La marplatense tuvo una carrera señalada por éxitos pero también por lesiones que no la dejaron participar de los Juegos Olímpicos.
Comenzó a practicar gimnasia artística de los tres años en el club Quilmes de Mar del Plata. Para 2005 eligió dejar la escuela para dedicarse totalmente a entrenar.
Sus primeros pasos en el seleccionado fueron en 2006. En los Juegos Sudamericanos que se realizaron en Buenos Aires formó parte del equipo que ganó la medalla de plata y luego clasificó a los Juegos Panamericanos de 2007, donde fue la menor de la delegación.
En cuanto a sus primeros hitos de manera individual, en 2008 se convirtió en la primera argentina en obtener dos preseas en una Copa del Mundo.
Pero el camino de rosas también tiene espinas: las lesiones empezaron a marcar el camino de Ayelén en 2011. El año previo a la cita olímpica, durante los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 sufrió la ruptura del tendón de Aquiles del pie izquierdo, lo que significó la primera lesión que la alejaría de un Juego Olímpico.
En su regreso a las compentencias se lució y en Eslovenia consiguió la primera medalla de oro en Copas del Mundo para Argentina. Además fue invitada al Festival Olímpico que se realizó en México, en donde alcanzó el oro en viga, plata en suelo y bronce en asimétricas. Otra vez en 2014 su cuerpo se lastimaría, en esta ocasión sería el codo. Pocos días antes de viajar al Mundial, al competir en el Campeonato Nacional, sufrió una caída en las paralelas.
Llegó el 2015 y Tarabini enfrentaba un año preolímpico con la posibilidad de lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016. En el Campeonato del Mundo que tuvo lugar en Glasgow, las argentinas comenzaron compitiendo en viga y la segunda rotación fue suelo. Durante la rutina del segundo aparato, Tarabini se rompió el tendón de Aquiles del pie derecho, pero decidió continuar con el ejercicio hasta la última diagonal, en la cual cayó sentada.
En una paradoja rara y dolorosa a la vez, mientras se desvanecía el sueño olímpico, Ayelén escribió un nuevo capítulo en la historia de la gimnasia argentina. Logró ser la número uno del ranking FIG en suelo y viga, incluso sin haber competido en las últimas Copas del Mundo.
No pudo ser Londres 2012, tampoco Río 2016 y es por eso que la apuesta era para Tokio 2020.
En el Mundial de 2018, la selección femenina obtuvo su mejor puesto en equipo y Ayelén quedó décima en viga, muy cerca de la final. Para acceder a Tokio 2020 era necesario que compitiera en all around, pero por decisión del Head Coach Roger Medina solo participó en asimétricas y salto. En el segundo aparato tuvo un gran desempeño.
Sttugart 2019 fue la última vez que Tarabini representó a Argentina, ya que en abril anunció su retiro de la actividad mediante un texto que publicó en sus redes sociales. En el escrito acusó a Medina de malos tratos y de una planificación de entrenamientos que ponía en peligro su cuerpo marcado por lesiones.
Ayelén Tarabini marcó historia en la gimnasia argentina y de la importante. El destino no quiso que participara en Juegos Olímpicos pero tuvo grandes logros que la posicionan como una de las mejores gimnastas del país. Asimismo su carrera profundiza el significado de resiliencia y deja la enseñanza de volver a empezar cada vez que su lesiones se convertían en un obstáculo.
Foto: Mundo D