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Diego Placente: el técnico que revolucionó las juveniles

Argentina cayó 2-0 en la final ante Marruecos, pero consolidó un proyecto que marcó el regreso de las juveniles a la élite mundial.

Por Ramiro Slemenson

La Selección argentina Sub-20 cerró su participación en el Mundial de Chile con una derrota 2-0 ante Marruecos en la final. A pesar del resultado, el equipo nacional confirmó un proceso sólido y una identidad que volvió a colocar a las juveniles argentinas en los primeros planos del fútbol mundial.

El responsable de este renacimiento es Diego Placente, un entrenador que transformó el modelo juvenil de AFA, devolviendo identidad, método y resultados a un sistema que venía golpeado. Su trabajo, centrado en la formación y el desarrollo integral, volvió a conectar a las selecciones menores con los valores que marcaron épocas doradas.

Su filosofía y método de trabajo

El ex lateral de River y la Selección asumió en 2022, tras años de trabajo en las categorías menores, y lo hizo con una idea firme: priorizar la formación por sobre el corto plazo. Lo acompañó Bernardo Romeo, coordinador general de juveniles, en un proyecto que se alinea con la filosofía de Lionel Scaloni en la Mayor: continuidad, desarrollo humano y trabajo colectivo.

Placente aplicó una metodología moderna basada en la toma de decisiones, la comprensión del juego y la adaptación táctica. Entrenamientos cortos, de alta intensidad y con foco en la lectura del rival. Su gestión se apoya en tres pilares: educación, pertenencia y método.

Su etapa en la Sub-17

Antes de llegar al Sub-20, Placente dirigió a la Selección Sub-17, donde empezó a delinear el estilo que hoy caracteriza a las juveniles. En esa categoría formó a varios de los jugadores que integran el actual plantel mundialista y afianzó un modelo basado en la técnica, la presión alta y el juego colectivo.

Su paso por el Sub-17 fue clave para recuperar la identidad formativa del fútbol argentino. Implementó entrenamientos enfocados en la lectura del juego y la toma de decisiones, priorizando el desarrollo del jugador por sobre el resultado inmediato.

Esa experiencia le permitió consolidar una generación con fuerte sentido de pertenencia, disciplina y comprensión táctica. De ese grupo surgieron nombres como Milton Delgado, Julio Soler, Maher Carrizo y Alejo Sarco, hoy piezas importantes del Sub-20.

La transformación en el Sub-20

Argentina mostró orden, equilibrio y una identidad sólida durante todo el torneo. Supo dominar desde la posesión, pero también competir desde la intensidad. En su camino a la final, venció a Colombia en semifinales y ratificó una idea de juego reconocible, basada en la coordinación, el sacrificio y la ambición ofensiva.

Aun sin las grandes figuras que no pudieron ser convocadas, Placente formó un grupo unido, con futbolistas como Milton Delgado, Julio Soler, Gianluca Prestianni, Alejo Sarco, Mateo Silvetti y Maher Carrizo, que demostraron compromiso y madurez competitiva.

El legado de Pekerman y Tocalli

Placente se formó bajo el legado de José Pekerman y Hugo Tocalli, maestros del fútbol juvenil argentino. De ellos heredó la mirada integral: el futbolista como persona, el entrenamiento como espacio educativo y la competencia como parte del crecimiento.

Más allá del resultado, su trabajo ya marcó un punto de inflexión. Argentina volvió a competir en la élite y recuperó la mística de sus equipos formativos. Marruecos, por su parte, consiguió el primer título Sub-20 de su historia, coronando un torneo impecable desde lo físico y táctico.

Placente revolucionó las juveniles sin promesas vacías, con método, con paciencia y con una convicción inquebrantable: que el éxito llega cuando los procesos se respetan.

Foto: El Gráfico

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