“El espíritu olímpico es el valor que le da uno al deporte dentro de su vida”
Cecilia Biagioli compitió desde los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 a Londres 2012 sin interrupción. Sus cuatro apariciones le marcaron su vida, viviendo momentos diferentes entre sí. En Argentina Amateur, la nadadora habló de su experiencia.
Por Ángeles Vidal
Para todo el mundo una experiencia olímpica es un momento diferente dentro del deporte. En cuanto al público significa la chance de mezclarse con personas de otros países y vivir dos semanas de una manera muy diferente a la que se pueda encontrar en cualquier parte. Por el lado de los dirigentes pasa por el costado de la organización de un evento único que debe tener hasta el más mínimo detalle contemplado para luego disfrutar. Y para los atletas es la chance de estar presente en la gran fiesta del deporte, un lugar que muchos anhelan llegar pero unos pocos lo logran hacer.
Dentro de este último grupo está la gigante cordobesa Cecilia Biagioli. Nacida el 3 de enero de 1985, tuvo la oportunidad de vivir su primer Juego Olímpico en Sídney 2000 con 15 años. Luego siguieron las apariciones en Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012, en este último fue decimoséptima.
Tras su ausencia en Río 2016, la argentina tendrá el gran objetivo de volver a decir presente en Tokio 2020. A continuación, la nadadora argentina analiza sus experiencias olímpicas:
¿Qué sensaciones recordás de tu debut olímpico?
Mi debut olímpico fue a los 15 años Sídney 2000 precisamente. Mis sensaciones no fueron de las mejores en ese entonces. Era muy chica y no tenía noción de lo qué era un evento de esa magnitud. Con decir que era mi segundo viaje fuera del país. Lo sufrí demasiado y más al no tener a mi entrenador conmigo. Pero me sirvió muchísimo para madurar y como experiencia única.
¿Qué aspectos cambiaron en tu preparación y/o participación, en las siguientes ediciones?
Creo que esos JJOO fueron el punta pie para decir; de acá en mas esto es lo que quiero para mi, esta es mi vida. De ahí hasta el día de hoy es mi forma de vivir. Sabía que la perseverancia, disciplina, amor y mucha actitud que uno ponía a la hora de entrenar tarde o temprano da sus frutos.
¿Cómo definirías el espíritu olímpico?
Definiría el espíritu olímpico como el valor que uno le da al deporte dentro de la vida. Creo que los JJ.OO es eso.. no solo el deporte de competición que sea como una superación sino también la de transmitir la bondad del deporte como una forma de desarrollar nuestras virtudes como seres humanos es decir, que el deporte no sea un fin en la vida sino un medio para favorecer el bienestar de una persona en la dura tarea de realizar nuestros objetivos.
¿Qué anécdota te dejaron los Juegos? ¿Cuál fue más especial y por qué?
Tengo una anécdota de los JJ.OO 2008 en Beijing. Después de la ceremonia de apertura de los jjoo en la villa olímpica el comedor estaba cerrado para cenar, sólo daban viandas. Algunas de esas viandas eran arroz con camarones. Nunca había probado y quise hacerlo en ese momento. A los 15 min comencé a toser, como que sentía algo raro, pero no le di importancia. Y era tarde y nos fuimos a dormir. A la hora me desperté con mucha tos y toda en ronchada. Fui al médico de Argentina en donde me dieron antihistamínico como no hacia efecto me llevaron al policlínico de China dentro de la villa. Me inyectaron otro antihistamÍnco. DormÍ casi todo el día. Y lo peor que al día siguiente competía.
Buscaste la clasificación a Rio 2016, pero no se dio, ¿cómo te sentiste?
Rio iba a ser muy especial para mí. Por el esfuerzo que hice para poder llegar. Siendo mama no me fue fácil volver. Era como el broche de oro para mi carrera deportiva poder estar en mi 5 jjoo. Pero por varias circunstancias eso no se pudo dar. En su momento me sentí muy triste de haber dado mucho y no haber conseguido el objetivo. Pero sé que todo pasa por algo y valoro mucho el proceso. Hacer otro ciclo olímpico es un objetivo a largo plazo pero no descarto esa posibilidad. Creo que mi despedida en el alto rendimiento aun no se pudo concretar como yo quería.