La rosarina tuvo un muy buen torneo en el WTA 125K de Praga, alcanzando las semifinales. A partir del lunes, aparecerá en su mejor posición histórica en el ranking.
Antes del parate por el COVID-19, el año de Nadia Podoroska venía siendo muy bueno, con 2 títulos W25, semifinales en el WTA 125K de Newport, y aparición en el cuadro principal del WTA de Monterrey. Si bien parecía que la interrupción de las competencias podía ser negativo para la “Peque”, en su regreso a las canchas mostró un gran nivel, ingresando al cuadro principal del WTA de Palermo y, esta semana, alcanzando por segunda vez en su carrera las semifinales de un WTA 125K, esta vez en Praga, donde cayó derrotada por Elisabetta Cocciaretto.
La semana de Podoroska, en un cuadro enorme donde participaron 128 jugadoras, fue muy buena. Hasta semis, ganó todos sus partidos en sets corridos: 6-2 6-1 a Darja Vidmanova, 6-3 7-6 a Camila Osorio Serrano, 6-2 6-1 a Cristina Bucsa, 7-5 6-2 a Maryna Zanevska y 6-2 6-2 a Marina Melnikova. En el partido por el pase a la final, se le cortó la racha, tras ser derrotada por 4-6 3-6 por la italiana de 19 años Elisabetta Cocciaretto, una de las jugadoras con gran proyección que participan del circuito, a quien había vencido en sus 2 enfrentamientos previos.
El gran torneo que disputó Nadia no se limitó al singles: junto a otra italiana, la experimentada Giulia Gatto-Monticone, alcanzaron la final del torneo de dobles, cayendo 4-6 4-6 ante Lidziya Marozava y Andreea Mitu. Para llegar a la final, la dupla debió ganar 4 partidos previos.
A pesar de que no pudo coronar con ningún título, la actuación de la rosarina sí que trae una gran recompensa: a partir del próximo lunes, figurará en la posición N° 146 del ranking, en lo que es su mejor ubicación histórica, superando el puesto 158, logrado en mayo de 2017. Con este gran impulso, Podoroska podrá encarar lo que viene de la mejor manera, pensando no solo en luchar por ingresar al Top 100, sino también en los Juegos Olímpicos de Tokio del próximo año. Allí, la presencia de la Peque significará la reaparición de Argentina en el cuadro de singles femenino tras 13 años de ausencias, siendo Gisela Dulko en Beijing 2008 la última en representar a nuestro país en la competencia individual.
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