UN.Lu. finalizó con medalla de bronce en el Panamericano de Clubes realizado en Villa Ballester y Guido Riccobelli resaltó la importancia de haber sido parte del podio.
Por Romina Miranda
(@MirandaRomiOk)
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En la primera oportunidad que UN.Lu. disputó el Panamericano de Clubes, la institución de San Fernando logró un histórico tercer puesto por derrotar a SAG Villa Ballester 30-27.
El lateral izquierdo de 29 años es uno de Los Gladiadores que jugó en el equipo de San Fernando. Sumado a él los hermanos Fernández, Federico Pizarro y Juan Bar.
Con un comienzo con dos triunfos frente a Ovalle y Colegio Alemán, el partido ante Pinheiros marcó el quiebre para UN.Lu. porque cayó en un encuentro donde el físico jugó una mala pasada, no había lanzamientos desde nueve metros y que Marcão estuviera en el arco de los brasileños dificultó aún más.
El sábado se enfrentaron a Taubaté y Universidad de Luján estaba obligado a ganar para seguir con chances, sin embargo los argentinos no pudieron a pesar de haber jugado mejor que el viernes y cayeron nuevamente. Por este motivo, el domingo se enfrentó a SAG Villa Ballester por el tercer puesto.
Ante el Estadio Mundialista que estaba lleno, Universidad de Luján derrotó al local 30-27 y se quedó con la medalla de bronce de la edición del Panamericano de Clubes 2017.
El ex jugador de Junior Fasano, dialogó con Argentina Amateur luego de quedarse con la tercera posición y contó sus sensaciones de haber estado en el podio: “Es una alegría. No llegamos al objetivo que era tratar de bajar a un brasilero pero el podio es importantísimo”.
“Ser el tercer equipo en América no es cosa de todos los días y trabajamos para esto. Asi que estoy contento por haber terminado con el equipo junto y unido. Además con una sonrisa en la cara”, relató Riccobelli.
El partido ante SAG Villa Ballester no fue simple para los dirigidos por Robledo porque a pesar de tener una ventaja de cinco goles, acercándose al los 20 minutos del segundo tiempo los locales fueron acortando la distancia hasta estar a dos tantos. Ante la consulta sobre si el problema era físico o anímico, el lateral izquierdo respondió: “Al final un poquito. La verdad es que nosotros veníamos muy cansados y ellos no aflojan asi que nos la vimos un poquito negra pero gracias a Dios pudimos resolver bien el ataque y resolver un poco desde ahi”.
Por último, Guido Riccobelli se expresó en relación a la cantidad de adeptos al handball que se acercaron al Estadio Mundialista para vivir esta competencia: “Después de tantos torneos internacionales que tenemos con la Selección nunca sentimos la ansiedad y las ganas de jugar como sentimos en el primer partido. Es súper importante que la gente nos apoye, que esté con nosotros y esto es parte de ellos”.
