“Todas las fichas puestas en Río 2016”
La Rural disfrutó de la visita del campeón olímpico Sebastián Crismanich, y de su hermano y entrenador Mauro. Juntos recorrieron todos los stands que componen Generación Deportiva, el 1° Festival de Iniciación Deportiva, el primer paso pensando en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Entre risas, y con muchos jóvenes que no paraban de pedirles fotos y autógrafos (siempre accedían con una sonrisa), los hermanos vivieron una jornada inolvidable.
Por Hernán Goldzycher
Tras finalizar una dura pretemporada, el campeón de Londres 2012 se dio una vuelta por La Rural y se animó a probar distintos deportes. Remo, esgrima y gimnasia fueron solo algunos de ellos. “Me divertí y aprendí muchísimo de algunos deportes que solo había visto por la tele”, aseguró Sebastián. “Como remero lo ví medio flojo”, dijo Mauro, su hermano. “Competí con Mauro y le pude ganar”, retrucó Sebastián. “Además, Ariel Suárez me desafió. Le dije que lo veía en el stand, pero cuando fui no estaba. Para mí que arrugó”, chicaneó entre risas.
“Únicamente había hecho kayak una vez en Corrientes, mi provincia natal, para pasear un poquito”, agregó el oro olímpico. “Fue una experiencia única. Me pasé el alto rendimiento en el taekwondo y no tuve la oportunidad de practicar otros deportes. Además, no hay muchos eventos como éste, donde haya tantos deportes concentrados en un mismo lugar y te enseñen, desde la diversión, un estilo de vida”.
Practicó fútbol hasta los 14. Claro que luego debió decantarse por un deporte y eligió el taekwondo. El tiempo demostró que ésta fue una loable elección. Sin embargo, sigue de cerca al fútbol, más precisamente a Boca, el club de sus amores. “Es el equipo que elegí de chiquito. Cuando puedo lo veo en la cancha, sino lo sigo por tele. Estoy contento por la actualidad, ha cambiado el panorama”.
Igualmente, no tiene mucho tiempo para distracciones, dado que esta semana inicia su etapa competitiva. Ya se encuentra en México, donde disputará un Abierto al que describe “de prueba, aunque también importante para sumar puntos para el ranking olímpico”. Asimismo, estará en el clasificatorio para los Juegos Panamericanos Toronto 2015 (JJPP).
Si bien éste será un año de competencias importantes, él tiene todas sus “fichas puestas en Río 2016”. También estará en tres Grand Prix, que se suman al Grand Prix que reúne a los mejores. “Pero para mí son todos escalones que me van a llevar a Río. Desde que me despierto hasta que me voy a dormir, pienso en los Juegos Olímpicos“.
Lo mismo ocurre con el ranking. Se encuentra octavo, aunque no se plantea ser el número 1. “Al ranking lo veo más como un método de clasificación para Río 2016. El ranking no me ayuda a ganar ninguna medalla. Puedo ser el número 1, pero no haber ganado ninguna medalla olímpica o mundial. Sí quiero mantenerme entre los seis mejores, pensando en los Juegos Olímpicos. Estuve entre ellos hasta el mes pasado, pero como no competí en estos primeros torneos, otros ascendieron. Cuando vuelva, sé que me voy a mantener entre los 4 o 5 mejores. El ranking es otro escalón para Río”.
Su objetivo, claro está, será repetir el oro obtenido en Londres 2012. Empresa nada fácil, pero para la que se prepara día tras día. “Es un desafío”, admitió. Afortunadamente, aquella lesión que lo marginó de los tatamis por más de un año ya es cosa del pasado. “Creo que el regreso después de tanto tiempo fuera de competencia te sorprende. Te encontrás con un taekwondo nuevo porque el deporte va evolucionando. Uno necesita de ese roce de la competencia”.
“Sabía que iba a ser difícil el retorno, pero se me dieron las cosas muy rápido. Tuve un año con muchísimos éxitos, concretando una medalla de bronce en el Grand Prix final, donde están los mejores del mundo. Terminamos el año con muchas medallas. Eso nos hace comenzar un 2015 súper motivado e ilusionado que, esperamos, se corone con la clasificación a los Juegos Olímpicos”, aseguró con gran optimismo.
“Sería importante que pueda ganar una medalla mundial”, sostuvo su hermano Mauro, justamente el único taekwondista argentino que alguna vez salió campeón del mundo. “Sí, la del Mundial la tengo yo”, dijo entre risas. “Pero es sumamente difícil obtenerla”.
“Para nosotros es muy importante haber conseguido una medalla olímpica y una mundial, y ocupar ese lugar en la historia del taekwondo argentino. Ojalá podamos añadir otra. Sería un orgullo como hermanos y, ahora, como equipo de trabajo”, sostuvo Mauro.
“Del 1 al 10, ahora que estamos saliendo de la pretemporada, a Sebastián lo veo entre 7 y 8 puntos. A fines del año pasado, llegó a su pico y estuvo en 9,5. Para mí, estuvo inclusive mucho mejor que en Londres 2012. Tiene muchos más recursos ahora y está mejor preparado físicamente”, afirmó.
Falta tan solo un año y medio para la gran justa olímpica. Y los Crismanich ya se preparan para dar otro gran golpe. Sebastián es el que cerró la nota. “Necesitaba motivarme después de conseguir el oro, para lograr algo diferente. Lo que deseo es lograr algo que no ha logrado ningún deportista individual en Argentina: dos medallas de oro. Me moviliza en el día a día. Me dá una energía extra para volver a vivir en Río, lo lindo que viví en Londres”.
LOS CRISMANICH TAMBIÉN LA ROMPEN FUERA DEL TATAMI
Con clínicas y charlas a lo largo y ancho del país, Sebastián y Mauro buscan difundir este deporte. El campeón olímpico se encargó de contarlo. “La cantidad de practicantes de taekwondo ha pasado una cifra que no podemos calcularla. Se hace en lugares que no se ha visto antes. Con mi hermano dimos charlas e hicimos clínicas en el Interior del país y lo vimos instalado en los pueblos más chiquitos. Eso nos dio un orgullo muy grande”. “Es una pasión para mí difundir el estilo de vida que te dá el deporte”, añadió. “La realidad que hoy pasa el taekwondo argentino es muy buena desde la base. Hay un lapso de generaciones perdidas. Se necesita tiempo para los que ahora están en una etapa inicial, se conviertan en un atleta de la Selección Argentina”, cerró.