fbpx
HandballNoticias

Diego Simonet: el héroe sin capa

El 2018 es el año mágico de Diego Simonet porque fue campeón de la Champions League y Montpellier da pelea en liga francesa. Crónica de un héroe sin capa.

Por Romina Miranda

Si de sueños se vive, es probable que Diego Simonet no estuviera viviendo este presente porque como contó después de la final, en enero ni soñaba con ser campeón de la Champions. Fintas, rosca y subidas de contraataque fueron sus armas en Colonia. Así se convirtió en el primer argentino en dar la vuelta con Montpellier.

Artículos Relacionados

Se podría decir que Diego Simonet es el mejor marketing para el handball argentino porque con su bandera albiceleste colgada sobre sus hombros puso al país en lo más alto y a la vista de todos. No solo por haber sido ganador del EHF Final Four si no porque fue seleccionado como el MVP. El ex SAG Villa Ballester fue el primer no europeo en haber sido elegido como mejor jugador.

Ese es Diego Simonet, quien con 28 años y con contrato hasta el 2022 en Montpellier es el héroe sin capa del handball argentino. Con una mano en el trofeo y la otra en el premio a MVP, mostró la bandera argentina en todo el mundo.

39 goles fueron los que marcó el central argentino en la Champions League 2017/2018, seis en la final para ganar 32-26 y ganar el torneo más importante del mundo a nivel clubes. En total, entre todas las participaciones en el torneo lleva 139 goles.

Es emocionante ver que cuando ya pensaba que todo había terminado, le pidieron que se quede a un costado para volver a ingresar. ¿Para qué? Se preguntaba el Chino, era para ser premiado como el mejor jugador de la final. Esto es resultado de años de trabajo, empeño y amor por el deporte porque es muy probable que otra persona con las lesiones que sufrió el argentino, podría haberse dado por vencido.

Un momento clave en su carrera fue el 2016, cuando la rodilla derecha le volvía a jugar una mala. Se rompió los ligamentos cruzados y con los Juegos Olímpicos a menos de cinco meses la esperanza estaba encendida aunque los tiempos clínicos no eran los mismos. Por eso al principio se opuso a la operación pero luego supo entender que era lo mejor y así lo fue. Ese parate que si bien tuvo que ver el Panamericano de Selecciones en Tecnópolis desde afuera y los Juegos Olímpicos también le sirvió para darle un descanso al cuerpo y retomar con todo.

En declaraciones a la CAH, contó: “¿Quién lo hubiera imaginado, después de la lesión que tuve? Trabajé muchísimo para volver a mi nivel. Estoy muy contento con el trabajo hecho, con mis compañeros”.

El único argentino que había llegado más lejos en la Champions era Eric Gull, semifinales 2009/2010 pero Diego lo superó. Ese al que Simonet idolatraba, estuvo en la tribuna en Colonia y se dieron un emocionante abrazo al terminar el partido.

El handball en su vida es sinónimo de familia porque sus padres Alicia y Luis estuvieron entre las 20000 almas en Colonia, además de su novia Sol con quien espera su primer hijo. Mientras que desde Salta, sus hermanos Sebastián y Pablo lo vieron por televisión junto al plantel de Los Gladiadores que se preparan para los Juegos Suramericanos.

A pesar que en la semifinal no tuvo el mejor partido, convirtió el gol de la gloria. Ese que llevó a su equipo a la final y Montpellier obtuvo el título más de una década más tarde.

Aunque todos saben de las fortalezas dentro de la cancha, hay que señalar el liderazgo positivo que tiene en los más jovenes porque apenas terminado el partido, manifestó lo siguiente: “Espero que esto sirva para que muchos jóvenes en Argentina sigan practicando el handball y no se den por vencidos, mismo si se van afuera y la pasan mal. Es jodido, a todos nos pasó y nos pasa. Espero que esto haya servido mucho para el handball argentino”.

Porque el handball es la contribución de los jugadores. Es en Argentina saber lidiar con el amateurismo y el querer “crecer” lleva a muchos jugadores a Europa. El consejo que dio Simonet es esencial, es perseverar ante el sueño del pibe y seguir mejorando. Ya que más allá de las lesiones u otros contratiempos que tuvo en la carrera, el Chino siempre supo levantarse y estar donde estuvo parado: ante 20000 personas en Colonia con su equipo y después bajo todas las miradas cuando recibió el premio de MVP.

Ese es Diego Simonet, el que no se niega a una foto ni a una nota, el que ante un alago simplemente sonríe y el que ante cada logro se emociona. Quien después de Ballester se fue a Brasil y fue paso a paso, sin quemar etapas a España y luego a Francia. Que a inicios del año tuvo una oferta de Barcelona pero Montpellier no quiso soltarlo. Es el que si pierde una pelota en ataque, es el primero que corre a defender. Es el que siempre piensa en el equipo.

Es el que “hizo historia” como todos los medios manifiestan. Tal vez sean dos palabras que suene a frase hecha pero es la realidad. Es el único no europeo que ganó el MVP, es el primer argentino en ganar una Champions y es simplemente Diego Simonet. Él.

Diego no tendrá tiempo de descanso porque el jueves jugará por la liga francesa donde Montpellier, que es puntero junto con PSG con 43 puntos, se enfrentará a Dunkerke. Luego viajará a Bolivia para integrarse con sus compañeros de la Selección ya que el dos de junio debutarán en los Juegos Suramericanos, aunque es esperable que Manolo Cadenas lo deje descansar.

Él es el Chino Simonet, no es el Messi del handball ni otro nombre propio. Él forjó su carrera. Es identidad en sí mismo. Es Diego o simplemente el Chino. Un héroe sin capa para el handball argentino.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior