Cayeron de pie

Argentina perdió con Cuba por 3-2 con parciales de 32-30,25-20,25-22,25-18 y 19-17 en la final de la Copa Panamericana.
Una final digna de una final, porque efectivamente se vieron las caras los mejores. Argentina fue derrotado por Cuba 3-2 con parciales de 32-30,25-20,-25-22,25-18 y 19-17. Nada para reprocharse en esta Copa Panamericana, de paso casi perfecto.
Los de Camilo Soto comenzaron con todo, aunque siempre con una paridad marcada que se mantendría -sin saberse- durante todo el partido. No se sacaron diferencias, y ya en el final del primer set, se esclareció que no iba a ser un partido fácil. Fueron hasta 32 y ahí, con Argentina que se impuso, se logró ganar el primer set. El segundo set vio a Argentina apenas por encima de Cuba, que, con muchos errores, siguió de cerca a los de Soto. Entre Flores, Lima y Lazo hicieron un combo mortal que liquidó la cuestión con un poco más de soltura que en el set anterior gracias al cierre de Bruno Lima.
Cuba cambió el chip a partir del tercer set, donde comenzó a crecer y a dañar en los espacios que dejaba Argentina. El primer tiempo técnico marcó la pauta de que la actitud había cambiado y a los de Soto les costó arreglar las diferencias. Pese a los buenos aportes de Gallego y Melgarejo, los chicos se arrimaron pero no pudieron mantener la regularidad y terminaron 25-22 abajo. El cuarto set mostró más de lo mismo, con buenas apariciones de Lazo, pero con una Argentina que se iba desvaneciendo ante los embates cubanos, que se hacía muy fuerte en ataque desde la zona delantera. El 25-18 forzó el quinto set y allí los argentinos dejaron alma y vida en un ambiente totalmente hostil, con todo el estadio en contra.
El resultado no opaca en lo absoluto lo hecho en cancha, dado que son un equipo mayoritariamente juvenil que tiene mucho futuro por delante. Ahí hay que apuntar.