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Gimnasia

“Si entrenásemos en Europa, los argentinos seríamos campeones olímpicos”

La joven gimnasta argentina que representó al país en los Juegos Olímpicos charló mano a mano con Argentina Amateur sobre un año consagratorio, y las problemáticas con la que lidian diariamente los deportistas amateur argentinos. Y afirma: “No quiero que sólo me conozcan a mí, también a la gimnasia”.

Hace meses que la vida de Ailén Valente es tan vertiginosa como sus fascinantes rutinas de gimnasia artística que la llevaron a los Juegos Olímpicos de Río 2016. Tanto que el lunes llegó de participar en el Panamericano de Especialistas en Bolivia (con dos medallas de bronce), y en la tarde-noche del martes participó de la inauguración de la muestra de fotografía “Objetivo: Deporte”, organizada por la Alianza Francesa de Buenos Aires. Allí, dio un giro de 180 grados a ese vértigo, y se sentó unos minutos para una agradable y distendida charla con Argentina Amateur.

“Llegué este martes de Bolivia, con dos medallas de bronce, una en suelo y otra en paralelas. Nunca había ganado una medalla Panamericana, y después de Río, era el momento de seguir cosechando logros”,introdujo la joven de 20 años.

¿Se encara de otra manera un Panamericano o Sudamericano después de haber pasado por un Juego Olímpico?

Un poco sí. Lo que genera un Juego Olímpico, cuando entrás a competir con el estadio lleno y todo, es único. En un Panamericano hay gente pero no es lo mismo. Ante la magnitud de un Juego Olímpico, en otros torneos se entra con mucha tranquilidad, con esa experiencia, cuando uno pasa el mayor logro, se toma con más calma y se va a mostrar lo que uno sabe hacer sin estar tan nervioso, eso ayuda a que las cosas salgan mejor.

¿Cómo viste el desempeño en general de la Argentina en Sucre?

Muy bien, trajimos 12 medallas, eso indica que estamos mucho mejor. Subió mucho el nivel, y creo que lo vamos a seguir subiendo, hay muchos entrenadores capacitados, también mucho talento. Eso le hace bien a la gimnasia.

Como vos contaste en la charla, alguien que hace gimnasia, compite en un Juego Olímpico, tiene sponsors y hace producciones, pero después se toma el subte y es una persona más: ¿creés que un crecimiento progresivo puede hacer que se acerquen más y más chicas?

Sí, claro. Todavía hace falta mucha más publicidad en el deporte amateur. Un Juego Olímpico hace eso, mucha gente conoce otros deportes, en ese sentido es genial. No importa que disciplina sea, ven a un argentino y se prenden a la tele. Para los que hacemos deporte amateur, eso es importante, que la gente conozca cada disciplina. A medida que pasen los años eso va a ir mejorando, el interés está creciendo, nos irán conociendo más y más. Por suerte, hoy me conoce mucha más gente que antes, yo no quiero que me conozcan a mí solamente, también que conozcan la gimnasia. Todo lo que yo pueda hacer de publicidad para el deporte, lo haré para que la gimnasia crezca.

En la charla dijiste “si los atletas argentinos entrenásemos en otro país seríamos campeones olímpicos”. ¿Qué diferencia hay con ellos?

En realidad, no hay diferencia entre ellos y nosotros. Al entrar somos todos iguales. Hay excepciones, por ejemplo, Simone Byles. Ella tiene una contextura que la ayuda para la gimnasia. Es como Usain Bolt, vos podés entrenar las mismas horas que él pero te va a ganar, porque nació con un biotipo que lo ayuda, y con ella es igual. Somos muy iguales con la mayoría. La diferencia es, por ejemplo, Suiza. Entrené tres semanas allá antes de ir a Río, el gimnasio que tienen es el doble de grande que el CeNARD. Tienen todos los aparatos nuevos, en perfecto estado, todo limpio. Todo es perfecto, para las siete gimnastas de la Selección. Y es enorme. Hoy vas al CeNARD, y está lleno de clubes, pero ¿por qué? Porque no podés sacar a la Selección, porque no tienen donde entrenar. En Europa tienen un gimnasio para siete gimnastas porque las demás también entrenan en buenas condiciones. Si hacés eso acá dejás sin gimnasio a las que vienen de más abajo. Hay muchos gimnasios acá, como Rosario o Mar del Plata, pero ninguno está en condiciones: los aparatos son viejos, los colchones de caídas son casi hogareños. Cuando digo que saldríamos campeones es que con todo lo que tenemos que pasar, en todos los deportes, llegamos igual a estar ahí. Además, en Suiza tenés todo a reloj, el colectivo te pasa a la misma hora siempre, siempre llegás 10 minutos antes. Acá, cruzás Capital en colectivo sin saber a qué hora llegás, no sabés qué te pasa en el medio. Si con todo lo que tenemos que pasar, estamos en competencia, imaginate con esas comodidades que tienen en Europa. Hay un sistema de trabajo. Brasil hizo un cambio total con los Juegos: es el primer equipo sudamericano que se mete entre los ocho primeros. Y es acá nomás. Si lo hizo Brasil, se puede hacer acá. La inversión de dinero y de tiempo es mucha, lleva años, pero ojalá se llegue en el futuro.

