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La masculinidad en el deporte argentino

El brutal asesinato de Fernando Báez Sosa puso en agenda un combinado de variables que influyen en la sociedad y que ya no se pueden ignorar. Entre ellas, la importancia de atender el problema de las masculinidades y su impacto en la vida de cada uno de nosotrxs. Julia Hang, Socióloga y becaria del CONICET, echó luz a la cuestión y simplificó este panorama que parecía, hasta hace poco, complejo e inimaginable.

Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia)

Una muerte siempre genera conmoción, sin dudas. Pero lo que generó la muerte de Fernando Báez Sosa en manos de un grupo de rugbiers, fue más allá, porque caló en las profundidades y disparó otros interrogantes que apuntan directamente a concepciones sociales y culturales que hoy invitan al debate y la reflexión. En la búsqueda de “los culpables” intelectuales del hecho figuran el rugby, sus valores e imagen del “jugador perfecto”; el argumento del poder e impunidad al pertenecer a determinada clase social y hasta hay quienes tildan de “irracional” o “salvaje” un hecho que tiene su génesis en algo más cotidiano de lo que pensamos. ¿Género? ¿Masculinidades? ¿Homofobia? Todo eso y un poco más son conceptos a desarrollar en esta nota.

En AAD dialogamos con Julia Hang, Socióloga de la Universidad de La Plata y becaria del CONICET, quien gracias a su estudio y a tesis e informes de otrxs profesionales, ayudó a clarificar una situación que parece encontrar una causa, consecuencia y conlleva a pensar (con mucho trabajo conjunto) en una solución a futuro.

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“El mundo del rugby exacerba esa masculinidad violenta, que no es algo que nace ahí sino que tiene que ver con muchos factores sociales que contribuyen a esto. Deportes como el fútbol y el rugby han tendido a ser deportes de varones para varones regulados por varones con la lógica del macho en oposición al puto y a las mujeres”, comienza Hang.

Y se explayó: “En la tesis de Juan Branz “Machos de Verdad”, el rugbier se identifica colectivamente en torno a la idea del macho y mucho de lo que se juega es eso, denigrar al que se feminiza. Estas son algunas de las dimensiones que me parecen interesantes y que ponen en agenda un tipo de masculinidades: desde el feminismo se viene insistiendo hace tiempo porque el machismo no solo mata mujeres sino que mata varones y genera violencia entre ellos. Este lamentable caso sirve para aprovechar esta gran crítica y pensar en otra posibilidad de masculinidades, por ejemplo, el expresar emociones. También para trabajar desde la casa, la escuela, con la ESI y sobre todo con responsabilidad”.De todas maneras, la socióloga no deja de lado el hecho de que se mezclan cuestiones de clase y racismo, porque son “hijos del poder” cuyas diferencias con el resto en cierto modo “validan” que se le pueda pegar a otros porque “su vida no vale lo mismo que la mía”. 

Foto: Sport

¿Por qué tanto miedo a la concepción de género? Quizá por desconocimiento o simplemente rechazo y prejuicio, muchas personas reducen las temáticas de género al binarismo entre hombres y mujeres y la lucha de la igualdad de la mujer ignorando, no solo la identidad de género y elección sexual, sino también el hecho de que la temática de género exista, colabora en una mejor relación entre varones. Algo muy común en el deporte son los denominados “bautismos”, generalmente conocidos entre los varones en los cuales de un grupo a otro (con conocimiento de los entrenadores) se obligan a pegarse, pasearse desnudos y someterse a otras cosas horribles que en muchos casos les generan traumas de por vida solo “para demostrar ser machos”.

“Es importante visibilizar la violencia en torno a esos abusos, los pibes no lo cuestionan porque no pueden entenderlo como algo violento. Sí creo que hay que hacer un trabajo de concientización y sensibilización con los chicos, enseñarles que si no les gusta hacer eso no quiere decir que sean putos y no merezcan jugar en Primera. Los espacios de género que surgieron en los clubes hasta ahora no han tenido mucho apoyo de los dirigentes porque dicen que las mujeres que los integran son feminazis y en realidad son mujeres capacitadas, con experiencia que buscan pensar sociedades plurales y tolerantes para no solo incluir a las mujeres sino también en crear masculinidades que no sean tan dolorosas para los varones”, dice Hang.

