En la X edición de los Juegos Olímpicos se destacó la enorme actuación del maratonista argentino Juan Carlos Zabala, al consagrarse campeón de la prueba más exigente del atletismo.
De vuelta a los Estados Unidos, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles estuvieron marcados por la Gran Depresión (o Crisis del 29), por lo que la participación de países y deportistas cayó notablemente. Participaron 1.408 atletas (1.281 hombres y 127 mujeres) de 37 países, que compitieron en 117 eventos.
Por primera vez se creó una Villa Olímpica, aunque fue exclusivamente para los varones, mientras que las mujeres fueron hospedadas en hoteles de lujo. Una de las grandes innovaciones fue la implementación del photofinish y el cronometraje automático en los eventos de pista de atletismo. En un protocolo que perdura hasta el día de hoy, los deportistas que finalizaban en los tres primeros puestos subían al podio, donde se izaban las respectivas banderas de los países triunfales y se oía el himno del ganador del oro.
A pesar de la poca participación de las naciones, el nivel fue muy alto, al punto que se igualaron y superaron 18 récords mundiales. Carl Westergren, un policía sueco, ganó dos preseas de oro en lucha libre y grecorromana. El japonés Kusuo Kitamura, de solo 14 años, se llevó el oro en los 1.500 m. y se convirtió en el hombre más joven en ganar una medalla olímpica. La estadounidense de 18 años Mildred Didrikson triunfó en los 80 m. con vallas, lanzamiento de jabalina y salto en alto, y la nadadora Helene Madison se adjudicó tres oros en los 100 m. Libre, 400 m. Libre y los relevos 4×100 m. Libre.
El hecho más curioso ocurrido en Los Ángeles fue el de la polaca Stanislawa Walasiewicz, ganadora de los 100 m. llanos, cronometrando 11s9. Tras su fallecimiento en 1980, la autopsia reveló algo insólito: Walasiewicz no era una mujer, sino un hombre.
Participación argentina:
Apenas 36 deportistas viajaron a Estados Unidos para participar de los Juegos Olímpicos. Compitieron en atletismo, boxeo, esgrima, natación, pesas y tiro y obtuvieron cuatro medallas (3O y 1P).
La actuación más notable, y que quedó en la historia del atletismo nacional, fue la consagración de Juan Carlos Zabala en la maratón. Apodado El Ñandú Criollo, el rosarino de 21 años se impuso en la prueba madre de los Juegos Olímpicos con un tiempo de 2h31m36s, estableciendo un nuevo récord olímpico. Zabala partió desde el Estadio Olímpico el 7 de agosto, y a falta de cuatro kilómetros para finalizar la carrera, recuperó la delantera para no soltarla más y transformarse en uno de los iconos del deporte albiceleste.
Las otras tres medallas vinieron nuevamente a través del boxeo. Santiago Lovell, apodado El Terror de Dock Sud, venció en la final de los pesos pesados al italiano Luigi Rovati por nocaut y obtuvo el primer oro de la delegación. En peso pluma, Carmelo Robledo se llevó el segundo oro al derrotar, por puntos, al alemán Josef Schleinkofer. Finalmente, Amado Azar, en peso mediano, cayó en la final ante el local Carmen Barth, quien lo venció en las tarjetas.
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