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Sabrina Cass: “Tener a todos de mi lado sintiéndose orgullosos de mí pesó más que la decepción que sentía”

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Fuente: Olympics

La esquiadora brasilera dialogó en exclusiva con Argentina Amateur Deporte sobre su experiencia olímpica, el proceso para representar a Brasil, su campeonato mundial juvenil y sus planes para el futuro.

Por: Facundo Osa

Sabrina Cass es una esquiadora acrobática de Brasil que se desempeña en la disciplina de mogul, que consiste en descender realizando una trayectoria ideal entre “montones” de nieve finalizando con un salto sobre una plataforma. Nació en Estados Unidos en 2002 y representó al país durante toda su adolescencia, llegando a ganar el Mundial Juvenil de 2019. En 2021 realizó los trámites para competir bajo la bandera de Brasil por su ascendencia materna y se convirtió en la primera esquiadora acrobática de ese país en competir en unos Juegos Olímpicos de Invierno. En Beijing finalizó en la 26° posición general después de registrar un 21° lugar en la primera clasificación y un 16° en la segunda.

¿Cómo fue crecer en una casa bilingüe? Digo, tu mamá es brasilera, tu papá estadounidense y vos hablás ambos idiomas de forma fluida

Es bastante interesante en realidad. Mi papá fue a una academia militar en Nueva York y obtuvo una licenciatura en portugués antes de conocer a mi mamá. Así que cuando se conocieron todo fue perfecto y también ayudó para criarnos a mi hermano y a mí. Todos hablamos portugués e inglés en casa, pero me enseñaron portugués primero porque sabían que iba a aprender inglés en la escuela.

El esquí corre en la sangre de tu familia. Tus padres se conocieron en un resort y tu hermano también practica a nivel competitivo. Prácticamente estabas destinada a probarlo y después ver si te gustaba.

Definitivamente. Fue algo crucial en mi familia y fue lo que nos hizo muy cercanos por la cantidad de viajes que hicimos juntos desde una edad muy temprana. El hecho de haber tenido el apoyo de mis padres para competir fue muy importante y no me imagino cómo hubiese sido mi vida si no lo hubiese tenido.

¿Cuál es tu primer recuerdo sobre unos esquís?

Mi primer recuerdo fue de muy joven, no recuerdo cuántos años tenía. Mis padres nos juntaban en grupos con otros chicos y me hice amiga de muchos. Recuerdo estar ahí súper pequeña con mi entrenador y descender por la montaña tratando de desafiarnos continuamente.

Tu historia va a contramano de todas las que conozco de deportistas de invierno porque fueron tus padres los que te convencieron de practicar esquí acrobático a pesar de que, visto de afuera, parece peligroso. ¿Esa confianza tu ayudó en tus primeros pasos en el mogul?

Sí, yo no quería hacer mogul al principio pero ellos me fueron motivando. Pero sí, su confianza me hizo desarrollarme y me ayudó a mejorar como atleta y a llegar a donde estoy.

Tu mamá te solía acompañar a las competencias que podía. ¿Hoy sigue haciéndolo?

Los últimos dos años fueron bastante difíciles porque íbamos mucho a Europa y estábamos en varios países en pocos meses. Tampoco me pudieron acompañar a los Juegos Olímpicos por las restricciones que había y eso no estuvo bueno. Pero siempre hablaba con ellos cuando estaba en el exterior, les mandaba mis videos de entrenamiento y de las competencias para que me dieran su opinión. Así que, a pesar de que no estaban ahí conmigo, me acompañaron de otra manera a través del celular.

Sabrina Cass y su amor por los moguls

¿Qué te enamoró del mogul?

Creo que ya desde chica lo sabía porque ya cuando estábamos con esos grupos que te conté me gustaba esquiar entre los moguls. Y cuando me enteré que podía competir en ellos me hizo enamorarme de la disciplina. Me gustaba ser competitiva, esquiar y navegar los moguls, pero no los saltos. Esos me dan miedo hasta el día de hoy.

Cuando eras más joven te uniste a un club competitivo (Wasatch Freestyle) y entre los entrenadores estaba Byron Wilson, medallista de bronce en Vancouver 2010. ¿En ese entonces ya eras consciente de quién era él o lo descubriste con los años?

Sabía quién era Byron y lo que había logrado. Cuando se convirtió en mi coach cuando tenía 15 o 16 fue increíble que alguien como él nos explicaba lo que teníamos que hacer y corregir. Fue muy importante para el crecimiento de todos nosotros.

