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Básquet

La era dorada llegó a su fin

Argentina tuvo un excelente primer cuarto pero luego fue pasada por encima por Estados Unidos, que se impuso 105-78. Fue el último partido del cuarteto de cracks que logró el oro en Atenas 2004. Se retiraron golpeados, pero con un merecido reconocimiento tanto de hinchas propios como de rivales. ¡Gracias por las alegrías!
Estaba la ilusión de despedirlos en un podio, pero no pudo ser. Después de cerrar la primera fase de los Juegos Olímpicos de Río 2016 en el cuarto puesto con un cuádruple empate, el rival para cuartos de final fue Estados Unidos. Así el miércoles 17 de agosto de 2016 marcó el final de los últimos representantes con carrera de la Generación Dorada. Ante el equipo de las epopeyas, Ginóbili, Scola, Delfino y Nocioni tuvieron su adiós con una caída por 105-78, resultado que simplemente quedará para el dato.
 
Argentina tuvo un inicio para la ilusión. Con mucha intensidad y un buen marcaje, el equipo de Sergio Hernández incomodó los lanzamientos norteamericanos. A partir de errores rivales, llegó la diferencia favorable. En la pintura se impuso Scola con un buen trabajo frente a Cousins, mientras que Campazzo dobló a Irving en velocidad con sus grandes cortes al aro para tomar una ventaja máxima de 10 (19-9). 
 
Pero como si nada Estados Unidos entró a meter. Kevin Durant se puso el equipo al hombro y demostró porque es de los mejores jugadores que tiene el básquet mundial en la década, acertando desde lejos y media distancia. Los esfuerzos del refuerzo de Golden State fueron acompañados por Paul George para achicar y el Dream Team remontó para acabar el cuarto inicial arriba 25-21 (racha de 14-2).
 
El problema de Argentina fue la rotación y el desgaste por la intensidad de los primeros minutos, además de la lógica capacidad goleadora rival. Sin certezas en ataque más allá de la garra nacional, Estados Unidos despegó como si nada. El equipo norteamericano aprovechó los errores nacionales para hacer a Argentina pagar del otro lado de la cancha. La velocidad de Irving y Paul George fueron letales para anotar cerca del aro, mientras que también lo fue el poderío de DeMarcus Cousins en la pintura. Ellos, además de Durant, hicieron un parcial de 31-19 para ir al descanso arriba 56-40.
 
Con la historia casi sentenciada, Argentina hizo la apuesta lógica desde el tercer cuarto. El equipo de Sergio Hernández empezó a mover la pelota y lanzar cada vez que tuvo un pequeño espacio, buscando más que nada el lanzamiento lejano. Sin grandes errores en los pases, tubo un buen desempeño ya que Estados Unidos no pudo estirar mucho la diferencia hasta que El Alma empezó a fallar en sus tiros. Así el cuadro norteamericano se alejó a 87-61 con 10 minutos por jugar.
 
El último cuarto fue especial. No importaba lo que pasaba dentro de la cancha, sino lo que sucedía entre el público. Tanto jugadores argentinos como estadounidenses miraban atónitos, emocionados y sorprendidos por las continuas ovaciones nacionales a los eternos representantes de la Generación Dorada. Entre lágrimas y emociones encontradas se dio un juego muy parejo, donde Hernández entendió que lo mejor era dejar en cancha a los veteranos para que se lleven sus merecidos aplausos mientras que Estados Unidos se lució con volcadas para ver en videos una y otra vez. ¿El resultado? 105-78 para el Dream Team.
 
En el final Estados Unidos festejó, mientras los jugadores argentinos dieron cuota de profesionalismo entre lagrimas. Todos lo anunciaron menos Scola, fue el final de una era para el cuarteto Ginóbili-Delfino-Nocioni-Scola. Muchas lágrimas y emoción rodearon a cracks que consiguieron la alegría máxima en Atenas 2004, luego fueron de bronce en Beijing 2008 y cuarto puesto en Londres 2012. Quedará en el tintero Río 2016 como un gran torneo que encontró al Alma frente al Dream Team. Poco importa la quinta posición, eternas gracias a los monstruos de nuestro básquet.

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