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“Quería atajar, no me daba por vencido”

Cuando el destino te juega una mala pasada, puede tener consecuencias y este fue el caso de Damián Defelippe quien supo hacerle frente a la adversidad.

Por Joaquín Finat
La camioneta toca bocina una y otra vez. Acelera, frena y vuelve a tocar bocina. En su interior, un joven que recién había cumplido 23 años lloraba y maldecía al destino. Un accidente laboral en una empresa de recarga de gas en su Mercedes natal le provocó la pérdida del brazo derecho. Así, entre llanto y lamentos, Damián Defelippe pensaba una sola cosa: “¿Qué voy a hacer con los guantes que me compré ayer? No voy a atajar más”.
Aquel miércoles 7 de mayo de 2009, ya en el Hospital Blas Dubarry, la Pulga Defelippe imaginaba su futuro lejos de la pelota. Lejos del fútbol, su gran pasión. “Siempre fui de mirar muchos partidos y de estudiar a los arqueros”, dice y repasa su currículum. “Pasé por Defensores de Belgrano, Unión,  Flandria, Sarmiento. Comencé a atajar a los cuatro años”, explica.
Los días pasaban y la angustia crecía. “Me ofrecieron jugar de delantero y probé. Pero yo quería atajar. No me daba por vencido”,  relata. Fue una tarde de 2011, mientras hacía trabajos de rehabilitación, que le comentaron que existía el fútbol para amputados. Defelippe no aguantó la ansiedad, investigó y se contactó con jugadores que ya lo practicaban.
Para participar de este fútbol, los arqueros tienen una extremidad superior amputada. El arco mide 2,20 centímetros de alto y 5 metros de largo. El área chica es muy pequeña. A estas reglas debió acomodarse Defelippe para renovar su ilusión. Y vaya si lo hizo. Al año de practicarlo fue convocado para jugar el Mundial de Rusia.
“Lo más difícil de atajar es intuir a dónde van a patear. Vienen corriendo y no sabés cómo se van a perfilar. Y no puedo salir del área porque me expulsan”, aclara la Pulga. En su segundo Mundial, en México 2014, la rompió y fue elegido como el mejor arquero del campeonato.
Ahora, la cabeza de la Pulga está enfocada en la Copa del Mundo de México, que se jugará del 24 de octubre al 5 de noviembre, y en la que Argentina compartirá el Grupo B con Francia, Italia y Ghana. “Nos preparamos con muchas ganas. Hacemos concentraciones, nos juntamos y le ponemos muchas ganas porque vestir la celeste y blanca es un orgullo enorme. El esfuerzo por conseguir el apoyo económico realmente vale la pena”, cuenta el arquero que representa a Los Lobos, uno de los ocho equipos que participan en la Liga Nacional.
A Damián Defelippe se le iluminan los ojos cuando habla de su club, Mercedes. Y de su hija, Mercedes. Pero también cuando habla de fútbol: “Me dio todo. Antes y después del accidente. ¿Cómo no lo voy a querer?”
Fotos: Damián Defelippe.

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