¿En qué momento comprendiste que te podías dedicar al mogul?

Empecé con 10 años y a los 12 tuve una coach que se llamaba Alysha cuando todavía esquiaba en Vermont. Después de una competencia gané una medalla y estaba súper feliz. Ella se acercó y me dijo que tenía mucho potencial como para llegar al siguiente nivel si me dedicaba de lleno. Ese fue el día que supe que me quería dedicar a esto.

El desafío de combinar el deporte y el estudio

¿Cómo conseguiste balancear tu vida deportiva con tu faceta académica mientras alternabas los viajes entre Connecticut y Utah?

Fue muy difícil porque era muy joven. Ir y venir entre los dos lugares en invierno cuando tenía todas las competencias me hacía más difícil concentrarme en el hecho de estar en la montaña y dedicarme solo a eso dejando el estudio para cuando volviera. Mis profesores me ayudaron bastante, pero al ser todo esto antes de la pandemia no había un sistema online para estar al día ni mucho menos. Fue un desafío por las mudanzas y por dejar a unos amigos durante un tiempo y después lo mismo con los que dejaba cuando volvía. No lo podría haber hecho sin mis profesores porque me apoyaron mucho en esa etapa.

¿Creés que la experiencia de la pandemia y la popularización de plataformas como Zoom puedan ayudar a los estudiantes-atletas de ahora en más?

Sí. El crecimiento tecnológico va a ayudar mucho porque llega un punto en que se hace bastante difícil para uno mantener todo mientras viajás por el mundo. Sirve para estar en contacto con tus profesores en muchas más ocasiones y a los atletas a alcanzar sus metas académicas sin perjudicar a las atléticas.

¿En tu caso podías estudiar mientras viajabas o dejabas todo y retomabas el estudio una vez que volvías de las competencias?

Cuando estaba en la secundaria se me complicaba seguir las clases mientras estaba de viaje. Cuando me gradué, me tomé un año sabático porque no podía ir a la universidad y competir al mismo tiempo y me dediqué de lleno al esquí. El año pasado estuve un cuatrimestre cursando en Roma, pero igual tuve que irme antes para entrenar así que intenté seguir por Zoom pero terminé dejando. Fueron dos años en los que arrancaba y dejaba, pero este año me quiero dedicar de lleno a la universidad. Es un buen cambio.243198743_407384850950095_5910088466234033340_n.jpg

Fuente: Instagram

¿Por qué elegiste Northeastern University? ¿Tiene un buen equipo universitario de deportes de invierno?

Lamentablemente no hay torneos de NCAA de esquí acrobático porque no hay suficientes deportistas como para llevarlo a cabo. Solo con esquí alpino lo pueden hacer porque hay muchos esquiadores. O te enfocás en el estudio o tratás de balancearlo con el calendario internacional.

¿Entonces este año va a ser exclusivo para el estudio? 

Este año voy a dejar de lado el esquí para enfocarme en el estudio ya que el año posterior a los Juegos Olímpicos es la temporada ideal para dedicarle tiempo a otras cosas. Por eso elegí Northeastern para dedicarme a la carrera, que es Relaciones Internacionales.

Teniendo en cuenta que la clasificación olímpica se decide solo con los resultados de la temporada 2025/2026, ¿estos tres años los podés dedicar exclusivamente a la universidad?

Todavía no decidí que voy a hacer, pero sí quiero balancear de la mejor manera el estudio y el esquí. Por ahora solo trato de vivir el día a día.

El paso de Sabrina Cass por el Mundial Juvenil

Volviendo a tus días de adolescencia, estuviste en un grupo (Wolfpack) con las hermanas Hogg, ¿eran las únicas tres mujeres en todo el grupo de hombres de Wasatch?

Éramos un grupo muy unido y siempre íbamos todos con Byron a las competencias. No hacíamos muchas amigas en los viajes porque siempre nos quedábamos en nuestro grupo.

En Argentina tenemos un dicho que dice “entraste por la ventana” y se puede decir que así ingresaste al Mundial Juvenil ya que originalmente no habías superado el corte y terminaste ocupando el lugar de Kenzie Radway (lesionada). ¿Cómo te enteraste?

