José Félix Domínguez habló en exclusiva con Argentina Amateur Deporte y detalló lo realizado en los Juegos Panamericanos. El espadista resaltó la medalla plateada conseguida en equipo luego de 70 años.
Por Matías Montoya
(@MatoMontoya)
La esgrima argentina crece año tras año. En cada ciclo olímpico siempre hay un tirador que es noticia; no sólo por el logro personal, sino que también está ese empuje tanto de la ENARD, del Comité Olímpico Argentino y de la Federación de Esgrima para que el atleta pueda llegar a ser.
Si de logros hablamos, la esgrima desde los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 hasta los Juegos Suramericanos de Cochabamba en 2018, ha cosechado buena siembra y deportistas.
Entre la Espada, el Florete y el Sable, la primera tuvo un gran Juego en Lima (obviamente que los otros dos instrumentos también); y José Félix Domínguez fue artífice y protagonista principal dentro de la pedana para que los logros sean visibles.
Con los Panamericanos ya consumados, ¿qué balance hace de los Juegos?
El balance para la esgrima fue muy positivo. Lo hecho en Toronto 2015 había sido ya histórico. Con 1 de plata y 3 de bronce. Empatar eso era un desafío enorme y se superó ampliamente, además seguimos subiendo la vara. Desde la espada masculina pudimos, después de un torneo individual que nos había dejado gusto a poco (en Toronto había obtenido plata y Jesús Lugones viene teniendo resultados tremendos), logramos hacer una presentación impresionante junto a Ale Taccani en equipos y sacar una plata que no se obtenía desde hacía 70 años.
La Espada masculina atraviesa un buen momento, ¿qué es lo que falta para dar la estocada final de cara a los Juegos Olímpicos?
La competencia en el Continente es feroz. Tenemos un campeón olímpico (Limardo), hay campeones mundiales por equipos (EE.UU.), Cuba se suma con un equipazo y toda América viene mejorando muchísimo. Las plazas en los Juegos Olímpicos son escasísimas. Y la nuestra, considero, es el arma más competitiva. Esperemos que en Tokio la espada argentina tenga un representante, creo que a esta altura, se lo merece.
¿Cómo es su calendario de acá a fin de año? ¿A qué torneos le dará más importancia pensando en Tokio 2020?
Por suerte ahora arrancan las vacaciones luego de una temporada que para mí fue la más dura que he tenido en mi carrera. Ahora queda descansar y empezar una pretemporada que va a ser muy muy importante. A finales de octubre empieza nuestra temporada internacional. Tenemos programado estar en todas las copas que cuentan para la clasificación olímpica.
¿Qué cambios tuvo la esgrima de lo que fue Toronto 2015 a estos Panamericanos?
No diría que hubo cambios significativos y creo que en eso radica parte del avance, poder trabajar más a largo plazo. El equipo de espada, que es en el que yo participo, lleva siete años trabajando y la medalla del otro día tiene muchísimo que ver con eso. Obviamente después hay que seguir mejorando un montón de cosas pero la base de consistencia la estamos logrando. Tenemos desde el 2015 para acá 8 medallas continentales: 5 por equipos y 3 de manera individual (1 oro, 3 platas y 4 bronces)
A su modo de ver la esgrima y por la amplia experiencia que tiene, ¿hay recambio en la delegación de esgrimistas? ¿La Federación ayuda?
Como decís soy el más grande de la delegación (risas). En general el equipo es bastante estable y se van incorporando y probando algún que otro integrante. Creo que la Federación tendría que aprovechar el envión de los Juegos para hacer base. Así como se pudo hacer un proyecto de alto rendimiento a largo plazo, hacer uno más profundo para generar una masa crítica de esgrimistas. Siento que ahí vamos a poder dar el salto más grande. Obviamente se necesita realizar un trabajo muy profundo. Personalmente hace un año empecé con algunos cursos del COA como la Academia Olímpica Nacional y después fui seleccionado para participar de la Academia Internacional y tengo planeado ir capacitándome para poder contribuir al crecimiento.
Foto: Peri Soler para AAD
