
Rocío Comba tomó la decisión de abandonar la práctica deportiva de alto rendimiento. Luego de 21 años de competencias la atleta cordobesa expresó todo su agradecimiento al deporte y a su familia.
Después de 15 años en el seleccionado nacional y toda una vida dedicada al atletismo, Rocío Comba decidió dejar de competir. Aunque en sus inicios se dedicó al lanzamiento de bala, sus mayores logros fueron de la mano del disco. La oriunda de Río Cuarto comenzó a practicar esta disciplina cuando sólo tenía 9 años, a los 15 ya representaba al país.
Destacadísimos logros deportivos fueron los que consiguió en todos estos años. Participó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016. Además clasificó a cinco Campeonatos Mundiales en los que, en tres de ellos, logró pasar a la ronda final. El año pasado, en el Nacional de Chaco, empezó a pensar en este momento. Con el título asegurado de la bala y disco se catapultaba como la atleta más ganadora en la historia del país. Fueron 12 medallas de oro en lanzamiento de disco y 11 en bala.
Hoy, con tan sólo 30 años siente que no puede dar todo lo que debería y que su cuerpo le está pasando factura por tantos años de duros entrenamientos. “Son 21 años de entrenamientos que año tras año fueron creciendo en relación a mi desarrollo, pero se van sumando y son difícil de soportar. En 15 años consecutivos de selección argentina debo decir que es mucho el camino recorrido, con altos y bajos pero siempre en la búsqueda del crecimiento“, escribió en un posteo de Instagram.
Su mejor marca en bala fue en el año 2006 con 16m59. El mejor registro con el que cuenta en disco es de mayo de 2013 en Brasil, 62m77, pero sin dudas el más importante fue el que consiguió en la final del Mundial de Moscú de ese año, 62m39, quedándose con el 12º puesto en la general. Justamente desde Rusia se trajo uno de sus mejores recuerdos de su vida. Comba, es una de las pocas atletas que tiene una cercana relación con la rusa Yelena Isinbayeva, a quien conoció en los mundiales que compartieron. Ésta le regaló una cadenita de oro con una medalla que tiene el sol y la luna. Estaba sorprendida por el tatuaje que Rocío tiene en su espalda, que es el símbolo del frío. Entonces le hizo ese regalo para que el sol caliente toda esa frialdad y la luna le ilumine las noches. “Pueden pasar años tal vez sin que nos volvamos a ver, pero ninguna se va a olvidar de la otra”, confía la cordobesa que, con un dejo de nostalgia y mucho de humildad en ese mismo posteo decía “Si bien he llegado mucho más lejos de lo soñado cuando era pequeña, soy consciente de que nunca me sobró talento y todo lo logrado ha sido en base a convicción y tamaño, no sé hacer las cosas si no es de esa manera”.
Foto: Tercer Río Noticias