Estábamos en los Campeonatos Nacionales y ahí Kenzie Radway se lesiona. No creíamos que era algo serio, pero después Byron se acercó y me dijo no estaba confirmado, pero que podría tener chances de ingresar al Mundial Juvenil y que compita con eso en la cabeza. Lamentablemente para ella se rompió los ligamentos cruzados y quedó afuera de toda la temporada. Para mí fue muy sorprendente toda la situación. Kenzie es muy amiga mía y, a pesar de que fue un mazazo para ella, estoy muy contenta de haber ido a ese Mundial.

¿Qué pasó entre “ir a disfrutar el momento” e irte con el título?

Como yo no debía estar ahí me propuse divertirme esquiando y hacer lo mejor que pudiera porque no tenía ninguna expectativa. Después de que completé mi pasada en el parlante se escuchó “Sabrina Cass está en primer lugar”. Miré a mis amigas y les pregunté si había escuchado bien. Fue una locura. Tenía a todos mis entrenadores, a mi familia y a mucha gente que no conocía mandándome mensajes y felicitándome. Estuve muy orgullosa de mí misma a pesar de que al día siguiente en los moguls dobles no conseguí ninguna medalla. En el avión de vuelta estaba muy contenta.

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Fuente: Park Record

¿Tuvo repercusión a nivel nacional ese campeonato?

Ganar el Mundial Juvenil fue lo que me permitió sumarme al equipo nacional (de Estados Unidos) de esquí. Fue un sueño que tenía desde chiquita porque fue antes de saber que podía esquiar para Brasil. Después de eso me llamaron para decirme que estaba en el equipo nacional y fue increíble.

A pesar de eso no pudiste estar en los Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud en 2020.

No porque no había moguls en el programa. Fue una lástima porque estábamos todos muy entusiasmados con esa posibilidad.

El cambio de nacionalidad de Cass

Hasta ese momento con 17 años, ¿había alguien en Brasil -Confederación Brasieña de Deportes de Nieve (CBDN), dirigentes, periodistas o personas- que te conociera o supiese lo que hacías y lo que habías conseguido?

No creo que hubiese alguien que me conociera. Ojalá lo hubiese sabido antes (la posibilidad de representar a Brasil) porque cuando era chica bromeábamos con mi familia sobre esquiar para Brasil. No sabíamos nada hasta que un amigo de mi mamá nos puso en contacto con Pedro Cavazzoni (CEO de la CBDN) y salió todo.

Hay una frase tuya que dice “cuando estaba con el equipo estadounidense sentía que estaba esquiando para alguien más, más que para mí”. ¿Por qué te sentías así?

No estoy muy segura, pero pensaba que había una gran diferencia entre la confianza en mi habilidad para esquiar y la forma en la que disfrutaba el deporte cuando estaba en Wasatch que cuando estaba en el equipo nacional de Estados Unidos. Sentía que estaba esquiando para mantener mi lugar dejando mi mayor esfuerzo por otras personas. Fue un cambio enorme cuando empecé a esquiar como brasilera.

¿Cuál fue tu primer contacto con la CBDN?

Como mi mamá fue la que consiguió el contacto, fue ella la que llamó a Pedro y le dijo “esta es mi hija, bla bla bla”, y le explicó mi situación. Después tuvimos una llamada con él y mi mamá donde nos hizo muchas preguntas en las que se notaba que estaba muy informado sobre mí y sobre el deporte. Ahí fue cuando empezamos el proceso y le comenté al equipo de Estados Unidos que me iba porque necesitaba que llenen y firmen algunos documentos. Escribí una carta a la CBDN y a FIS y la “Brazilian Army” me recibió con los brazos abiertos.

 ¿Cómo era tu relación con Brasil antes de este cambio?

Siempre tuve una excelente relación con Brasil. Mi mamá me llevó cada verán desde que era una niña porque toda su familia vive allá. Nos quedábamos dos meses pero ahora es difícil quedarme tanto tiempo. Amo a esa parte de mi familia y ojalá me pudiera quedar más tiempo con ellos. Fue una parte muy importante de mi vida, por eso cuando pude esquiar para ellos me cambió la vida.

¿Cuándo debutaste bajo la bandera brasilera (octubre 2021) qué novedades tuviste desde Brasil?

Recibí mucho apoyo en todo el mundo, en especial en Brasil. Me hicieron una entrevista antes de que la temporada comenzara y a la gente le gustó mucho mi historia. Fue importante tener el apoyo de mi país.

La pandemia y la experiencia olímpica

¿Cómo fue tu experiencia personal con la pandemia?

