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365 días entre los diez mejores

Hace un año, Emmanuel Lucenti estampaba su nombre en el Top Ten de los mejores judocas en la categoría de -81 kg. según la Federación Internacional de Judo. En Argentina Amateur Deporte te contamos su historia.

Por Agustín Ares
(@agustinares14)

Cuando en Argentina se habla de judo, el primer nombre que se nos viene a la cabeza es, quizás, el de Paula Pareto, principalmente por su medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Empero, hay otro nombre que no hay que olvidar, ya que gracias a los constantes resultados que viene logrando desde hace poco más de cinco años, se ha posicionado entre los mejores judocas del mundo: Emmanuel Lucenti.

Tres participaciones olímpicas, dos panamericanas, tres suramericanas, múltiples medallas y grandes actuaciones marcaron la carrera a aquel muchacho nacido en Tucumán hace 33 años y que hace 365 días escribió su nombre en la historia grande del judo nacional e internacional.

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De movida, sus primeros pasos en los tatamis nacionales lo llevaron a conseguir buenos resultados en los Campeonatos Panamericanos de Judo. En Buenos Aires 2006 alcanzó su primer bronce, y de allí hasta 2017 no paró: pasando por Montreal, Guadalajara, San Salvador, Edmonton o Ciudad de Panamá sumaría otras ocho preseas entre plata y bronce.

El primer gran desafío para comenzar a elevar su nombre se dio en los Juegos Panamericanos de Río 2007, alcanzando un muy buen quinto puesto. Cuatro años más tarde en Guadalajara 2011, venció al canadiense Antoine Valois-Fortier (Top Five según la IJF) por ippon para lograr el tercer puesto y colgarse la medalla de bronce. Además, en medio de ambos torneos, Emmanuel se dio un lujo del cual pocos pueden jactarse, estar presente en un Juego Olímpico.

Beijing 2008 lo vería en la 21° posición pero para Londres 2012, con una madurez notable, la aventura de Lucenti en el Centro de Exposiciones ExCeL fue apasionante. Debutó con un ippon en los 32vos de final ante malgache Fetra Ratsimiziva y repitió el resultado en segunda ronda ante el francés Alain Schmitt, para meterse entre los ocho mejores de la competencia. El sueño de una medalla se pospuso cuando el surcoreano Jae-Bum Kim, campeón del mundo 2011 y medalla de plata en Beijing 2008, impuso su experiencia para relegarlo al combate por el bronce. Y como si se tratara de un deja vu, el verdugo en las semifinales era el mismo al que había superado para conseguir su única medalla panamericana. Valois-Fortier lo venció por la acumulación de tres shidos, llevándolo a perder por waza-ari. Sin embargo, de Londres no se iría con las manos vacías, sino que se trajo consigo un diploma olímpico.  

Los Juegos Olímpicos de Río 2016 dejarían un sabor amargo en su boca. Debutó con el pie izquierdo y derecho. Por un lado, venció al libanés Nacif Elias por descalificación al aplicarle dos palancas antirreglamentarias. Por el otro, sufrió una lesión en su brazo que lo malograría en la siguiente instancia. Una vez más, Antoine Valois-Fortier era la piedra en el zapato y poco pudo hacerse: victoria del francés y eliminación para el tucumano.

No hay mal que por bien no venga’ dice el dicho, y vaya que es verdad. El 2017 traería no solo buenos resultados y medallas, sino su ingreso al Top Ten de los mejores judocas del mundo en su respectiva categoría. Comenzó con un segundo puesto en el Panamericano de Ciudad de Panamá y siguió su buena racha con un torneo utópico en Cancún. Mandó a volar al israelí Sagi Mikua, campeón europeo en 2015, en la primera ronda y en la siguiente superó al subcampeón mundial 2011, el serbio Sran Mrvaljevi. Ya entre los cuatro mejores, el próximo reto no podría ser mejor: enfrente estaba el brasileño Víctor Peñalber con quien tenía un récord de 0-2. Terminado el tiempo reglamentario, el combate se fue a punto de oro, donde el carioca recibió su segundo shido y quedó fuera de competencia, dejando a Emmanuel en las puertas de una nueva final. Luego de haber quedado tercero en Qingdao 2009 y segundo en Miami 2013, era la hora perfecta para colgarse la presea más brillante. Ante el canadiense Etienne Briand, un waza-ari le bastó para subirse a lo más alto del podio y trepar al 7° puesto del ranking mundial.

Hoy, en la 10° posición y con un año entero entre lo mejor de lo mejor, Emmanuel se prepara de lleno para afrontar lo que serán los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, pero con escalas en Panamericanos, Grand Prix y la Copa Mundial de Bakú 2018.

 

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