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Vóley

“La gran cuenta pendiente de mi carrera fue no haber ganado una medalla olímpica”

Marcos Milinkovic, uno de los mejores jugadores de vóley de la historia nacional, recordó su etapa como jugador y el épico cuarto puesto obtenido en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia
)

A lo largo de la historia olímpica, Argentina vio pasar a enormes talentos, como lo fueron Alberto Zorrilla, Gabriela Sabatini, Jeanette Campbell, Juan Curuchet y más. Muchos de ellos obtuvieron medallas, pero algunos otros se quedaron en la puerta, como es el caso del equipo masculino de vóley que representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Ese Juego Olímpico le dio cuatro medallas a Argentina, dos de plata (Carlos Espínola en vela, Clase Mistral y Las Leonas) y dos de bronce (Serena Amato en vela, Clase Europe y Javier Conte y Juan de la Fuente en vela, Clase 470). Sin embargo, el vóleibol tuvo un paso inolvidable por los Juegos y Marcos Milinkovic lo repasa: “Ese Juego Olímpico fue uno de los torneos más importantes de mi carrera, no por haberle ganado a Brasil en 4tos sino por haber estado con esta generación en una semifinal olímpica y con el sueño de llegar a una medalla. Era impensado, queríamos pasar de ronda y en los cuartos de final nos tocó Brasil que venía invicto… jugamos de los mejores partidos de nuestra generación. Además pudimos sacar un triunfo que va a quedar en el recuerdo por mucho tiempo”.

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Argentina integraba la zona B y tenía un grupo más que duro, porque estaban Yugoslavia, Rusia, Italia, Estados Unidos y Corea. Los jugadores que había elegido Carlos Getzelevich para batallar en Australia eran: Jerónimo Bidegain, Hugo Conte, Sebastián Firpo, Christian Lares, Leandro Maly, Pablo “Ruso” Meana, Marcos Milinkovic, Leonardo Patti, Pablo Pereira, Juan Pablo Porello, Alejandro Spajic y Javier Weber; todos enormes jugadores. Con derrotas lógicas ante los primeros tres, Argentina corrió la suerte de que clasificaran los primeros cuatro del grupo. Con el último lugar en el grupo, los albicelestes debían enfrentar al mejor de la zona A, nada más y nada menos que Brasil. El verdeamarelho venía invicto en el grupo y hacía cuatro años que era el verdugo de Argentina. Pero en un partido sensacional, Argentina dio vuelta el encuentro y de ir 25-17 abajo, se puso 25-21, 25-19 y 27-25 para llevarse un partido histórico. Sin cábalas -según Milinkovic-, Argentina había hecho historia.

Desafortunadamente, los de Getzelevich se chocaron con potencias en las instancias posteriores, lo que hicieron que la ilusión de medalla se hiciera pedazos. Primero fue Rusia, derrota por 3-1(27-25, 32-30, 21-25 y 25-11) y luego volvieron a caer por 3-0 ante Italia, con parciales de 25-16, 25-15 y 25-18. Por eso, Milinkovic, pese a tener una carrera repleta de lujos y de haber sido uno de los mejores jugadores que tuvo el seleccionado nacional, admite que una medalla olímpica es una espina que le quedó clavada. “Definitivamente es la gran cuenta pendiente de mi carrera el no haber podido lograr una medalla olímpica. Ahí estuvimos muy cerca de lograrlo, como también en Atenas, donde salimos quintos”, se lamentó el rubio atacante de Argentina, que hoy dirige UNTreF.

Después de reflexionar sobre su paso olímpico, Marcos le tiró buena onda al equipo de Julio Velasco y dijo: “Al equipo lo veo muy bien, espero que encuentren el opuesto que le falta para que el equipo dé el salto de calidad para que pueda mezclarse con las grandes potencias. Mientras no encuentre el puesto está complicado, pero puede dar un batacazo en estos Juegos, estamos a la expectativa de que puedan hacerlo y con la esperanza de dar ese salto grande”. Ojalá así sea.

Recordá algo de ese partido histórico:

 

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