Federico Molinari fue el primer gimnasta argentino en acceder a una final olímpica. En Londres 2012, estuvo muy cerquita de meterse en el podio de anillas. El rosarino dialogó con Argentina Amateur sobre su experiencia.
Por Fernando Gabriel Torok
La gimnasia artística masculina no estará presente en Río 2016, pero en Londres 2012 cortó una racha de 16 años sin tener un representante argentino. Federico Molinari fue quien acabó con la sequía para tener un desempeño histórico.
Luego de ser cinco veces campeón nacional, dos veces campeón sudamericano y haber participado en la final del Mundial de Gimnasia en 2009 (justamente en Londres), Molinari fue el primer gimnasta argentino en ser finalista olímpico luego de cuatro participaciones femeninas. El representante nacional lo logró en la ronda clasificatoria de anillas, donde quedó séptimo con un puntaje de 15.333, con el dato de no tener penalizaciones.
Habiendo cumplido su objetivo de estar entre los ocho mejores, Molinari fue en busca de un podio en la final el 10 de agosto en el North Greenwich Arena. Su ejecución fue casi perfecta: durante su movimiento tomado de las anillas ejecutó la rutina a la perfección, mostrando un nivel de élite meritorio de medalla. Sin embargo, una mala salida y caída le quitaron la chance de estar en el podio.
Más allá de la bronca lógica por el resultado final que pudo haber sido mejor, el rosarino de por aquel entonces 28 años se retiró feliz por haber cumplido el objetivo.
Hoy, a 4 años de su histórica performance, así lo recuerda:
¿Cómo definirías tu paso por Londres 2012?
Mi paso por Londres fue soñado porque fue el objetivo. Cuando uno se lo propone y las cosas salen es porque te vas contento con el trabajo realizado. Creo que hasta para algunas personas cumplí las expectativas y me quedé conforme con toda la actuación.
¿Cómo fue la noche anterior a la final olímpica?
La verdad que un poco de presión porque uno sueña con una medalla, pero la realidad que siempre fue todo muy disfrutado y lindo. El haber llegado a la final era el objetivo y se logró. Intenté, de todos modos, disfrutar al máximo de esa final. También me preparé de la mejor manera para llegar a la medalla y no se dio por la falla en la salida. Más allá de eso, muy contento y lo disfruté mucho, no es algo que me haya pesado.
¿Qué es lo que más recordás fuera de lo deportivo?
La villa olímpica en la estadía con gente del deporte y mis compañeros. La ceremonia de clausura ya que no pude ir a la inaugural porque competía al otro día. Tengo un recuerdo general muy lindo. El ver a mi familia en la tribuna en la final alentándome antes de pasar. Estaban mis viejos y mi mujer. Es algo muy lindo que sigo disfrutando cuando veo el video de la final.
¿Cómo sigue tu carrera más allá de la ausencia en Río (por lesión y no poder competir en el Preolímpico para clasificar)?
Me lesioné en el año pasado y no pude clasificar a Río. Pero con muchas cosas, aunque me quedé sin chances de tener mi última participación olímpica. Ahora preparándome para el torneo panamericano a fin de año, donde quiero intentar ganar la prueba de anillas. También seguir compitiendo hasta el año que viene y después replantearme en qué momento retirarme. Tengo alumnos que andan muy bien, un campeón sudamericano juvenil, muchos proyectos personales que me complican la carrera deportiva.
En tanto, dejó un mensaje para toda la delegación argentina que irá a Río en agosto: “Disfruten el Juego como si fuese el último. Uno nunca sabe cuándo va a ser el último, no puede decir ‘es mi primera experiencia olímpica’. Hay que tratar de dejarlo todo y mientras uno cumpla el objetivo que se propone, se tiene que dar por satisfecho. No siempre es posible una medalla, cada uno tiene que saber dónde está parado y hasta dónde se puede llegar. Sabemos que el deporte en Argentina es complicado y por eso, al menos yo, los voy a aplaudir siempre”.
