
Esta semana, y por amplia mayoría, la Cámara de Diputados hizo realidad la ley de talles, para ajustar los talles de ropa a los estándares reales de los argentinos. La lanzadora de martillo fue una de las máximas militantes de la problemática y hoy celebra su sanción.
Después de 20 años de lucha y sobre todo, la compulsa y el estigma social por no poder conseguir ropa en una infinidad de comercios de Argentina, la Ley de Talles es una realidad: esta semana así lo dictaminó la Cámara de Diputados tras obtener 163 votos a favor, ninguno negativo y ocho abstenciones. El próximo paso a seguir lo tendrá que dar el Poder Ejecutivo, quien deberá ponerla en marcha dentro de los 180 días desde su promulgación.
La demanda de los talles plus size es muy grande, aunque se oculte o se niegue. La media de la población de los argentinos que está por encima del común “talle único” es muy alta y por ende, son cuerpos que no son hegemónicos y quedan por fuera de lo denominado “normal”. No va más. Leé el proyecto
Además de la incorporación de los “talles grandes”, o los talles reales, también hay acordado con el sector productivo (que avala esta ley) una unificación de criterios para la denominación de los talles, algo que también hacía falta para facilitar el cumplimiento de esta ley a partir de los 12 años.
Jennifer Dahlgren, lanzadora de martillo argentina, fue una de las máximas militantes del movimiento por su historia personal: transformó el bullying al que fue sometida de chica por su tipo de cuerpo para aconsejar a los más chicos, generar consciencia y por supuesto, luchar por más igualdad y aceptación de los cuerpos (propios y ajenos). Después de haber lanzado “El Martillo Volador” y transformarse en Embajadora INADI, se convirtió en uno de los íconos que más visibilizó la lucha en el ámbito deportivo. Así festeja hoy: