La representante de Rumania festejaba su medalla de medalla de bronce en la final de suelo. Pero tras la modificación de la nota de Jordan Chiles fue relegada del podio.
Por: Angeles Vidal
Ana Barbosu, gimnasta rumana, se quebró en llanto en pleno Bercy Arena al finalizar la final de suelo femenino de gimnasia artística. Ella festejaba con su bandera desplegada, que dejó caer al ver cómo la modificación en los puntajes la desplazaba al cuarto lugar. Su entrenadora se acercó y la acompañó a retirarse.
Pero ¿qué fue lo que pasó exactamente? La última gimnasta en realizar su rutina fue Jordan Chiles, de Estados Unidos, quien fue calificada inicialmente con 13.666, ocupando en principio el quinto lugar. Sin embargo, sus entrenadores reclamaron por la nota de dificultad de un elemento que no había sido validado. Tras la revisión en video, la nota de Chiles ascendió a 13.766. Esto modificó el podio y relegó a Barbosu en el cuarto lugar, por tan solo 0.066 puntos.
Hay más, las dos finalistas rumanas empataron entre sí con 13.700, en estos casos para desempatar se toma la nota E más alta. Entonces Ana Barbosu con 8000 de nota E pasó a su compatriota Sabrina Maneca Voinea que tuvo 7.900. La gran polémica es que ambas recibieron 0.100 de penalización. Sin estas cuestionables deducciones, la medalla de bronce quedaba para Rumania.
Al finalizar su rutina, el equipo de Sabrina Maneca Voine presentó una queja sobre la deducción recibida, pero los jueces rechazaron el reclamo. Según ellos, la gimnasta rumana había pisado fuera de los límites de la pedana. Es importante destacar que, en estos Juegos Olímpicos, los paneles de jueces no estaban ubicados cerca de los aparatos, por lo que observaban las rutinas desde otro lugar. Habitualmente, esta falta se detecta por dos jueces situados en las esquinas, quienes levantan un banderín rojo si la gimnasta sale del suelo.
Rumania es históricamente una potencia en la gimnasia artística, con figuras icónicas como Nadia Comaneci, Larisa Iordache y Catalina Ponor, que han dejado una huella imborrable en el deporte. En los Juegos Olímpicos de París 2024, el equipo rumano volvió a competir con equipo completo, un regreso significativo después de su última participación en Londres 2012, donde obtuvieron la medalla de bronce. En Londres, Sandra Izbasa se consagró campeona en salto, y Catalina Ponor ganó la plata en suelo, siendo ellas las últimas gimnastas rumanas en subir al podio olímpico.
A pesar de las controversias y las modificaciones en las puntuaciones, Rumania demostró que sigue siendo una potencia en la gimnasia artística y merecía coronar su esfuerzo con la medalla de bronce que pudo haber ganado Ana Barbosu o Sabrina Maneca Voinea.
La reacción de Nadia Comaneci y el enojo de Rumania:
Inmediatamente, Nadia Comaneci, la gimnasta que logró el primer 10 perfecto en Montreal 1976, se refirió al tema en redes sociales. “No puedo creer que juguemos con la salud mental y las emociones de los deportistas así… protejámoslos”.
Además, continuó hablando sobre Sabrina Maneca Voinea con videos. En el primero, ella afirma que no ve el talón tocando el piso y redobló: “¿Tú sí?“. Por otro lado, posteó un video en el que compara la rutina durante la competencia por equipos y la final por aparatos, allí remarcó la diferencia sobre el puntaje recibido.
También se sumó al escándalo el primer ministro de Rumania, Marcel Ciolacu. El político decidió boicotear la ceremonia de clausura al no asistir, ya que consideró la situación como una “injusticia flagrante”.
“He decidido no asistir a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París después de la escandalosa situación en la gimnasia, donde nuestros atletas fueron tratados de una manera absolutamente deshonrosa”, expresó.
El reclamo a la FIG:
Rumania envió una carta la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) por los puntajes. También el país se dirigió al Comité Olímpico Internacional y Según ProSports, un medio de comunicación rumano, al Tribunal de Arbitraje Deportivo.
A su vez, el presidente del Comité Olímpico y de Deportes de Rumania, Mihai Covaliu, se dirigió directamente al mandamás Morinari Wantanabe para reconsideren el reclamo por la penalización.
Foto: La Nación
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