El equipo de Guillermo Milano tuvo un mal arranque, y no se pudo recuperar. El lunes a las 16, ante Hungría.
Ya de antemano, se sabía que los Juegos Olímpicos de París 2024 iban a ser una parada bravísima para Los Gladiadores. De hecho, los propios integrantes del plantel calificaron el grupo que les tocó como “el más difícil” en las cuatro participaciones olímpicas que llevan. Por eso, no sorprende que el debut haya sido con derrota, 36-31 ante Noruega, bronce en Tokyo 2020.
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Aunque en los primeros instantes, el seleccionado argentino se puso 3-1 arriba, la ventaja duró menos de un minuto. Y después de un par de minutos sin goles, comenzó la ráfaga noruega. En poco más de cinco minutos, los nórdicos marcaron seis tantos, para pasar del 1-3 al 9-3. Amparados, por un lado, en su altísima eficacia, y por el otro, en la tremenda actuación de su arquero, Torbjoern Bergerud, que terminó el primer tiempo con 10 atajadas en 25 tiros. Contrario a lo que sucedió con Leonel Maciel, que apenas sumó una atajada en el primer tiempo.
Tras superar esa mala racha, Argentina pudo acomodarse, y recortar las diferencias, de la mano de una buena actuación de James Parker (terminó con 4 goles, uno menos que el goleador argentino, Diego Simonet). Sin embargo, Noruega, tras un rato con poco gol, volvió a pisar el acelerador y sacar diferencias. Así, al cabo de la primera mitad, el marcador era de 22-15 para los europeos.
En la segunda mitad, el trámite fue diferente. Los Gladiadores elevaron su nivel, y también ingresó bien Juan Bar en el arco, sumando cuatro atajadas. Tras un primer tramo que fue prácticamente gol, Argentina empezó a sumar más seguido, y aprovechando algunas fallas en el ataque noruego, fue achicando la brecha. Sin embargo, y aunque el segundo tiempo tuvo un parcial favorable a Argentina (16-14), la brecha no pudo reducirse a más de cuatro goles, y Noruega supo mantener la diferencia para el 36-31 final.
Presentación con altibajos para Los Gladiadores, pero con buen sabor, sobre todo por el segundo tiempo. Claro, para poder competirle a las potencias del deporte, el equipo deberá reducir el margen de error, y estar más fino en ataque. El lunes a las 16, tendrá su segundo partido ante Hungría, que cayó sorpresivamente ante Egipto, lo que abre una ventana de ilusión en el equipo de Guillermo Milano.