Matthew Mitcham: primer campeón olímpico abiertamente gay
El australiano se consagró campeón en saltos ornamentales en Beijing 2008, luego de haber confesado su homosexualidad públicamente
Matthew Mitcham no será, quizás, el atleta australiano más recordado en cuanto a rendimientos deportivos, a pesar de tener logros importantes. Sin embargo, este saltador hizo historia en Beijing 2008, al convertirse en el primer campeón olímpico abiertamente declarado gay; si bien hubo otros atletas gays que lograron medallas olímpicas previamente (como Ji Wallace, medalla de plata en gimnasia de trampolín en Sydney 2000), ninguno había dado a conocer su sexualidad previamente, y recién lo hicieron luego de sus logros deportivos.
Mitcham, nacido en Brisbane el 2 de marzo de 1988, comenzó haciendo gimnasia de trampolín de chico, para luego pasar a los saltos ornamentales. Ya en esta disciplina, participó en mundiales juveniles desde los 11 años, y fue campeón nacional juvenil entre 2002 y 2004. En 2005 logró su primer título en categoría senior, y ese mismo año participó por primera vez de un Campeonato Mundial de Natación, logrando un duodécimo puesto en plataforma 10 m.
En los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Mitcham lograría el título más importante de su carrera, al consagrarse campeón justamente en plataforma 10 m, siendo el único campeón en saltos ornamentales en esa edición que no fue chino. Su nombre, sin embargo, no terminó tomando fuerza en el mundo del olimpismo por su resultado, o más bien no fue solo por eso; este saltador australiano tomó trascendencia porque, en la previa de los Juegos, declaró públicamente su homosexualidad, lo cual lo convirtió en el primer hombre abiertamente gay en consagrarse campeón olímpico.
El anuncio lo realizó al diario australiano Sydney Morning Herald, cuando este medio realizaba entrevistas a las esperanzas olímpicas del país oceánico; esta confesión fue primero casi accidental, ya que, sin darse cuenta, reveló durante la entrevista que estaba viviendo con su novio. Tras consultarlo con amigos, decidió dar luz verde a la publicación del artículo, sintiendo que no debía mentirle a la gente de su país. Tiempo después declararía que fue «la mejor decisión que tomé en mi vida». Mientras se desarrollaban los Juegos, además, Mitcham fue portada de la publicación gay internacional The Advocate. Su pareja de ese momento, Lachlan Fletcher, lo acompañó a los Juegos, y estuvo presente en la obtención de la medalla de oro.
Sin embargo, el camino hacia su bienestar personal no fue nada fácil para este deportista australiano. A principios de año, en una entrevista con la BBC, Mitcham reveló que desde chico sabía que le gustaban los hombres, pero que la presión social, las autoridades de su escuela primaria (escuela católica), y el acoso de sus compañeros, lo hicieron sentirse avergonzado de su sexualidad.
Si bien encontró en su deporte un escape a sus problemas cotidianos, el hecho de presentarse como heterosexual ante sus compañeros lo llevó a acumular resentimiento contra el salto. Así, Mitcham entró en depresión por un tiempo, lo que lo llevó, ya desde muy joven, a consumir drogas y alcohol, incluso cuando odiaba el sabor de este último. En 2006, a sus 18 años, Matthew se tomó un año de descanso del deporte, y según contó, se pasó ese tiempo haciendo cosas muy poco saludables con su cuerpo, pero también empezó a crecer la confianza en su identidad.
Según contó, le llevó 6 meses dejar de odiar los saltos ornamentales, y otros 3 meses volver a competir, volviendo a la pileta apenas 15 meses antes de Beijing 2008, donde tocaría el cielo con las manos. Sin embargo, seguiría luchando con sus adicciones luego de la cita olímpica, algo a lo que la depresión post Juegos colaboró, incluso cuando se volvió un modelo a seguir para jovenes adolescentes homosexuales, que le hicieron llegar cartas de todas partes del mundo.
En 2016, Mitcham, que en 2010 llegó a ser número 1 del mundo en su categoría, se retiró del deporte, y desde enero de ese año, se encuentra limpio de drogas. Además, en febrero de 2020, se casó con su pareja, el británico Luke Rutherford. «He sido duro conmigo mismo durante toda mi vida, pero ahora miro hacia atrás con ojos más amables y estoy orgulloso no solo de lo que gané, sino de poder hacerlo todo como un hombre abiertamente gay, debido a la opresión que es todavía se siente en tantos países alrededor del mundo», declaró Mitcham a la NBC, en su entrevista a principios de año. Si bien llevó un tiempo, todo terminó en buen puerto, al menos en los últimos años, para Matthew Mitcham, el primer hombre abiertamente gay en consagrarse campeón olímpico.
Foto: Olympics