Emilio Gutiérrez comanda la Dirección Nacional de Básquet en Edad Escolar y Deporte Universitario y es un gran referente de la disciplina tanto como dirigente como entrenador y docente. Desde su perspectiva y su conocimiento, ha establecido un nuevo rumbo, esperanzador, para el básquet argentino. Cómo se han movido en este año tan particular, y cuáles son los proyectos para el año próximo.
Por Sol D’Amato
Uno de los grandes logros de esta nueva conducción de la CABB fue la incorporación de un departamento que se encargue de manera exclusiva del trabajo de fomento y captación de futuros y futuras jugadores en la esfera escolar. La masividad del deporte no se limitará así a la televisación ni a la herencia familiar o desde el acceso a un club, espacio que no llega a toda la niñez por igual. En este sentido, Emilio Gutiérrez ha comprendido perfectamente que la única manera de alcanzar un futuro en el básquet argentino es llenando de básquet todas las esferas educativas del país
¿Qué intensiones tiene esta Dirección, con un tiempo avanzado en su creación?
Desde la misma creación de la Dirección de Básquet EN Edad Escolar y Deporte Universitario CABB nos propusimos dejar en claro los objetivos generales: masividad, diversidad e inclusión. Es por eso por lo que insistí para que el nombre de la dirección quedara claro, lejos de toda duda. La proposición ‘EN’ logra dar cuenta que no solo nos dedicaremos a la población que va a la escuela primaria, también a las instituciones de educación no formal. Esta dirección esperó 90 años para nacer y trataremos de estar a la altura de lo que el presidente, Fabian Borro, y el Consejo Directivo de la CABB esperan de ella.
¿Qué medidas han tomado con el básquet escolar en el 2020?
Lo que hicimos fue ser orgánicos. Al presentarnos ante cada presidente de federación, les pedimos que nombraran referentes provinciales, especialistas en deporte, básquet y educación. Un interlocutor con quien dialogar y buscar región por región, los distintos diagnósticos. Argentina es culturalmente muy diversa y los problemas a sortear no son los mismos. Nos parece importante que cada federación, en primera instancia, consiga armar un equipo sólido de profesores interesados en armar un buen plan, un buen programa. Luego diagnosticaremos si lo que necesitaremos resolver para avanzar en cada uno de los ecosistemas basquetboleros es una ecuación administrativa (falta de leyes acordes), pedagógica (toma de conciencia de las virtudes del 3×3 escolar) o económica.
¿Cuál es el balance de este año, han podido rescatar algo positivo?
El balance es altamente positivo. Quienes activan dentro del básquetbol argentino, están enterados que estamos en marcha. La velocidad es distinta en cada región. Hay federaciones que ya estaban haciendo eventos aislados que habrá que sistematizar, otras que están armando equipos para poder empezar y otras a las que tendremos que motivar y convencer de que este es un tema importante.
¿Qué expectativas tienen con respecto al espacio para el próximo año?
Las expectativas para 2021 son las mejores. La pandemia es una calamidad, pero nos está dando tiempo de organizarnos. Tenemos que aprovechar el avance de la tecnología y seguir juntando datos, ideas y líderes positivos regionales. La realidad es que por ahora no tenemos stock. No tenemos cosas para mandar ni vamos a decirle a los federativos, a los profesores y entrenadores de cada lugar qué plan tienen que implementar. Necesitamos, si, que el básquet en edad escolar y universitario fluya, y vamos a ayudar en todo lo que podamos para que eso ocurra.
Con respecto a los y las docentes escolares, ¿hay alguna capacitación concreta que estén pensando lanzar? ¿Y con los profesorados de Educación Física?
Ya hubo capacitaciones en FeBAMBA (Capital Federal), Provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba en articulación con el Sistema educativo. Queremos llegar a más profesores trabajando junto a la red de ENEBA (Escuela de Entrenadores). Y con los profesorados vamos a entablar contacto región por región. Además de llegar con clínicas a los estudiantes que no vienen del básquet, propondremos que los trabajos prácticos de las cátedras de básquetbol 1 y 2, no formal y prácticas docentes sean articuladas con los distritos y supervisores de primaria y secundaria. Por otro lado, los festivales de 3×3 escolar masivos son un éxito. Lo hice mucho tiempo con el profesorado de Vélez Sarsfield.
