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Tchoukball: donde la violencia no tiene lugar

Caracterizado por el fair play absoluto, el Tchoukball se incluyó en las escuelas de Suiza, Francia, Israel y China, entre otros, para generar un positivo desarrollo de las capacidades físicas, psicológicas y sociales de los estudiantes.

Creado por el médico suizo Hermann Brandt en la década del ’70, este deporte es la síntesis perfecta entre las habilidades motrices y reglamentos del vóley, handball y pelota vasca.

Bajo el concepto de solidaridad entre rivales y con el fin de evitar todo tipo de lesiones, la invención de Brandt con el tiempo fue aceptada y difundida las escuelas de Europa y Asia, a tal punto que el Tchoukball ganó el Premio Thulín, por parte de la Federación Internacional de Educación Física (FIEP), por su presentación del informe “Estudio crítico científico de los deportes de equipo”, el cual es una crítica a los deportes en conjunto sobre los valores pedagógicos, médicos y técnicos. También está acreditado por la Unesco como un Deporte para el Desarrollo, la Integración y la Paz.

Pronunciado en español como chukbol y que puede jugarse en tierra, cemento o césped, es regulado por la Federación Internacional de Tchoukball (FITB), fundada en 1971, y ya cuenta con la óptima aprobación de países como Taiwán, Reino Unido, Suiza, , India, Japón, Canadá, Brasil, Estados Unidos, Italia, República Checa, Macao, Singapur, Argentina, Perú, Uruguay, Colombia, México, Chile y Uruguay.

El deporte se juega sobre una cancha de entre 26 m. y 29 m. de largo por 15 m. y 17 m. de ancho. En cada extremo hay un “cuadro de rebote”, bastante similar a un trampolín, que mide un 1 m2 y un semicírculo (una “D”) que mide de 3 m. desde el arco en todas las direcciones.

Cada equipo de siete jugadores puede anotar un punto en ambos extremos. Para conseguirlo es necesario que la pelota impacte en los centros de rebote y, al rebotar, tocar el suelo, sin ser interceptada por un contrincante. Cada partido se comprende de tres tiempos de 15 minutos cada uno.

El contacto físico está terminantemente prohibido y los defensores no deben interceptar los pases del rival. Los jugadores pueden realizar tres pasos con el balón, mantenerlo durante un máximo de tres segundos en sus manos y acto seguido deben efectuar el disparo. Si un jugador no acierta al cuadro después de realizar un tiro, el equipo defensor obtiene un punto.

El Tchoukball fomenta el respeto por el adversario y la cooperación grupal, estimulando todos los participantes. Integra socialmente, siendo un deporte apto para familias, adultos, niños de ambos sexos y personas con capacidades diferentes.

Formas de anotar puntos:

– Cada vez que la pelota impacte en el centro de rebote y luego caiga en el piso.

– Cuando el jugador de la defensa deja caer el balón una vez rebotó sobre él, luego de haber impactado en la malla elástica.

– Cuando el jugador de la defensa detiene la pelota estando ubicado en la zona prohibida.

– Cuando la pelota rebota debajo de la rodilla del jugador de la defensa.

Serán un punto en contra sí:

– La pelota impacta en la malla y rebota en el área prohibida.

– La pelota cae fuera de la cancha.

– El balón no impacta en el cuadro de rebote.

– El balón rebota sobre el jugador que lo lanzó contra la malla.

TCHOUKBALL EN ARGENTINA.

Es en Concordia, Entre Ríos, donde inicia el auge de esta disciplina, gracias al profesor Miguel Ángel Pérez, quien lo desarrolla desde el año 2000. En Concordia se practica en distintos establecimientos escolares desde el 2009, cuando fue incorporado como disciplina en el Centro de Educación Física N°4 “General San Martín”.

A nivel internacional, la selección mayor participó de dos sudamericanos: en Argentina en 2006 y en Brasil 2010 con categorías masculino y femenino. En 2008 estuvo presente en la eliminatoria para Kaohsiung World Games 2009, en Taiwán. También fueron parte del Panamericano 2012 en Uruguay, Colombia 2014 y México 2016 con las categorías M12, M15, M18 y mayores masculinos.

En Entre Ríos también se encuentra la sede de la Asociación de Tchoukball Argentino (ATBA), miembro de la FITB y de Confederación Argentina de Deportes Alternativos (CODASPORT). En 2017 se disputó la I Liga Regional de Tchoukball, obviamente en ciudades entrerrianas. Ese mismo año se llevó a cabo en Villaguay la Copa Challenger; siendo ganador de ambos torneos Santa María de Oro de Concordia.

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