La Selección Femenina de Handball Playa intensifica su preparación de cara al Mundial de Brasil.
Por Nicolás Bavoleo
El viento, el frío e incluso alguna que otra lluvia se ha presentado esta semana. Sin embargo, en la cancha de arena del Parque Sarmiento, las chicas del seleccionado argentino de beach handball, se entrenan allí todos los fines de semana para estar en óptimas condiciones para el Mundial a disputarse en Recife, Brasil, del 22 al 27 de julio. Este mismo grupo logró el año pasado la clasificación por primera vez en su historia al evento mundialista, y este año en los Juegos Suramericanos de Playa Vargas, Venezuela, obtuvieron la medalla de plata en una final con mucha polémica.
Al llegar a la cancha se vio un espejo de agua, pero lamentablemente no era un paisaje como el que se puede observar en la Costa Atlántica. Las magras condiciones del terreno hicieron que el agua se estancara, por lo que las dirigidas por Salvador Comparone debieron entrenar en arena mojada y dura, haciendo que la caídas sean más fuertes y se corra peligro de alguna lesión. A pesar de todos los inconvenientes, con un gran sentido de equipo las chicas armaron los arcos, diagramaron la cancha y una vez todo listo, arrancó la entrada de calor y las risas empezaron a sonar y retumbar por todo el complejo.
Una vez que los brazos estuvieron calibrados, comenzó el show. Las chicas demostraron con mucho talento y fantasía el espíritu de este deporte, donde los goles con definiciones creativas valen doble. Se pudo observar cómo volaban por la arena, donde a las chicas poco les importó que hiciera frío y la arena estuviera húmeda: ellas dejaron todo en la improvisada playa de Saavedra como si estuvieran jugando el Mundial.
El juego no da respiros, con mucha movilidad, rotación y coordinación, sobre todo a la hora de los cambios. Eso es algo en lo que hace mucho hincapié su entrenador. Porque a diferencia del Indoor, la zona de cambio es toda la banda, salvo el área de la arquera. Entonces, las que defienden deben salir rápido para que entren las atacantes en un juego muy vertiginoso y que brinda un gran espectáculo a los presentes.
Una vez finalizado el entrenamiento, las chicas en conjunto guardaron todos los elementos, se sacudieron la arena y el sol les dio un guiño para volver felices a casa, sabiendo que están todas comprometidas con dejar a Argentina bien alto en el Mundial.