Desde la creación del ENARD, con todo un ciclo olímpico completo, se vio que en distintos deportes se creció mucho. ¿Creés que aunque tarde un poco más, la gimnasia va a lograr lo mismo?

Si, se vio en la mayoría de los deportes. Insisto en algo: posiblemente con el presupuesto para hacer un gimnasio podés hacer una cancha de vóley, una de hándbol y tenis de mesa juntas. Nosotras tenemos cuatro aparatos de gimnasia femenina y seis de masculina, más los colchones: son millones de dólares. Más el espacio donde ubicar todo eso, es una locura de presupuesto, más el mantenimiento. Hoy en día lo que hay en el CeNARD no se limpia seguido, es una nube de magnesio, el polvo que usamos para no resbalar. A veces no se puede ni respirar. Recién ahora instalaron un sistema de extractores que saca un poco ese aire, pero hablamos de mucho tiempo y plata. La gimnasia va un poco más atrás, hay cosas que se hacen antes. Espero que algún día haya aunque sea un gimnasio nuevo con los aparatos nuevos y el mantenimiento. Ojalá se pueda hacer para que todos los que hagan gimnasia en el futuro llegues en mejores condiciones.

¿Cómo ves que se está preparando Buenos Aires para los Juegos Olímpicos Juveniles de 2018?

En estos últimos meses no estuve tan pendiente. Creo que si se hace todo y se ponen todos los recursos, podemos hacer unos muy buenos Juegos. Ojalá la infraestructura se complete a tiempo, la última vez que vi, no iba tan acelerado el tema, pero no sé cómo está ahora. El tema es el tiempo para llegar bien. Además venimos de Juegos Juveniles en China… la vara está alta (risas). Allá es una locura, no se puede competir contra eso. Todo dependerá de que se intente todo, si la organización a nivel interno es buena, se puede llegar bien.

¿Cómo es un día en la vida de Ailén Valente?

Me levanto 6:30 de la mañana, voy en auto al CeNARD, salgo 7:10 de mi casa. El auto se lo saco a mi mamá (risas), porque si no tengo que ir en colectivo y levantarme 5:30. Voy de Barracas a Núñez, tengo casi una hora y media en colectivo… por suerte mi mamá trabaja cerca de mi casa, o en el centro, y no le conviene ir en auto. Eso me hace descansar un poco más, entreno de 8 a 12 y de 13:30 a 16, aproximadamente. Luego vuelvo a mi casa, hay días que después de eso voy al psicólogo deportivo, ahora empecé a estudiar el CBC de kinesiología, algo que postergué por los Juegos. El tiempo libre sólo lo usaba para descansar, pero el desgaste previo a Río era muy grande como para además estudiar, ir a cursar y rendir, recién ahora lo estoy retomando.

¿Cómo es tu panorama de acá a fin de año y más adelante?

Este año sólo queda el Sudamericano, el tema de resultados será importante por las becas para el equipo. Además, el Nacional en Argentina. No me puse a proyectar el futuro con mi entrenadora, quiero aprovechar el envión de los Juegos para seguir haciendo publicidad de la gimnasia. No me puse a pensar si ya quiero ir a Tokio, ojalá se dé, y si no, seguiremos entrenando para seguir sumando logros y ayudar a la gimnasia.

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