Remo

Adiós a una gloria de nuestro deporte

A los 87, murió el remero Eduardo Guerrero, quien junto con Tranquilo Capozzo ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952. Sus restos serán velados en Villa Martelli.

Sin quererlo, los remeros que compitieron en doble par en los Juegos de Helsinki pusieron a nuestro país en la cumbre del olimpismo mundial. Con tan solo seis competencias previas transformaron la historia del deporte argentino. Pero, previo a esto, Eduardo Guerrero siempre fue un fiel amante del deporte. Jugó al rugby en Deportiva Francesa y recién a los 24 años le llegó el estrellato con la presea de los Olímpicos.

Sin embargo, con la gloria a sus pies, fue vetado por la dictadura de Pedro E. Aramburu, según dicen, por su apego con el peronismo. Esto le impidió participar de los Juegos de Montreal 1956. Pero con el regreso de la democracia de la mano de Arturo Illia, pudo competir representando al país.

Guerrero recibió en 1980 el Premio Konex, diploma al mérito por ser considerado uno de los mejores remeros de la historia.

Se fue una persona que luchó contra las adversidades. Su vida fue marcada por el deporte. Su apellido ilustra lo que fue. Por suerte nos queda su recuerdo y el de muchos remeros que gracias a él le dan la espalda para avanzar hacia la gloria.

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