De Jeannette Campbell a Delfina Pignatiello, la natación argentina ha crecido notablemente hasta tener finalistas y campeonas mundiales y olímpicas. En el Día Internacional de la Mujer, conocé una por una a las nadadoras nacionales de pileta más destacadas.
Por Ángeles Vidal y Micaela Piserchia
(@angymvidal y @micapiserchia)
Este 8 de marzo se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer y en AAD decidimos homenajear a las mujeres que han sobresalido en las piletas de natación a lo largo de la historia argentina.
No es por nada que el natatorio del CeNARD lleva su nombre. Jeanette Campbell (nacida un 8 de marzo) encabeza la lista de estrellas por haber sido la primera mujer (y hasta el momento única) en ganar una medalla de plata en Juegos Olímpicos. Hace 83 años las cosas no eran como ahora, ya que la mujer tenía una escasa e incipiente participación en el ámbito deportivo: en 1935 fue campeona sudamericana en el primer torneo en el que pudieron participar mujeres –tras seis años de campeonato únicamente masculino-. Y dio una buena lección: ganó los 100m y 400m libre y en la posta con 4x100m libre. Un año después llegaría la gloria máxima, dado que en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 ganaría la medalla de plata con 20 años y una marca de 1m6s04, superando a grandes rivales e instaurando un récord sudamericano que estuvo vigente durante 28 años. Otro dato curioso es que fue la única mujer de la delegación nacional en Alemania. Con Roberto Peper, ex nadador, Jeanette dio a luz a tres hijos: solo con Susana Norma Peper compartió la pasión y tal como sucede hoy con los Lange, tuvo la suerte de compartir una Ceremonia de Apertura en un Juego Olímpico, la de Tokio 1964. Allí, Peper repitió la suerte de su madre en Berlín al ser la única mujer del equipo argentino. Peper también se metió en la historia grande tras ganar –con solo 14 años de edad- la medalla de plata en el Sudamericano de Cali de 1960 en la especialidad de 100mts pecho (marca de 1m28s4).
Otra de las deportistas destacadas en el agua fue Ana María Schultz, nadadora de San Lorenzo que en 1950 obtuvo un premio por ser la nº1 del mundo en el ránking de los 400mts. Durante toda esa época, la hegemonía de Schultz permaneció: en los Juegos Panamericanos de Buenos Aires fue doble medallista en los 200 y 400mts y también fue partícipe de los Juegos Olímpicos de Londres 1948 y Helsinski 1952. En esos mismos Panamericanos, Dorotea Tumball ganó los 200mts pecho.
Corrieron los años y lo más cercano a una victoria en Juegos Olímpicos fue la actuación de Alicia Barrancos en Atlanta 1996, quien se ubicó en la 17° posición de su eliminatoria y alcanzó el record sudamericano de los 800m libre con 8m48s54. Sin embargo, ocho años más tarde llegaría la ansiada e inolvidable medalla de bronce de Georgina Bardach en Atenas 2004. Mientras los flashes estaban puestos en nadadores también históricos como Meolans, ella trabajó en silencio y mantuvo tres años de logros ininterrumpidos: bronce mundial de 2002 y oro de los Juegos Panamericanos de Santo Domingo para llegar a Atenas de la mejor manera. Con su tiempo de 4m37s51 en los 400mts combinado, Bardach se metió en los palmarés de la natación y demostró que las mujeres seguían vigentes. Fue finalista en los mundiales de 2005 y 2007 pero luego llegó el ocaso: participó de Beijing y Londres 2008 y 2012, respectivamente e intentó clasificar a Río 2016, aunque no lo logró.
En la actualidad, Andrea Berrino es una de las grandes nadadoras del país ya que con su actuación en el Mundial de Budapest del año pasado bajó el récord nacional que ella misma ostentaba de 28s11 en 50mts espalda, tras alcanzar 27.96 en las semifinales. Como si fuera poco, es la primera nadadora argentina en nadar por debajo de los 28 segundos en dicha disciplina y la segunda en el continente sudamericano. A pesar de no haber podido pelear por una medalla en Budapest, la argentina terminó 12º coronando un Mundial inolvidable.
Pero todo parece reducirse a una persona. Si bien hay nombres muy vigentes hoy en día como Macarena Ceballos y la olímpica Virginia Bardach, la estrella del momento es la jovencita Delfina Pignatiello. La sanisidrense se consagró doble campeona del mundo en el Mundial Juvenil de Indianápolis del año pasado tras ganar los 800 y 1500 metros y siendo subcampeona en los 400mts combinado, rompiendo los récords nacionales y también del mismo torneo. Teniendo la chance de competir en el Mundial de Mayores de Budapest, fue llevada de a poco a ganar todo en su último año de juvenil. A su vez se prepara para ser olímpica en los Juegos de la Juventud de Buenos Aires en octubre próximo y sin dudas será uno de los máximos atractivos para los amantes del deporte.
Gracias a las técnicas y los avances de la tecnología, la evolución de la mujer es hoy y está lejos de ser marginada en el mundo deportivo. Hoy iguala récords y se encuentra a la par del hombre. Las nadadoras argentinas llegaron para quedarse, ganar y hacerse fuertes en el ambiente que mejor les sienta: el agua.
