El atleta argentino Juan Carlos Zabala, protagonista de una de las hazañas más notables de la historia del deporte nacional al ganar la medalla de oro en el maratón de los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1932, será eje de un homenaje a mediados de este mes con el lanzamiento de su biografía y la colocación de una placa en la Colonia Hogar en la que vivió en su infancia.
El 7 de agosto se cumplieron los 90 años de la que, hasta hoy, es acaso la mayor hazaña de un atleta argentino en la historia: el triunfo de Zabala en el maratón de Los Ángeles 32, con récord incluido, en una de las carreras más apasionantes del siglo.
Aquel triunfo antecedió a otros dos grandes logros de maratonistas argentinos: el oro de Delfo Cabrera en Londres 1948 y la medalla de plata de Reinaldo Gorno en Helsinki 1952.
En homenaje a la gesta de Zabala, durante el próximo Maratón Internacional de la Ciudad de Buenos Aires (domingo 18 de septiembre), la Asociación Ñandú entregará una plaqueta alusiva a sus hijos y familiares durante la ceremonia de premiación.
Y la World Athletics (Federación Internacional de Atletismo) programó para octubre la colocación de una placa alusiva en la Colonia Hogar Ricardo Gutiérrez, en Marcos Paz, donde Zabala vivió durante su infancia.
También, en el marco de la Expo del Maratón, se hará la presentación del libro “Zabala, el campeón excepcional”, resultado de un trabajo de investigación de los periodistas Rubén Aguilera, Eduardo Biscayart y Luis Vinker, con prólogo de Daniel Arcucci y la participación del especialista austríaco Olaf Brockmann.
El libro, auspiciado por la Confederación Argentina de Atletismo dentro de su programa de publicación y divulgación, será parte del catálogo de Ediciones Al Arco, especializada en deportes.
“Lo que comenzó como una recopilación de la campaña deportiva de Zabala se convirtió en una investigación apasionante, con la constante aparición de detalles imprevistos, propios de un recorrido de aventuras”, contaron los autores de la biografía.
“Zabala -describió Biscayart- constituyó una aparición fulgurante para el deporte argentino de entreguerras: llegó y alcanzó la gloria rápidamente. Y del mismo modo, su carrera se apagó. Zabalita fue muchas cosas entre las múltiples vidas que pareció vivir, pero sobre todo fue un personaje único, quizá el mejor exponente del atletismo argentino de todos los tiempos”.
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