En línea con el crecimiento deportivo a nivel nacional, han avanzado en los últimos meses con el proyecto del 3×3 en Argentina, dado que esta disciplina será olímpica a partir de Tokio, y es uno de los deportes que más prometen a nivel mundial. Es por esto que su director Carlos Spellanzón ha nombrado a Luciano Santín y Sofía Castillo como los flamantes entrenadores de ambas selecciones nacionales. Y son ellos quienes ya han establecido una estrecha relación entre departamentos para poder llevar a cabo la captación y seguimiento de los y las futuros deportistas de esta modalidad.
¿Cómo piensan llevar adelante la captación de jugadores y jugadoras, teniendo en cuenta el intento de fomentar el 3×3 en el país?
Trataremos de capacitar a la mayor cantidad de profesores interesados que haya, sin importar si son o no “del básquet”. También articularemos con los distintos departamentos CABB: femenino, adaptados, 3×3, mini y formativas. Calculo que tenemos por delante todo un ciclo olímpico para poner esta oficina en pie y cuando lo logremos, no solo habrá más jugadores de 3×3, sino muchos más profesores, muchos más activistas, muchos más dirigentes. En definitiva, habrá mucho más básquet. Ese será nuestro premio.
¿Se apunta al crecimiento exclusivo del 3×3, o una masividad del básquet en todas sus exposiciones?
El 3×3 escolar es nuestra mejor herramienta, lo que redundará en una mejor interpretación de la lógica del juego y de las reglas en todos los estamentos: jugadores, dirigentes, profesores y árbitros.
Por otro lado, la CABB ha aprobado el Proyecto Nacional Formativo 2028, una propuesta que reclutará 100 niñas entre 13 y 17 años, para seguirlas, acompañarlas y desarrollarlas profesionalmente con vistas a fortalecer la rama. Las mismas presentarán una particularidad: que aproximadamente 70 midan al menos un metro ochenta, una necesidad de altura que predisponga y de valor al futuro plantel nacional. Gregorio Martínez, entrenador de las mayores femeninas, dijo, en la presentación del proyecto, que el deporte está en un momento bisagra, que hay que ir por cosas grandes y generar competencia interna va a favorecer el crecimiento.
Acaban de anunciar el Proyecto Nacional Formativo 2028, ¿acá habrá mucho trabajo en conjunto entre ambas direcciones?
Lo que la Dirección busca es masividad en todas direcciones. Si logramos detectar algún talento lo derivaremos, claro.
Gran parte de este departamento está centrado en el trabajo mancomunado de las escuelas (y estamentos de educación formal) y los clubes, como centro de captación, enseñanza y aprendizaje del básquet desde edades tempranas, y es por eso que esta dirección apunta a popularizar el deporte, como motor para el crecimiento.
¿Cuál es la relación con los clubes y las escuelas actualmente?
En Argentina, educación y deporte siempre marcharon por caminos paralelos y diferentes. Es hora de animarse y desafiar al Teorema de Tales. No es posible dejar fuera de la escuela al hecho social más importante del siglo XX y de lo que va del siglo XXI: el deporte. Cuando Argentina logró que los dos lenguajes pudieran convivir, nos fue bien. De hecho, tanto el profesor Jorge Canavesi (campeón del mundo del ‘50), como Rubén Magnano (campeón olímpico 2004) son entrenadores y profesores de Educación Física. Lo que nos hace mal, muy mal, son los entrenadores talibanes que piensan que el 3×3 no es básquet o los ‘profes de patio’ que prefieren la inocuidad del ‘delegado’ antes que molestarse en crear las condiciones para que el deporte sea educativo.
¿Qué proyectos han pensado para retomar las actividades en este nivel?
En 2021 lograremos conectividad, llegaremos a los entrenadores y profes que quieran sumarse con cursos y apoyos logísticos. Sembraremos tableros y aros en las escuelas primarias y secundarias, en las parroquias y universidades. Nuestros equipos de trabajo intentarán desarrollar los mejores ecosistemas basquetbolísticos donde primen cuatro ideas simples en las que acordaremos rápidamente: en épocas de la cuarta revolución industrial, la educación continua es clave. El deporte no puede estar fuera del colegio. El 3×3 será nuestra mejor herramienta: los únicos privilegiados son las pibas y los pibes argentinos.
Fotos: archivo personal Gutiérrez y Prensa CABB