Hace cuatro años, Argentina se coronaba campeón mundial por primera vez en el Mundial de Colombiay sentaba un precedente en el deporte nacional.
Diego Giustozzi fue el conductor de un equipo que, con personalidad, buen juego e inteligencia supo sortear a sus rivales e instalarse en lo más alto del podio, configurando una nueva realidad.
El 1 de octubre de 2016, Argentina ganaba su primer Mundial en futsal y ponía en las primeras planas a un deporte sumamente atractivo y pasional. Hasta ese momento, Brasil y España eran la raza dominante en el deporte y los argentinos supieron escindir esa hegemonía. Luego de un andar más que derecho a lo largo de todo el campeonato, el 5-4 contra Rusia en la final dio la estocada final.
Y no solo fueron los mejores a nivel colectivo, sino que también se llevaron los premios individuales: Fernando Wilhelm, capitán del equipo, fue elegido como el mejor jugador del torneo y Nicolás Sarmiento como el mejor arquero.
El camino fue largo: con dos victorias y un empate, el conjunto nacional avanzó a la segunda instancia con siete puntos. En octavos se cruzó con Ucrania, a quien le ganó por un ajustado 1-0; luego se sucedieron dos goleadas para cuartos y semis: 5-0 a Egipto y 5-2 a Portugal.
En la final, con sangre, sudor y lágrimas, los de Giustozzi se quedaron con una conquista histórica gracias a los gritos de Alamiro Vaporaki, Leandro Cuzzolino, Constantino Vaporaki y Alan Brandi (por dos).
El resto es historia. Con las Eliminatorias ganadas y su pasaje al Mundial de Lituania, solo queda que en 2021 regresen a defender el título.
Soy periodista deportiva y social media manager. Dirijo Argentina Amateur Deporte y trabajo en C5N.com. Cubrí JJ. OO Río 2016 y Tokyo 2020. Estuve en DEPORTV y en Olé.