Mi otro yo: Fernando Borello

Fernando Borello, tirador de la especialidad fosa olímpica, atiende dos panaderías en Santiago del Estero y estudió para pastelero profesional. Argentina Amateur te acerca la historia de uno de los 187 clasificados a Río.
Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia)
Esta nota podría llamarse “Las medialunas de Borello”, haciendo alusión a una famosa franquicia de panaderías, porque Argentina Amateur descubrió un lado poco convencional de Fernando Borello, tirador clasificado a los Juegos Olímpicos. El oriundo de Santiago del Estero es dueño, junto a su familia, de dos panaderías de la región y trata de combinar el tiro, su trabajo en el negocio y la ardua –pero hermosa- tarea de ser papá.
En un día común de su vida es a las seis de la mañana, bien temprano, el horario en el que Fernando abre sus ojos para comenzar con los pedidos y la preparación de la panadería, a la vez que su día se extiende hasta tarde por los entrenos que van en aumento pensando en los Juegos Olímpicos. “Yo trabajo en la panadería desde los 17 años y estudié para pastelero profesional. Debo admitir que la chocolatería me apasiona y lo que más me gusta es la pastelería fina, pero que por cuestiones de tiempo por el entrenamiento, hace mucho ya no la hago”, declaró Fernando, que admitió haberse metido en el tiro casi involuntariamente, dado que lo consideraba un “hobby” cuando se había lesionado jugando al básquet.
Borello además contó cómo se maneja el negocio en Santiago y comentó: “El trabajo es bastante jorobado en mi caso, yo estoy solo y tengo que estar viendo que todo salga bien y atender la parte de los eventos. Lo que se hace en mi caso es un poco de todo”. A propósito de la recepción de los clientes, el tirador santiagueño también se refirió a su “fama” como deportista de alto rendimiento y señaló que “hay gente o, mejor dicho, la mayoría de los clientes me reconocen y me preguntan, me dan sus muestras de aliento y me desean muchos éxitos”. Una anécdota que recorre la memoria del tirador tiene que ver con su vuelta triunfal de los Juegos Panamericanos: “Cuando volví a Santiago me saludaba gente que ni conocía, después me enteré que lo de mi medalla había salido en todos los canales de Santiago y de ahí era cómo sabían quién era y que era el de la panadería”.
Fernando hace pocos meses afrontó una de las experiencias más hermosas que puede brindar la vida humana: la de ser papá. Valentino llegó para ajustar un poquito más la agenda del tirador, por lo que la rutina de Borello es transitada mediante malabares. Así lo define: “Ahora me doy tiempo para cumplir con todos los roles: el de trabajar, el del deporte y el del padre, que es muy lindo. Son muchas horas que le dedico tanto al trabajo como al deporte y las horas que me quedan le dedico a mi familia”.
¡Medialunas para todos, por favor!