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Tenis

“Hay pocos entrenadores capacitados para entrenar mujeres”

Mariana Díaz Oliva, ex top 50 del ranking mundial y actual entrenadora, dio su mirada sobre la actualidad del tenis femenino argentino e hizo hincapié en la necesidad de que el país cuente con más entrenadores especializados. Además fue contundente al señalar que “este es uno de los peores momentos de la disciplina en Argentina a nivel de damas”.

Por Julián Haramboure
(@JulianFunky)

La bonaerense
Mariana Díaz Oliva tuvo una destacada carrera como tenista profesional en la cual obtuvo un título WTA (Palermo 2002) y 16 trofeos en torneos ITF. Además en 2001 ingresó en el top 50 del ranking mundial y durante su recorrido profesional enfrentó a campeonas de Grand Slam como Kim Clijsters, Serena Williams, Iva Majoli, Svletana Kuznetsova, entre otras. Su retiro del circuito fue en 2006 a nivel singles y en 2010 jugó su último partido oficial de dobles.

En una charla exclusiva con Argentina Amateur Deporte, la entrenadora se refirió a la actualidad del tenis femenino argentino y desarrolló las causas del negativo momento por el que atraviesa la disciplina en el país. No obstante, la ex representante del equipo de Fed Cup, destacó el profesionalismo y nivel de Nadia Podoroska, a quien distingue como la tenista nacional con mejor presente y futuro.

Tras tu retiro como profesional, ¿cómo surgió tu etapa de entrenadora?

 Cuando dejé de jugar de manera profesional tenía ganas de hacer otras cosas como por ejemplo estudiar periodismo deportivo sumado a que también me gusta el marketing. Pero al ver que el tenis femenino argentino no estaba en un buen momento pensé en ayudar a jóvenes jugadoras para que puedan desarrollarse. Fue difícil, invertí mucho dinero y pagué muchas cosas de diversas tenistas. Todas las chicas que entrenaron conmigo tuvieron su oportunidad pero siempre por alguna razón no fueron lo que podrían haber sido.

De las jugadoras que entrenás en la actualidad ¿cuáles son las de mayor proyección?

Son jóvenes, una de las más destacadas es Dolores Molina Portela de 19 años, que además de estudiar jugó el Women´s Circuit de San Lorenzo y cuenta con buen nivel. Otra con positivo presente es Jazmín Amicuzi, de 17 años, que hace poco regresó de Europa tras jugar profesionalmente y  también disputó el Women´s Circuit de Buenos Aires. Además entreno a chicas de entre 14 y 16 años con las que busco que aprendan cosas a edades tempranas para que luego puedan entender cómo se juega realmente al tenis.

¿Cuáles son las cuestiones que hacen que en la actualidad Argentina no cuente con tantas jugadoras en el alto nivel en comparación a décadas anteriores?

Uno de los problemas más grandes del tenis femenino nacional es que hay pocos entrenadores capacitados para entrenar mujeres. Las chicas no son iguales a los hombres, el trato para con ellas debe ser diferente, las mujeres tienen ciclos hormonales que las hacen un día sentir que son las mejores jugadoras y al otro día sentir que son las peores. En la actualidad a las mujeres se las quiere entrenar de la misma forma que a los varones y el resultado de eso es que Argentina no está teniendo jugadoras en el alto nivel internacional.

¿Qué cosas estaban mejor a nivel organizativo durante tu etapa de jugadora profesional?

En esa época hubo más inversión de parte de la Asociación Argentina de Tenis (AAT). Durante la generación de destacadas jugadoras como María Emilia Salerni, Clarisa Fernández y Gisela Dulko, la AAT tenía un programa de desarrollo que incluía una inversión monetaria muy grande y ello hizo que varias tenistas trabajen con muy buenos entrenadores como por ejemplo Gustavo Luza o Leonardo Lerda. En cambio, años más tarde, el programa de desarrollo costeó económicamente viajes a torneos con entrenadores que contaba pero no con aquellos que supieran mucho acerca de la transición que afronta un tenista de junior a profesional. No digo que los entrenadores actuales sean malos, pero no tienen experiencia ni como ex jugadores ni de haber insertado a un tenista en el alto nivel profesional como para volverlo a hacer.

¿Qué opinás de que se hayan jugado pocos torneos Womens Circuit femeninos en Argentina en lo que va de temporada?

 Eso hizo que muchas jugadoras que tenían cierto nivel se fueran a la Universidad o dejaran de jugar. Hay sólo 14 tenistas argentinas en el ranking mundial, es la cantidad más baja que he visto en muchos años. Cuando yo trabajé en la AAT con profesionales había 30 en el ranking WTA. Había un caudal de jugadoras y se llenaban las qualys de los torneos. En la actualidad en el Pro Circuit de la Asociación a veces no se llega a 32 jugadoras, hay una diferencia muy grande en comparación a otros años.

¿Se puede decir que es el peor momento del tenis femenino argentino?

Sí, sin dudas es el peor momento. No por el hecho de que no hay jugadoras en el top 100 sino porque algunas tenistas que podrían estar cerca de ese lote no se entrenan bien ni se quieren ir de viaje muchas semanas. Todas esas cosas repercuten en el ranking y a eso se suma la baja cantidad de torneos en el país y lo difícil que es conseguir un sponsor.

Quien sí es un ejemplo de profesionalismo es Nadia Podoroska, una joven muy trabajadora y que acepta viajar siete meses para jugar. Confío mucho en ella ya que tiene un camino planeado y todas sus acciones están destinadas a ese camino.

Respecto al futuro, además de Podoroska ¿a qué otra jugadora le ves potencial para estar entre las 200 mejores?

 Catalina Pella tiene potencial y nivel de juego para volver a estar en el top 200. Además de ella y de Podoroska no veo en este momento a otras jugadoras con oportunidades de estar en ese lugar del ranking.

Pasando a lo que fue tu exitosa carrera como profesional, ¿cuáles son los recuerdos que más volaras de esa etapa?

Si cuando empecé a jugar alguien me hubiese dicho que iba a llegar al top 50 le hubiese respondido que estaba loco porque yo no sentía que tenía las herramientas necesarias para llegar ahí. Pero lo que sí siempre tuve fue la determinación de dar el 100% de mí en todo momento.

El primer punto destacado de mi carrera fue en un partido de la Fed Cup de 1998 ante la eslovaca Karina Habsudova, que por entonces estaba en el top 50 del ranking WTA. Perdí 11-9 en el tercer set en el Buenos Aires Lawn Tenis pero jugué a un alto nivel y eso me hizo tener luego la confianza suficiente para llegar esa misma temporada a la tercera ronda de Roland Garros. Otro partido inolvidable fue el triunfo en 2001 ante la ex número uno del mundo Kim Clijsters en las semifinales de Bol tras estar 0-6, 0-2. Esa victoria me permitió meterme en el top 50 del ranking. Además obviamente mi título en Palermo ya que venía sin confianza y fue inesperado pero yo siempre digo que todo esfuerzo vale la pena.

¿Qué significó haber participado de un Juego Olímpico en Atenas 2004?

Haber entrado al estadio olímpico en la ceremonia inaugural fue un momento único, fue increíble. Me gustó mucho representar al país, al igual que en la Fed Cup. Lo que más rescato de mi carrera fue haber jugado por Argentina.

Foto: Getty Images

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