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Olimpicado, días 12 y 13

Un pedido denigrante, una actuación casi perfecta en saltos ornamentales, y una confusión con las nacionalidades en una premiación. Esto, y más, en una nueva edición del Olimpicado

Un pedido público de otra época

Uno de los nombres que sorprendió en Tokyo 2020 dentro del atletismo fue Christine Mboma. La velocista de Namibia, de 18 años, logró la medalla de plata en los 200m, superando a figuras como Shelly Ann Fraser-Pryce y Marie-Josee Ta Lou. Mboma es especialista en 400m, pero no pudo competir en esta prueba ya que sufre de hiperandrogenismo, un padecimiento que genera un exceso de andrógenos (hormonas masculinas). La Federación Internacional de Atletismo prohíbe a quienes tienen este trastorno competir en las pruebas de 400m o de distancias mayores, por eso la africana tuvo que competir en 200m, con grandes resultados.

Sin embargo, a algunas personas dentro del mundo del atletismo les parece que el hiperandrogenismo, una condición natural, representa una ventaja deportiva. Así lo expuso el ex velocista polaco Marcin Urbas, que no solo criticó que se deje competir a Mboma, sino que pidió que se le realice una prueba para determinar que, efectivamente, es mujer. Sin dudas, un pedido tremendamente retrógrado, que parece remontarse a las décadas de 1960, cuando se les pedía a las mujeres que desfilaran desnudas frente a un panel de médicos para confirmar su sexo. Que esta solicitud se realice públicamente en 2021 es, cuanto menos, repudiable.

Un error delicado

En la competencia de duetos de natación artística, Rusia se llevó la medalla de oro (bajo el nombre, como en todo Tokyo 2020, de Comité Olímpico Ruso), China la de plata, y Ucrania, con Marta Fiedina y Anastasiya Savchuk, logró el bronce. Hasta aquí, todo perfecto. Sin embargo, a la hora de la premiación, hubo un error que no tuvo demasiadas repercusiones, pero que pudo haber sido bastante grosero.

A la hora de presentar a Fiedina y Savchuk, el presentador las nombró como representantes del Comité Olímpico Ruso. Un error que, según declaraciones posteriores, a las nadadoras ucranianas no les molestó, aunque si generó algo de enojo en la entrenadora del dueto ruso, Tatyana Danchenko. El error pudo haber tenido repercusiones más importantes, teniendo en cuenta que Rusia y Ucrania son dos países que hace ya un buen tiempo se encuentran en una relación bastante complicada, y que incluso este año ha tenido escaladas de tensión importantes. Por fortuna, terminó siendo un error mínimo, que solo quedará como anécdota.

Divina juventud, otra vez

Ya el primer podio femenino de la historia del skate en los Juegos Olímpicos, la semana pasada, había sorprendido por su juventud: campeona y subcampeona de 13 años cada una, y la medallista de bronce de 16; esto, en la modalidad Street. Ahora, en la otra modalidad que se disputa en la competencia, la de Park, nuevamente dio la nota la notable juventud de las medallistas.

La campeona fue la japonesa Sakura Yosozumi, a quien se puede considerar una “veterana”, teniendo en cuenta la edad de sus competidoras: tiene 19 años. Pero las edades sorprendentes son las de quienes lograron las medallas de plata y bronce: Kokona Hiraki, de 12 años, y la británica Sky Brown, de 13. Un detalle muy particular, y para ponerlo en contexto, consideramos otro dato: en los Juegos Olímpicos de la Juventud, la edad mínima requerida para participar es de 15 años. Es decir, 4 de las 6 medallistas del skate femenino en Tokyo 2020 no podrían, por reglamento, participar de los Juegos de la Juventud, pero ya son medallistas en los Juegos de mayores. Seguramente, un tema que traerá debate en los próximos tiempos.

Foto: AFP

Divina juventud, también en el agua

En la competencia femenina de plataforma 10m, de saltos ornamentales, también hubo una campeona muy joven: la china Hongchan Quan, de apenas 14 años, y que fue escoltada por su compatriota Yuxi Chen, de 15. Pero lo de Quan fue maravilloso no solo por lo corto de su edad, sino por su actuación en la final: de los 5 saltos, 3 fueron calificados de manera perfecta.

Es decir, en 3 de los 5 saltos recibió un 10 por parte de todos los jurados, lo que le significó un puntaje total de 96 en cada uno de ellos (no llega a 100 porque se suma el grado de dificultad con la puntuación). Además, en otro de los intentos tuvo un puntaje casi perfecto, con 95.70. Un total de 466.20 le dieron la medalla de oro con comodidad, ya que su coterránea Chen sumó 425.40, mientras que la australiana Melissa Wu, que logró el bronce, lo hizo con 371.40, es decir, casi 100 puntos atrás. Actuación que rozó la perfección por parte de Quan.

Foto: AFP

¿El hombre más fuerte del mundo?

El pesista georgiano Lasha Talakhadze llegaba a Tokyo 2020 como gran candidato al título en su categoría, +109kg. En Rio 2016, se consagró campeón en +105kg, que era en ese momento la categoría de más peso, y que aumentó 4 kilos para estos Juegos. Talakhadze no solo que cumplió, sino que arrasó con la prueba.

Ya en la primera parte de la prueba, en arranque, rompió el récord mundial que él mismo tenía, al levantar 223kg en su tercer intento. Para visibilizar un poco su superioridad, en su primer intento había levantado 208; quien terminó segundo esta primera etapa, el iraní Ali Davoudi, levantó 200 recién en su tercer intento. Una diferencia muy importante, y que encima se acentuaría con la segunda fase, la de envión: el georgiano otra vez rompió el récord mundial en su tercer intento, levantando 265kg, 24 más que Davoudi.

Foto: Olympics

Récord mundial también en envión, y por supuesto, récord mundial en el combinado: un total de 488kg para repetir el oro de Rio 2016. Talakhadze, cuádruple campeón mundial vigente, ganó la competencia con una ventaja de 47kg sobre Davoudi, que se llevó la plata. Para contextualizar todavía más: fue más la diferencia entre el georgiano y su escolta, que la que hubo entre el iraní y el neerlandés Kuworge, sexto y último en la prueba (hubo un séptimo pesista, que no pudo realizar la fase de envión). Una bestialidad total.

Otro país con su primera medalla

Son varias las naciones que han conseguido, en Tokyo 2020, obtener una medalla olímpica por primera vez en su historia. Y ahora, hay que sumar a uno más: Burkina Faso, de la mano de Hugues Fabrice Zango. El país africano debió esperar hasta su décima participación olímpica (novena con este nombre, la primera fue como República del Alto Volta) para subir un atleta al podio.

En este caso, se dio en la competencia de triple salto. En 2019, en Qatar, Zango ya había logrado la medalla de bronce, por lo cual llegaba con la ilusión de poder subirse al podio también en Tokyo. Y terminaría siendo así, efectivamente. Pero primero debió sufrir, ya que superó la clasificación con el peor salto de los 12 clasificados a la final, con 16,83m, un metro por debajo de su mejor marca personal.

Ya en la final, el panorama parecía arrancar complicado, pero en su tercer intento, logró una marca de 17.47m. Todavía un poco atrás de su mejor marca, lograda en junio de este año. Aún así, y a pesar de no poder mejorar ese salto, logró terminar la competencia en tercer lugar, 3cm por arriba del estadounidense Will Claye, para obtener la medalla de bronce. Un logro para Zango y para Burkina Faso, en lo que es probablemente el resultado deportivo más importante de la historia de su país. Seguramente, en su regreso, sea recibido como un héroe nacional.

Foto: AP

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