Una irreconocible Argentina venció a Uruguay por 20-12 logrando pasar a la final en busca del oro enfrentando a Brasil. Además clasificó por segunda vez a la historia a los Juegos Olímpicos.
Los Gladiadores no parecían los de siempre. Desconcentrados, sin idea de juego y con héroes como Schultz y Sebastían Simonet que lograron salvar a este equipo que parecía no tener identidad. Era como un equipo regular y no los chicos que venían jugando en Toronto con un nivel alto y con mucha diferencia con los rivales. En adición, Uruguay fue un equipo sólido en todas las líneas y con el arquero Adler gigante abajo de los tres palos.
Los Gladiadores que salieron a la cancha inicialmente fueron Schultz, Pizarro, Vieyra, Sebastián Simonet, Diego Simonet, Federico Fernández y el capitán Carou.
Uruguay aprovechó los errores de Argentina en el primer tiempo y estuvo en gran parte arriba del marcador aunque terminó 7 a 7. Matías Schultz, el arquero argentino fue el gran héroe de los Gladiadores porque tuvo tapadas claves y que si no hubiera sido que él estaba debajo de los tres palos, hubiera sido derrota por goleada. Además la lesión de Diego Simonet por una luxación en el dedo índice de la mano derecha, generó una pérdida importante en el equipo.
Los jóvenes argentinos fueron comandados por Sebastián Simonet quien supo demostrar y aplicar su experiencia para hacer circular el balón y generando situaciones y conviertiendo goles que sus compañeros no podían. Sumado a los inconvenientes propios, el arquero uruguayo Adler tuvo tapadas muy importantes para que Argentina no conviera.
Sebastián Simonet fue la clave del equipo abriendo caminos y haciendo circular el balón y recién se pudo poner en frente del marcador en el segundo tiempo en el 11-10. Desde que los Gladiadores empataron y lo dieron vuelta, la actitud de los argentinos fue diferente aunque se notó a un equipo desconcentrado y errático.
A pesar de no haber tenido una buena noche, lograron la victoria por 20-12 con el mayor de los Simonet como goleador con 10 goles, seguido por Federico Fernández con cuatro, Federico Vieyra con dos y con uno estuvieron Juan Fernández, Carou, Migueles y Adrián Portela.
Al finalizar el encuentro no hubo festejos sino que se fueron en tranquilidad porque sabían que no habían jugado bien. Si el mayor de los Simonet no hubiera estado en la cancha, la clasificación a los Juegos Olímpicos y a la final de Toronto, seguramente no se hubiera logrado.
El final del camino será el sábado a las 21 será el partido en busca del oro ante Brasil… el mismo rival que le tocó en la final de Guadalajara 2011. Los Gladiadores deberán salir a la cancha, y ojalá que sea un equipo muy diferente a Uruguay.
