salida es que el movimiento sea lento y controlado para que desde el medio hasta el final haya una aceleración y explosión mayor. Son cosas que por la ansiedad y el apuro uno hace rápido y no se logra el cambio de ritmo. Por eso lo estamos trabajando. Otro error que tenemos es que se me cae el brazo derecho porque corto el movimiento en el medio. Son esas pequeñas cosas que cuando logramos corregirlas, el disco llega a 61, 62 metros y sabemos que tenemos que hacer hincapié en eso para ir ganando distancia. Desde ya te digo, son cosas muy finas y mínimas pero que hacen la diferencia.
¿Qué esperás para lo que queda de 2014?
Estamos en una tercera etapa de entrenamiento: la primera fueron los Odesur, la segunda la Diamond y esta tercera es el tramo que va hasta agosto para los Iberoamericanos, que serán en San Pablo a principios de agosto. Estamos en la parte final del año, pero trabajando con mucho esfuerzo y mucha energía, buscando seguir creciendo y mejorando. Queda mucho por dar todavía. Esperamos cerrar el año de la mejor manera. Es un año atípico porque no hay Mundial ni Juego Olímpico, entonces es un año de transición.