Y esto nos lleva a pensar en que el deporte argentino masculino es heterosexual y homofóbico. Sino cómo se explica que exista una selección argentina de fútbol para homosexuales (Los Dogos) y también una Selección argentina de hockey LGBT. Como si la elección sexual fuera un impedimento para practicar un deporte…¿Por qué la decisión de Facundo Imhoff (vóley) de declararse abiertamente homosexual fue tan impactante? ¿Es el único? ¿Y en el fútbol? Se ven muchos jugadores “a favor” de la homosexualidad pero ninguno la blanquea abiertamente. De hecho, aún hoy las mayores ofensas que se reflejan en las canciones que se cantan en las canchas de fútbol atacan directamente a la homosexualidad: sos puto y sos menos, te insulto por eso. Es interesante cómo en las mujeres este paradigma de homofobia se presenta en menor medida o directamente ni lo hace, pues en los deportes de conjunto es todavía más común ver parejas formadas por mujeres (Mimi Sosa en vóley, Valentina Kogan en Handball y Milagros Menéndez en fútbol, por citar ejemplos) y en los partidos o deportes protagonizados por mujeres muy raramente existe la violencia.

Los Dogos. Foto: Baradero te Informa

Por otro lado, la heteronorma reinó durante muchos años dado que históricamente se recurrió a la homosexualidad para estigmatizar. “El deporte masculino sigue siendo un espacio profundamente heteronormativo donde no existe la posibilidad de asumirse homosexual u de otra orientación. Es algo que no se dice. Te dicen ‘mientras no me miren, mientras no me hagan nada’, algo desde el miedo o desconocimiento… y en cuanto a las mujeres es algo interesante porque fueron históricamente estigmatizadas, no solo en el deporte sino, por ejemplo, también en la música. De hecho, que fueran ‘todas tortas’ en el fútbol femenino era algo disciplinador, lo que produjo que muchas se alejaran del deporte. Hoy en día con el feminismo y el movimiento de mujeres es como una bandera y se vive desde otra manera, no desde la represión”, expresa Hang sobre esta cuestión. Hoy en día asoma el debate por la inclusión de las personas trans, pero ese ya es otro cantar.

A su vez, también son llamativas las licencias que se utilizan en el deporte para medir la violencia y considerarse o no, una persona violenta. Así lo desarrolla Hang: “El deporte permite que emerjan ciertas emociones y que se repriman otras. El deporte moderno surge como parte del proceso de civilización para que las personas puedan vivir en sociedad. Dentro del deporte se respeta al árbitro pero fuera les gusta pelear. La dimensión más emocional y pasional de ir a pegarse es algo que fue trabajando la sociabilidad juvenil de todas las clases, porque a los varones les gusta pegarse. Es interesante reflexionar… ¿de qué manera vivimos que nos genera pasión la violencia y nos divierte?”

Es más que sabido que el fútbol es un deporte machista, de hecho es el único deporte que tiene discriminadas entradas para varones y mujeres desde la concepción histórica de la mujer como acompañante, cuando hoy en día es una activa asistente a los partidos. Situación que produce también discriminación en cuotas sociales de clubes, por ejemplo. En línea con las expresiones emocionales en los estadios, Hang citó a José Garriga Zucal, autor del libro “Haciendo amigos a las piñas”, en donde, trabajando con la barra de Huracán, intenta comprender la “lógica del aguante”: “Allí se muestra cómo en el ámbito de la cancha los barras son violentos pero después son padres que llevan a sus hijos al colegio o van a la facultad y respetan al docente y a su jefe, lo que nos lleva a pensar a la violencia como un todo. Se piensa que la solución es sacar a los violentos del fútbol y en realidad existen espacios en los cuales las violencias son legítimas y otros en las que no. No son violentos todo el tiempo sino que manejan códigos según varían los espacios; en donde a veces vale todo”.

Expuesto y visibilizado el conflicto, es momento de pensar en soluciones que sean a largo plazo y busquen, en la medida de lo posible, un cambio paulatino en nosotrxs y las generaciones que se vienen. “Hay que asumir que existe un problema y el único camino para trabajarlo es sensibilizando, repensando y cuestionando, siendo un trabajo integral con los pibes, los entrenadores y también los dirigentes”, cierra Hang.

Queda evidenciado que el trabajo es mucho. Es lamentable y muy doloroso que la muerte sea el protagonista principal de esta historia, pero si con todos estos interrogantes nacientes se fija un punto de partida hacia una transformación de paradigma, la muerte de Fernando y las demás víctimas de la masculinidad tóxica no habrán sido en vano. Que haya justicia.

Foto: Guadalupe Lombardo – Página 12

Micaela Piserchia

Soy periodista deportiva y social media manager. Dirijo Argentina Amateur Deporte y trabajo en C5N.com. Cubrí JJ. OO Río 2016 y Tokyo 2020. Estuve en DEPORTV y en Olé.

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