El cantante y compositor irlandés este 10 de mayo cumple 61 años. Cuando era muy pequeño estuvo relacionado al deporte. ¿Conocías de su afición al ajedrez?
Con solo 11 años, allá por 1971, Bono debió mudarse e ingresó al Instituto de Enseñanza Media de St. Patrick. Esto fue clave ya que el niño adquirió interés por el deporte, y particularmente, por el ajedrez. Sin embargo su estadía no fue larga ya que casi fue expulsado por lanzar excremento de perro a una docente.
Bono recordó sus buenos momentos en el club Phisboro donde compartía tiempo con su amigo Joseph Marks, e inclusive, los dejaron enfrentarse a los adultos. Algo que es poco habitual.
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El artista, en una carta al reconocido ajedrecista ruso Kasparov, Bono confesó que esta disciplina fue el placer más grande de su infancia. Pensar hacia adelante, sobre las esquinas, anticipar el movimiento próximo del oponente…
Toda esta pasión demandaba un gran tiempo en su vida ya que estudiaba a los grandes maestros como Kasparov, Karpov o Bobby Fischer. Sin embargo, luego de conocer en el 2014 al primero, quedó convencido que es el mejor de los maestros del ajedrez.
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«Admiro su afilada inteligencia. Él se pregunta las más difíciles cuestiones respecto el mundo, Rusia, derechos humanos, la injusticia de la extrema pobreza. Es un apasionado de enseñar ajedrez a los niños no sólo por su efecto de ejercicio mental, sino porque el juego les brinda la confianza de pensar en el futuro. Y la esperanza de que ese futuro puede ser siempre mejor», detalló sobre su admiración hacia Kasparov.
Bono es la única persona en el mundo que estuvo nominado a un Premio Nobel, el Oscar, los Grammys y los Globos de Oro.
