El esgrimista argentino, José Félix Domínguez, comenzó a realizar máscaras para los médicos. Las mismas serán destinadas al Hospital de San Miguel y Campo de Mayo.
Por Micaela Piserchia y Matías Montoya
(@micapiserchia @matomontoya)
El COVID-19 es la pandemia que descolocó al mundo entero. Los economistas y el Banco Mundial especulan que en materia económica será igual a la crisis del `29, cuando la bolsa de Wall Street colapsó poniendo al mundo en vilo.
Las dos guerras mundiales han provocado que los Juegos Olímpicos se posterguen. Hoy sucede lo mismo con Tokio 2020, gracias a esta pandemia.
Sin embargo, parte de la sociedad ha tomado conciencia y con ella la ayuda en todo sentido. Algunos lo hacen quedándose en su casa, otros en seguridad e higiene y otros con la ingeniería.
Los ingenieros comenzaron a construir con impresoras 3D máscaras y equipos de prevención para los médicos de los hospitales del Gran Buenos Aires y de todo el país. Uno de los ingenieros que comenzó con la idea fue José Félix Domínguez quien en su cuenta de instagram subió una foto con un excelente mensaje: “si algo te da el deporte es disciplina… alarma cada 2hs. durante la noche para seguir fabricando máscaras para ayudar a los médicos…”. Cabe destacar que Domínguez es uno de los espadistas de la Selección Nacional.
“Dentro del ambiente del diseño y las impresoras 3D, se empezó correr la bola y aparecieron los primeros archivos para probar”, comentó Domínguez sobre cómo comenzó la iniciativa –y prosigue-: “enseguida llamé a unos fabricantes de material para hacer un poco de acopio porque sabía que iban a terminar cerrando como pasó. Después se fueron generando grupos auto convocado que se fueron poniendo en contacto con hospitales y municipalidades”.
Ahora ¿cómo un esgrimista se pone al hombro la ayuda ante la adversidad? Simple. La solidaridad de las personas es el potencial del argentino medio. Así como Domínguez tiene la virtud de la disciplina para despertarse cada 2 horas por la noche para realizar y ver cómo va la producción de las máscaras, el promedio de los argentinos debe cumplir con la cuarentena obligatoria.
Koko, como le dicen los amigos, llegó a esta situación ya que forma parte y trabaja en conjunto con un laboratorio de la zona de Bella Vista, donde también es oriundo.
El día a día es confuso, pero Domínguez se puso al hombro junto con otros colegas a generar y fabricar estas máscaras ya que los médicos están necesitando este insumo como el hombre el agua en medio del desierto.
“La máquina está trabajando las 24 horas y realiza un par cada 2 horas. Así que como vienen a buscar la primera tanda el viernes por la tarde, quiero aprovechar el 100% la productividad”, comentó Domínguez a Argentina Amateur Deporte.
Su trabajo es freelance. No quiere plata, quiere ayudar. Así como otras personas igual que él lo hacen en otras zonas, otros se encargan de la logística y otros de la desinfección de las máscaras para que sean útiles.
El trabajo consiste en imprimir la estructura y luego se agrega un acetato transparente.
“Los enfermeros y enfermeras piden radiografías viejas ya que las mismas se reúsan: se les pasa lavandina y se quedan transparentes”, comenta Koko.
Y cierra: “Me parece que es momento de aportar cada uno desde donde puede. Esto me hace acordar a una fábula de un incendio en un bosque…
Resulta que se estaba incendiando el bosque y todos los animales huían menos el Picaflor que iba y venía volando con una gotita de agua en el pico, y lo para el Mapache y le dice:
– Hey Picaflor, no te das cuenta que con una gotita de agua no vas a poder apagar el fuego.
Y el Picaflor le contesta:
– Claro que lo sé, pero hago mi parte.
Sabemos que se viene una enorme, pero tenemos que hacer nuestra parte, y yo estoy dando al 100%, y lo relaciono mucho con lo que pasa en el deporte: te acostumbras a dar el 100, aunque las condiciones no sean las mejores”.