Las redes sociales estallaron con pedidos para que el mayor de los Simonet no se retire.
Contra Bahréin fue de lo que se dicen partidos chivos, donde más que con el buen juego se gana con el empuje y el corazón. Sebastián Simonet, que había jugado pocos minutos ante Congo y que convirtió dos goles importantes, intercedió en el destino del partido cuando era imprescindible que se utlizara la cabeza para calmar a una ofensiva que necesitaba frenar.
Ante los asiáticos marcó tres goles y tuvo el 100 % de efectividad. Lo que siguen el handball saben de los dolores del jugador y del esfuerzo que hace por estar al nivel de lo que necesita este Mundial y jugó una gran cantidad de minutos. Hasta tuvo la frialdad de convertir de fly y empatar el partido en 17 cuando el marcador daba ventaja para los asiáticos.
Porque tiene 34 años y, a pensar de los dolores y del amor para estar mayor tiempo con su familia, es de los argentinos que aparece cuando el equipo más lo necesita.
Las redes sociales se inundaron con mensajes como “Amo a Seba hasta el fin de mis días “, “Gracias San Seba Simonet”, “Siempre Seba Simonet cuando las cosas están picantes, no te vayas nunca “, “Este muchacho es como el sol, siempre está” y así se podría seguir por cientos de líneas porque es lo que genera el jugador de SAG Villa Ballester.
“Cuando la pelota pesa 10 kilos, es cuando los distintos aparecen” expresa un usuario en Twitter y cuánta razón que tiene. Anotó el 23-21 y cuando el partido marcaba que faltaban apenas unos segundos para la bocina final corrió como en sus mejores momentos e incomodó a un bahraní que le lanzó a Bar y cerró el partido.
“Seba Simonet tenía 20 años, ¿no?”, se pregunta una usuaria. Hay que disfrutar lo que tiene que dar en cancha y fuera de ella porque es un ejemplo para todos.
Sebastián fue una de los artífices del triunfo de Argentina que lo depositó en la main round y todos los que entienden de handball valoran el esfuerzo que hace al estar allí.
Ojalá esta clase de jugadores fueran eternos.
Foto: IHF
