“Es algo fuerte que me cambió la vida”
Los Juegos Panamericanos de Toronto pasaron hace un poco más de dos meses donde se logró el pase a los Juegos Olímpicos históricamente. Argentina Amateur dialogó con Gustavo Sciglitano, asistente de Peruchena quien resalta lo que logró el handball en su vida.
Por Micaela Piserchia y Romina Miranda
Sciglitano es el actual asistente de la Selección femenina mayor de Handball, mejor conocida como la Garra. Desde el 2014, Sciglitano es el ayudante del entrenador Eduardo Peruchena en el mejor momento de las chicas con su primera clasificación a los Juegos Olímpicos que se disputará en el 2016 en Río de Janeiro luego de haber logrado el pase por la final perdida ante Brasil en los Juegos Panamericanos de Toronto.
Actualmente vive en Villa del Parque aunque también estuvo en Mar del Plata donde conoció al handball. Al vivir cerca del club Comunicaciones, allí hizo su primera incursión jugando el deporte.
¿Como es que llegaste a la Selección?
Fui jugador, luego me hice árbitro donde conocí muchas cosas. Después me llevó a estudiar Educación Física y a partir de eso me enganché como profesor en las categorías más chiquitas. Pasé por Club Mitre, UBA, armé handball en Comunicaciones hasta que un día me llamaron las chicas de Ferro cuando estaba en las mayores de Comu donde me propusieron si quería dirigirlas. Era mi primera experiencia con la rama femenina.
¿En qué situación estaba el equipo?
Tenía proyección y chicas jóvenes que venían de ganar todo con las Inferiores. Con ellas fuimos campeones en 2013 y 2014. La historia que pasó es que al entrenador anterior lo echaron por lo que quedó el puesto libre, el asistente pasó a ser DT y me dijo que quería que trabajara con él en noviembre de 2013. Estuve un mes y medio, y cuando él estaba en un torneo, me dijo que no estaba seguro de continuar aunque después la peleó para que me dejaran en el lugar que él había dejado.
¿Podrías decir que estás vivendo un sueño con el presente de la Garra?
No sé si es mi sueño o no pero es algo increíble que no estaba en ningún lugar de mi cabeza. Un Mundial, un Juego Panamericano y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro… Para mí es algo fuerte porque me cambió la vida totalmente. Yo era un profe de colegio y ahora soy un entrenador que se pasa el 80% del día pensando en handball.
¿Cómo se hace para combinar la vida personal con la profesional?
Los viajes te sacan vida con la familia y también te complican con el trabajo. Es difícil ya que hay que cuidar lo que uno tiene. Son cosas pasajeras porque hoy estás y mañana no.
Luego de tantas alegrías vividas con la Garra en el 2015, ¿qué le aconsejarías a las chicas de cara a futuro?
Nos juntamos a hablar y con Peruchena les dijimos que la vara está alta, que tenemos que intentar llegar realmente a estar al nivel de Brasil. No sé si con este grupo pero si empezar a pensar en ganar a futuro. Además las chicas tienen que animarse a jugar en el exterior porque la liga local no es competitiva y es la única posibilidad que tienen de crecer pese al mejor entrenamiento que le podamos dar.
¿Hay momentos en qué te preguntás si estás preparado para estar en la Garra?
Me planteo todo el tiempo si me gusta o si estoy preparado. Lo veía a Velasco y el tipo vive en una capsula y se sienta pensando, lo ves a Hernández y está igual. El alto rendimiento es esto, brindarte todo a esto. Me cuesta. Los panamericanos fueron estresantes, aunque trato de tomarlo de otra manera. No se dio ganar la final pero la vida sigue. No me voy a mortificar.
A pesar de que tal vez Sciglitano como todo el equipo pretendía más, la Garra logró algo histórico como el pase a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. No hay dudas que lo mejor está por venir.