Después de 56 años de ausencia, los Juegos Olímpicos de Río tendrán representantes argentinos en la rama femenina y masculina: Iryna Khokhlova y Emmanuel Zapata. Con particulares historias, hoy comparten un presente juntos que se complementa con la fantástica realidad de competir en un Juego Olímpico juntos.
¿Pentathlon? ¿Se corre? ¿Qué deportes tiene? ¿Se hace como el triatlón? Así de desconocido es el pentathlon en el país. Lo cierto es que el deporte cobró relevancia gracias a que tiene no sólo un clasificado a los Juegos Olímpicos, sino dos. De las cuatro plazas disponibles, Argentina agotó la mitad, una en hombres y una en mujeres, siendo un suceso histórico porque hace 56 años que el país no aportaba pentatletas a las citas olímpicas y porque es la primera vez que una mujer alcanza la clasificación. Los nombres de los privilegiados son Emmanuel Zapata e Iryna Khokhlova, que, casualmente, son marido y mujer.
Desde que el pentathlon fue introducido en el programa olímpico en los Juegos de Estocolmo 1912, Argentina no obtuvo medallas. La primera participación nacional fue en París 1924 y recién hubo que esperar hasta Londres para estar cerquita de los mejores: Enrique Wirth terminó en el 11° y ocho años después, Luis Fernando Riera se destacó por obtener el mismo puesto y también por alcanzar el 8vo puesto por equipos junto a Carlos Alberto Velázquez y Jorge Esteban Cáceres Monie. La última aparición del pentathlon fue en Roma 1960, cuando el mismo Riera mantuvo su vigencia al ser el mejor ubicado de los argentinos (13°) y detrás se ubicaron Carlos Stricker y Raúl Bauza. Desde allí el deporte sufrió un bache que Emmanuel Zapata se ocupó de tapar con su clasificación olímpica obtenida en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Gracias a su trabajo junto a su entrenador Guillermo Filipi, hicieron historia en el deporte y sembraron una semilla que da cuentas de que el deporte no volverá a sufrir esa depresión. Iryna Khokhlova, por otra parte, viene de ser 10° en los Juegos de Londres compitiendo para Ucrania, pero las guerras y el amor jugaron a favor de Argentina y produjeron que la joven pentatleta decidiera competir bajo la bandera celeste y blanca. Como su clasificación olímpica era casi inminente, la Federación intensificó los trámites para acelerar la nacionalización. Ya con nacionalidad y boleto olímpico en mano, Iryna sólo se dedica a entrenar para ver si puede mejorar su marca obtenida hace cuatro años atrás.
Emma, ¿Cómo vivís el hoy pensando en que Iryna logró la clasificación?
Es una gran tranquilidad y sastifaccion. La verdad es que se invertió dinero y mucha energía en que salga su nacionalidad y el permiso del COI. Ir a los Juegos Olimpicos ya es muy emocionante, tener la posibilidad de ir con mi esposa es un sueño hecho realidad.
(Para Iryna) ¿Qué te genera representar a Argentina después de tantas complicaciones?
Yo muy contenta. ¡Muy feliz! Acá los entrenadores se preocuparon mucho por mí y por hacer posible mi clasificación. Muy feliz de ir con Emma a los Juegos.
¿Qué expectativas tienen?
Bueno en mi caso yo soy conciente de que nosotros solo tenemos 10 años de experiencia en este deporte y nos vamos a enfrentar con países como Rusia, Ucrania y China, que tienen más de 100años practicando este deporte. Ese es el precio que tenemos q pagar por el haber desaparecido el pentathlon por muchos años. La verdad que un 10mo puesto para nosotros estaría muy bien. Obvio todo atleta sueña con una medalla olímpica. El querer ganarla fue lo que me trajo hasta acá. La situación de iryna es diferente. En el caso de ella son sus segundos Juegos y viene de tener un 10mo puesto en Londres. Ella aspira a estar entre las primeras seis, a pesar de su lesión. Se está recuperando muy rápido y creemos que va a llegar bien a la competencia.
