Los Juegos Olímpicos de Tokio pueden ser los primeros para muchos deportistas. Pero, en el básquet argentino, hay varios candidatos que podrían repetir. ¿Quiénes son los jugadores de El Alma que tienen otra oportunidad olímpica?
Por Sol D’Amato
A 10 días del comienzo de los Juegos Olímpicos, este es un repaso de los jugadores argentinos con experiencia en la competencia.
Si hablamos de experimentados, Luis Scola tiene todos los números. Campeón olímpico en Atenas 2004, con 24 años se sumaba en su pecho la medalla de oro, y daba comienzo junto a ese mítico equipo a la Generación Dorada. Fue parte de todos los partidos que jugó la Selección, destacándose como máximo goleador en tres de los partidos: la derrota con España (26), la victoria con Nueva Zelanda y en la mítica final ante Italia (25).
Luifa formó parte también de la Selección de bronce de Beijing 2008, del cuarto puesto en Londres 2012 y del octavo puesto en Río 2016, con el honor de haber sido el abanderado de la delegación argentina. En Brasil, jugó 181 minutos, hizo 59 puntos, 50 rebotes y 9 asistencias.
Facundo Campazzo formó parte del plantel olímpico de Londres 2012 por primera vez. Con 21 años y todavía jugando en Peñarol, el cordobés sumaba sus primeros minutos con la Selección, en la máxima competencia del deporte mundial. Allí promedió 151 minutos en 8 partidos que disputó Argentina, convirtió 37 puntos, 18 rebotes y 26 asistencias. Río 2016 lo vio con más protagonismo: en 6 partidos, jugó 170 minutos y aportó 95 puntos, 18 rebotes y 35 asistencias. Fue el conductor de la nueva era de jugadores, en donde se comenzó a visualizar el comienzo del recambio hacia El Alma.
En este recambio, Río 2016 fue el final de una Generación, y el comienzo de una nueva era de jugadores. Fue el último gran evento para los dorados del 2004 que aún permanecían en la alta competencia: Manu Ginóbili, Andrés Nocioni y Carlos Delfino. Y fueron los primeros pasos de jóvenes promesas: Nicolás Laprovíttola, Nicolás Brussino, Gabriel Deck, Marcos Delía y Patricio Garino.
El Pato hacía sus primeros pasos en la Selección, con una participación destacable. Jugó en todos los encuentros, con un total de 149 minutos, colaborando con 38 puntos y 19 rebotes. Lapro, por su parte, le aportó a Argentina durante la competencia 49 puntos, 13 rebotes y 16 asistencias, en 102 minutos. Brussino, con 23 años, jugó 23 minutos y aportó 6 puntos, dos en cada partido que disputó (Nigeria y España en fase de grupos, y Estados Unidos en cuartos). El Tortu con 21 años jugó algunos minutos en 5 de los 6 partidos que jugó la Selección, con un total de 38. Delía jugó en todos los partidos del Alma en la competencia, acumulando 61 minutos y 11 puntos.
Todos estos jugadores han aceptado el legado, y en este proceso de recambio, que para cualquiera puede ser pesado, ellos han logrado afianzarse y conseguir un crecimiento progresivo, que alcanzó el oro panamericano y el subcampeonato del mundo en 2019.
Hoy, esta mezcla de experiencia y juventud, pero de una juventud experimentada y con un gran presente, tiene la cabeza puesta en aceptar el desafío, tener un nombre propio, dejar de ser los sucesores para ser “El Alma”, la Selección Argentina de básquet.
Fotos: CAB
Las Vegas: The Last Dance
La Selección tiene una última chance antes de emprender viaje a Tokio. Se enfrentarán esta tarde ante Estados Unidos, en el tercer encuentro del ciclo de amistosos de preparación. Será televisado por la TV Pública desde las 18:45 hs. Ambos equipos suman dos derrotas en el certamen.
Los de Hernández cayeron ayer por la tarde ante Nigeria 71-94, en un partido que dejó sabor a poco y un equipo africano que puede generar mucho lío en los Juegos. En esta oportunidad todos los jugadores tuvieron minutos de juego, pero, a diferencia del partido ante Australia, se pudieron ver algunas imprecisiones en la defensa perimetral. En el ataque, hubo fallas en el tiro de tres puntos, y problemas para penetrar pelotas.