Hiperandrogenismo: ¿Condición natural o ventaja deportiva?
Esta condición congénita y hereditaria ha generado controversias en el mundo deportivo a lo largo de los años. Aún hoy, el problema continúa.
Abierta la polémica por la múltiple campeona olímpica Caster Semenya, quien ahora deberá aplicarse hormonas femeninas para competir por haber perdido el juicio a la IAAF, la dra. del COA Patricia Sangenis explicó en detalle de qué se trata esta condición que afecta a miles de personas.
La demostración de la femeneidad no es para nada nuevo. De hecho las pruebas (denominadas en la antigüedad como “Sex test”) comenzaron en 1967, bajo la sospecha de que Alemania y la Unión Soviética anotaban hombres como mujeres. Estos humillantes tests a los que eran sometidas las mujeres iban desde caminar desnudas por delante de profesionales especialistas en género hasta análisis ginecológicos y cromosómicos.
Entonces, ¿qué es el hiperandrogenismo? Según la definición de Sangenis, es una condición congénita y hereditaria que (puede afectar a niños también) se produce cuando la mujer presenta valores de testosterona que superan el normal y que hasta pueden llegar a ser similares a los de los hombres.
La causa más frecuente de esta afección es la hiperplasia adrenal, la cual afecta a 1 de cada 10000 niñas y niños. La característica principal es que estas carecen de enzimas encaradas de producir hormonas como el cortisol y la aldosterona, por eso es que aumentan los andrógenos y se vislumbran las características masculinas.
Entonces, las niñas con hiperplasia suprarrenal tienen órganos internos reproductores femeninos normales, aunque sus genitales pueden tener apariencia femenina o masculina con rasgos físicos más masculinos. O, también, pueden tener rasgos femeninos pero desarrollar músculos y huesos masculinos. En otros casos existen las mujeres que se denominan “intersexuales”, que son aquellas que tienen genitales externos femeninos, con presencia o no de órganos internos femeninos y testículos no descendidos.
Aquí es donde comienza la confrontación. Porque según la ciencia, hay dos factores que definen el género: la genética (cromosoma XX es mujer y XY es hombre) y el fenotipo sexual (define la apariencia y rasgos físicos). A partir del concepto de autopercepción, que se convirtió en ley en algunos países, hace que los límites en el deporte sean confusos y no garanticen igualdad en su totalidad.
A raíz de la acusación de “no éticas”, el COI y la IAAF desistieron de las pruebas de género. Y se establecieron límites de testosterona: el superior es 10 nanomoles por litro, mientras que el inferior es el estándar masculino, que en las mujeres el promedio es de tres. Finalmente, la IAAF decidió reducir, en las pruebas de medio fondo, la cantidad a 5nm.
Una situación por de más compleja, que involucra a distintas mujeres del deporte internacional. Una situación que invita al debate y la reflexión, a pesar de las palabras cruzadas.