Jules Ssekitoleko, un levantador de pesas que estaba próximo a volver a su país, dejó el hotel donde se alojaba la delegación ugandesa. Escribió una nota con los motivos.
La delegación de Uganda fue una de las primeras en llegar a Tokyo, un mes antes del comienzo de los Juegos Olímpicos. Uno de ellos, Julius Ssekitoleko, un levantador de pesas de 20 años, no clasificó. Debía volver a su país en estos días, junto a su entrenador, pero algo insólito sucedió: Ssekitoleko se fugó del hotel de Izumisano, donde se aloja la delegación ugandesa.
Alrededor del mediodía de este viernes, un funcionario fue a recoger la muestra para las pruebas de COVID, algo cotidiano debido al protocolo sanitario para Tokyo 2020, cuando notó la ausencia del joven pesista. Según autoridades locales, Ssekitoleko compró, alrededor de las 6:30 de la mañana, un boleto de tren bala rumbo a Nagoya, ciudad que se encuentra a unos 200km de donde se aloja el equipo ugandés.
El atleta africano dejó una nota en el hotel, explicando que no quiere regresar a Uganda, ya que la vida allí es difícil, y quiere trabajar en Japón. También le pidió a los miembros de su delegación que le devolvieran sus pertenencias a su esposa, que vive, lógicamente, en su país de origen. Alrededor de las 18 horas del viernes, Ssekitoleko respondió a su teléfono cuando un funcionario ugandés lo llamó, pero dijo que no estaba en condiciones de hablar, y colgó.
La jefa de misión de la delegación ugandesa, Beatrice Ayikoru, admitió la desaparición del pesista, mediante un comunicado enviado al medio Kyodo News, y dijo que debía regresar a su país el próximo martes, junto a su entrenador. Cabe recordar que la delegación africana había registrado dos casos positivos de COVID, tras su llegada a Japón, y que recién la semana pasada pudieron comenzar los entrenamientos pensando en los Juegos.
Esta situación genera preocupación en la organización de Tokyo 2020, ya que el evento se realizará bajo estrictos controles debido a la situación sanitaria. A una semana del comienzo, que un atleta se haya escapado, no es una señal esperanzadora, y la organización del evento deberán buscar la forma de traer calma al mundo olímpico.
Foto: Marca