fbpx
Historia y CuriosidadesSlider

La peor maratón de la historia

En medio de una pésima organización, la prueba de maratón de los Juegos Olímpicos de 1904 contó con un ganador que hizo más kilómetros en auto que a pie, un segundo triunfador dopado, un atleta que casi fallece, otro que se intoxicó y uno que fue perseguido por los perros.

Por: Agustín Vergari

Los Juegos Olímpicos de Saint Louis 1904 estuvieron en el ojo de la tormenta. Es que, en su tercera edición, las pruebas olímpicas se distribuyeron durante cuatro meses, algo que se hizo por primera vez. No solo eso, sino que, lo más aberrante fue que hubo eventos de exhibición que eran completamente racistas: bajo el nombre de “Días Antropológicos”, se enfrentaron pigmeos africanos, indios sioux, moros filipinos, ainus del Japón, tehuelches de la Patagonia, nativos cucapá de México, y varias tribus más, con el fin de hacer competencias circenses. Es más, Pierre de Coubertin calificó a esto como una “mascarada ultrajante”

Bajo este contexto se realizó la prueba de maratón. Lejos de las calles asfaltadas, los periodistas de la época describieron que todo fue muy mal organizado: se hizo en caminos de mucho polvo, demasiadas colinas y con un solo punto de refresco a 22 kilómetros del inicio y era, tan solo, un pozo al costado de la carretera.

Félix Carvajal

En esas condiciones y con 33 grados de calor, 32 participantes comenzaron la prueba a las 3 de la tarde. De todos ellos se destacó uno: el cubano Félix Carvajal llegó al evento con traje y zapatos para correr, nada de ropa deportiva. Algunos compañeros se apiadaron de él y le cortaron el pantalón para que no sufriera tanto las altas temperaturas y que, a su vez, pudiera correr un poco más cómodo.

En los primeros metros de la prueba todo se complicó mucho más. Además de la dificultad que generaba correr bajo ese calor, adelante de los maratonistas estaban los autos que guiaban a los maratonistas. Esto generó que levantar un polvo que resacaba aún más la garganta lo que hacía mucho más difícil la competencia. Esto perjudicó al primer protagonista de esta historia: William García. El estadounidense se puso en cabeza rápidamente y sacó una buena ventaja sobre sus rivales. No obstante, tragó muchísimo polvo. Esto generó, junto al calor, que sufriera una hemorragia estomacal que casi lo mata.

Félix Carvajal

Con García fuera de competencia, fue Carvajal (el mismo del traje) que tomó el liderato y, empezó a abrir distancia sobre sus competidores. Gracias a esto, él decidió parar a comer manzanas, que había al costado del camino, pero esa fue una decisión que le costó la victoria: las frutas estaban podridas y por el dolor de estómago decidió echarse al costado del camino hasta que pudiera mejorarse.

El otro atleta que tampoco la pasaba bien era el neoyorquino Frederick Lorz. Este maratonista había logrado un buen resultado en la maratón de Boston de ese año al quedar quinto. No obstante, a los 17 kilómetros su cuerpo dijo basta y decidió abandonar la prueba. O, al menos, eso creían todos…

Lorz se subió al auto de su entrenador y comenzó el camino hacia el estadio Francis Field para buscar sus prendas. Sin embargo, a falta de 8 kilómetros, luego de media hora de abandonar, el vehículo que transportaba a “Fred” y a su coach se rompió. De esta manera, él se sintió animado para continuar la prueba y comenzó el recorrido faltante.

Fred Lorz

En un estadio colmado, todos comenzaron a aplaudirlo y a ovacionarlo. No obstante, la alegría no iba a durar tanto. Mientras Alice Roosevelt, la hija del presidente Theodore Roosevelt, lo recibía de forma cálida por haber llegado primero, uno de los espectadores se quejó de fraude porque, en realidad, no realizó toda la prueba a pie. Lorz, a diferencia de lo que cualquiera se podía imaginar, admitió haber hecho trampa y se justificó con que esto solo era una “broma”, que nunca tuvo la intención de recibir el premio.

El que sí ganó fue Thomas Hicks, aunque tampoco quedó excelso de las críticas. El estadounidense cruzó la meta con un tiempo de 3h28m53s, la marca más lenta de una maratón en la historia de los Juegos Olímpicos, pero lo logró casi sin fuerzas. Es más, a falta de 15 kilómetros estuvo a punto de abandonar, pero sus entrenadores lo ayudaron para que pudiera completar la prueba. Le sirvieron coñac (como si fuera una especie de tonificante), claras de huevos y, también, se le inyectó pequeñas dosis de sulfato de estricnina. Además, algunas fuentes cuentan que le dieron de tomar agua de radiador de auto para que se le quitara el sabor que tenía en la boca.

Es más, Charles Lucas, un oficial de carrera que estaba siguiendo la prueba en los últimos dos kilómetros, dijo: “Sus ojos estaban apagados, sin brillo; el color blanquecino de su rostro y su piel se había intensificado; sus brazos parecían pesos bien atados; apenas podía levantar las piernas, mientras que sus rodillas estaban casi rígidas”.

Thomas Hicks

El otro atleta perjudicado fue el sudafricano Len Tauyane. Él fue uno de los primeros africanos (junto a Jan Mashiani) en disputar una maratón, aunque el resultado no fue el esperado. Tauyane mantuvo un ritmo bastante favorable a lo largo de la competición. Es más, hasta los últimos kilómetros se mantuvo en puestos de cabeza, pero tuvo enemigos que él (ni nadie) se imaginó: una jauría salvaje lo atacó y, al tratar de escaparse, perdió muchísimo tiempo, aunque llegó noveno.

Sin dudas, esta prueba quedó lejos del ejemplo que demostró Vanderlei de Lima. Acá la pésima organización hizo que los maratonistas sobrevivieran en el trazado de San Luís. De los 32 atletas que comenzaron la carrera, solo 14 pudieron terminarla. El ganador, que casi muere, fue Thomas Hicks. Lo acompañaron en el podio los estadounidenses Albert Coray (3h34m52s) y Arthur Newton (4h37m33s). Lorz, luego de comprobarse que viajó 17 kilómetros en auto, fue expulsado de la Unión Atlética Amateur de por vida, aunque al año siguiente lo perdonaron. Es más, en 1905 ganó la maratón de Boston. Por cierto, Félix Carvajal, a pesar de todas las complicaciones que le generó comer una manzana podrida, terminó en el cuarto lugar.

Fotos: Wikipedia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior