El mediofondista puntano dio sus primeros pasos a nivel internacional, sigue bajando sus marcas y ya se enfocaen Tokio 2020.
Por Roberto Vota
Leandro Paris, especialista en 800 metros, recién a los 17 años incursionó en el atletismo. Su historia es una de esas que vale la pena ser contada porque a pesar de todos los escollos que tuvo que sortear siguió adelante, como muestra de su templanza y voluntad. No sólo cargó con el peso del sacrificio familiar sino también con el saber que representaba a todo un país. El año pasado, tras ganar el oro en el Sudamericano Sub 23 de Lima, consiguió una beca del ENARD y otra de la Secretaría de Deportes de la Nación, un apoyo que le permitió alquilar un departamento chico más cerca de San Luis, que hoy comparte con su mamá y con su hermana. “Sé lo que mi familia hizo por mí para que yo llegara acá, no los podía defraudar. Me da orgullo devolverles algo de lo que ellos me dieron. Ellos son mi pilar para no aflojar, me dan fuerzas. Ya no se trata de un sueño personal, estás representando a tu país”.
No reniega de su pasado. Es más, valora haber llegado hasta donde lo hizo sin haber tenido todas las comodidades para entrenar. Aún hoy usa la pista de tierra, con pozos y charcos, del Ejército Argentino en San Luis. “Esta pista me hizo sentar las bases fundamentales, me ayudó en todo, en la forma física y en la voluntad. Cuando vas a una sintética son menos las contras a sortear. Conseguir fondos para viajar y todo es muy difícil entonces uno se tiene que adaptar a lo que tiene. El atletismo no está popularizado en Argentina”.
Fue un año lleno de magia para Leandro Paris. En marzo logró el tercer puesto en el Gran Prix de Buenos Aires con un tiempo de 1m48s32, viajó a Asunción para, después de lograr la medalla de oro con un tiempo de 1m49s82, clasificarse a su primer mundial de la especialidad. Como si esto fuera poco se dio el lujo de bajar su marca, que era de 1m47s18. En Londres clasificó séptimo en su serie (1m47s09) y a pesar de no pasar de ronda se vivió como un triunfo: “Lo viví como un sueño, un sueño hecho realidad. Fue mi primera incursión en una competencia tan importante y pude hacer mi mejor performance. Además, pude romper mi marca personal que es muy importante y muy meritorio”.
Esta experiencia le hizo ver la realidad desde otro ángulo. Se dio cuenta de que no está tan lejos de las grandes figuras a nivel mundial, que con un poco más de apoyo e infraestructura se puede competir de igual a igual. “Ellos son personas iguales a nosotros y se les puede competir a la par. No estuvimos para nada lejos y lo demostramos. Este año se fue mejorando, tuvimos diez representantes en el mundial”., comentó, a la vez que evaluó a la nueva camada de atletas: “El nivel se debe a la calidad de competencias que tuvimos estos tiempos. Hicimos viajes y giras, eso nos da roce internacional y uno lo necesita para avanzar, uno necesita que lo exijan”.
De acá en adelante va a buscar el Nacional sub 23 este año, los Odesur y el Sudamericano el año que viene pero todo focalizado y mentalizado en Qatar ’19 y Tokio ’20. Son sus principales objetivos a nivel deportivo, ya que a nivel personal sólo le falta recibirse este año de Profesor de Educación Física. Antes de despedirse deja un mensaje para quien lo necesite y para quienes piensan que ya son grandes, que se les pasó la edad: “Nunca es tarde, siempre hay tiempo, si uno tiene un sueño, lo desea y lo piensa se puede lograr”. De buena persona se recibió hace rato.
Foto: Diario de la República