El primer año de la pandemia, que todavía seguía en el equipo estadounidense, fue muy difícil el tema de los viajes e incluso los entrenamientos. Todos tenían que usar barbijo, socializar con tu equipo estaba un poco mal visto y fue muy raro. El año pasado fue muy estresante porque todos pensábamos que no podíamos contagiarnos de COVID para ir a China y tres semanas antes di positivo. Me perdí una Copa del Mundo y casi no me permiten competir en Deer Valley, donde estaban mi mamá y mis tíos, que fue la competencia que me terminó asegurando participar en los Juegos Olímpicos, así que fue muy estresante. Me testé todos los días en la semana previa a viajar a China rezando para que diera negativo.

O sea que pudiste festejar con todos tu clasificación olímpica. ¿Cómo fue el momento en el que te enteraste?

Mi mamá recibió un mensaje de Pedro Cavazzoni diciendo “buen resultado para Sabrina, está oficialmente clasificada a Beijing”. Fue muy emotivo para todos.

Desde los 12 años decías que tu sueño era ser una atleta olímpica. ¿Qué fue lo primero que se te cruzó por la cabeza cuando recibiste la noticia?

Probablemente mi coach Alysha. A los 12 me dijo que podía llegar a grandes cosas y me motivó desde muy temprano. Me acordé de mí misma viendo a deportistas en la tele y haberme convertido en una de ellos fue surrealista.

Hablando de coaches, durante la última temporada cambiaste de entrenadora

Empecé con Max Willis, que esquió para Gran Bretaña durante un par de años. Un muy buen tipo y gran entrenador. Después de eso cambié a Nessa Dzyeman, que fue compañera mía en el equipo nacional, y se convirtió en mi entrenadora. Y el motivo fue que quería que Nessa fuera mi entrenadora porque nos llevábamos muy bien y ella justo se había retirado. Le pregunté si quería pero no se pudo comprometer a tiempo completo porque ya se había comprometido a entrenar a alguien más. Me dijo que Max Willis estaba intentando iniciarse como entrenador y terminó estando conmigo durante los primeros meses de la temporada y después de las primeras tres Copas del Mundo empecé con Nessa. Ambos fueron muy buenos conmigo y grandes entrenadores.

Dicen que es muy riesgoso hacer eso en medio de una temporada, y más si es en la temporada previa a los Juegos. ¿Por qué es así?

Es muy difícil porque cada entrenador tiene su forma de entrenar y de enseñar y varía de persona en persona. Más en un deporte tan técnico como el nuestro en el que capaz algo que para uno es un detalle, para otro es algo importante. Nosotros nos manteníamos en contacto con Nessa para ver qué estábamos haciendo bien y qué no. Y cuando estaba con Nessa hacíamos lo mismo con Max.

Llegaste a Beijing, no pudiste estar en la ceremonia de apertura por las políticas del Time Brasil y recién pudiste conocer a tus compañeros en China

Eso también estuvo bueno porque al no saber mucho del a CBDN no sabía que había bastantes deportistas de invierno de Brasil, que puede ser sorprendente para muchos. Nos conocimos mucho y aprendí bastante de ellos y de sus experiencias.

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Fuente: Record Journal

En cuanto a la competencia, tenías el objetivo de llegar a la final a pesar de que sabías que era muy difícil. ¿Con qué sensación te quedás de tus pasadas?

El primer día estaba muy nerviosa, a pesar de estar compitiendo con las mismas personas con las que ya estaba acostumbrada a competir. Había mucha más presión para todos. Traté de enfocarme y lamentablemente tuve ese error (caída en la segunda pasada) que me costó el lugar en la final. 

En el segundo día estaba con más confianza pero volví a cometer el mismo error sin comprender del todo porqué. Estaba bastante decepcionada y por eso fue difícil. No dejo de estar agradecida igual.

¿Cómo calificarías la experiencia global de los Juegos?

A nivel general fue una experiencia increíble, especialmente por todo el apoyo que recibí. Fue muy lindo porque hasta mis ex compañeros del equipo de Estados Unidos y entrenadores anteriores que tuve estaban apoyándome. Tener a todos de mi lado sintiéndose orgullosos de mí pesó más que la decepción que sentía.

Sé que recién estamos en 2022 pero tengo que hacer la pregunta: ¿vamos a ver a Sabrina Cass en Cortina 2026?

No sé, es muy difícil pensar en eso. Veremos después de este año dedicándome de lleno al estudio

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